Sonríe de lado.
-¿Qué? ¿Dije algo malo, bonita?
-No, solo me estás pidiendo locuras. –se ríe y sonrío, niego.
-No de verdad.
-Genial, ahora entiendo menos. –inclina su cabeza y la apoya en su hombro con su sonrisa de lado.
-Te diré algo, pero no quiero que le digas a nadie.
-Eres gay, ya lo veía venir…-se acerca rápidamente a mi dejándome debajo de él, intento retroceder pero la cama interpone. –Amm…
-Te puedo demostrar que definitivamente no soy gay. –se acerca tanto que puedo sentir su aliento a jugo de naranja. –Pero tienes novio. –dice cómico y se aleja, suspiro.
-Idiota. –sonríe. - ¿Entonces qué es?
-Desde que tengo 7 años he estado practicando boxeo y ser profesional. –asiento. –Pero no puedo.
-¿Por qué?
-Por haber golpeado al jefe de la policía, me arrestaron y mi sueño se fue directo a la mierda, sin embargo seguí practicando, quería pelear y ese estúpido error no me detendría. Joe se enteró, no se como y me invitó a su club de pelea…
-¿El dueño del lugar donde fuimos? –asiente.
-Ese mismo, me dijo que me enseñaría un lugar donde iba a ser el mejor, así que lo acompañé, habían peleas, sin guantes, pero peleas, me gustó y volví al otro día a decirle que quería entrar, me dijo que todavía era muy joven, que siguiera practicando y eso hice, hasta que un día cuando cumplí 15 años fui “legalmente” mayor para entrar a su club de peleas ilegales, ahora voy cada vez que me llama.
-¿Así que cuando él te llama, tú vas y peleas para él? –asiente. –Contra quien sea. –asiente de nuevo. - ¿Qué pasa con tú padre? –se encoge de hombros.
-Nunca se ha enterado.
-¿Y las personas que lo delaten?
-Los asesina. –se levanta. –El club de pelea es confidencial y nadie traiciona a Joe.
-Bien, bien… ¿y qué tengo que ver yo con eso?
-Necesito una ayudante y como Casey no es mi novia, te necesito ahí para que cuides mis cosas.
-O sea que seré su… ¿suplente?
-Si, prácticamente, ¿accedes a ir?
-¿Y cómo saldré?
-Por la ventana, bonita. –la señala y niego.
-Me partiré algo, además nunca en mi vida he escalado un árbol.
-Tranquila, chica citadina, yo te ayudo. –si no voy me arrepentiré y me aburriré aquí. - ¿Y bien, bonita?
-Está bien. –sonríe. –Solo dame tiempo para cambiarme.
-Bien, te espero abajo, buscaré mis cosas. –asiento y sale. Entro al baño y me ducho, me cambio y me asomo a la ventana, Dylan está enviando mensajes, agarro una pedazo de hoja, la arrugo y se la aviento, mira hacia arriba, sonríe. Me hace una seña para que espere y se sube al árbol, queda al frente de mí. –Mira donde piso para que luego lo hagas ¿está bien? –asiento, baja y miro las ramas que pisa, paso una pierna por la ventana y la coloco en una rama. Muy bien, con cuidado y no mires hacia abajo. Coloco el otro pie en la rama y piso firme, respiro y comienzo a bajar, miro hacia abajo y Dylan está mirándome, sonríe.
-Espero valga la pena. –susurro.
-Ahí no. –lo oigo susurrar, miro y se lleva las manos a la cabeza, miro la rama y se ve podrida, trato de sujetarme de la rama de arriba pero me resbalo, caigo y cierro los ojos. Algo me sujeta, abro los ojos y es Dylan. –Por poco y hubiésemos tenido que ir al hospital. –dice cómico.
-Vi mi vida pasar frente a mis ojos. –se ríe y me baja. –Gracias.
-Para eso están los amigos. –sonrío.
-Cierto, vamos a verte pelear. –se ríe y caminamos hacia su moto. Nos colocamos el casco y él se sube, luego yo, arranca. Me aferro a él y sonrío. Nunca me había sentido tan bien. ¿Qué fue eso? Pienso.
Media hora después.
Nos detenemos en un lugar abandonado, Dylan oculta su motocicleta en unos escombros y chatarra, la cubre con una manta camuflajeada, como la que usan los militares.
-Quieres mucho a tú motocicleta. –me mira y sonríe.
-Es solo un seguro, bonita. –agarra un bolso y antes de que camine lo detengo.
-Cuando tú estés peleando ¿dónde estaré yo?
-En una zona exclusiva, ya verás. –sonríe de lado. –No tienes por que preocuparte. –me pasa su brazo por los hombros y caminamos, entramos al lugar abandonado y hay mucha gente gritando, con dinero en su mano y enojados, algunos felices. Pasamos por toda la muchedumbre y nos acercamos al mismo hombre que estaba en la fiesta. Un poco bajo, gordo, fumándose un puro, una franelilla blanca con su joyería en el cuello y dedos, me mira y sonríe de una manera muy espeluznante. Creo que fue mala idea haber venido. –Joe. –dice Dylan en forma de saludo.
-Llegas justo a tiempo. –lo mira. –Será dura la pelea.
-¿Con quién esta vez?
-Mike. –ese nombre me suena.
-¿Mike? –dice Dylan, lo miro y está sonriendo de lado. - ¿Qué no había dicho que no iba a pelear más?
-No lo sé, Riley, solo se apareció esta mañana y dijo que quería pelear contigo, le dije que esta bien.
-Ya entiendo. – ¡es el idiota que por poco me besaba en la fiesta! –Bien ¿ya está aquí?
-Llegó hace 10 minutos, ve y alístate. –caminamos y lo detiene. –La chica no puede pasar.
-Pero…-digo y Dylan me mira.
-No tardaré, solo espera aquí.
-Está bien. –me da su teléfono y su chaqueta. Entra a una puerta y Joe me mira.
-¿Eres su nueva novia?
-Si. –digo y él se ríe.
-¿Cómo una chica como tú llegó a ser novia de un idiota como él? –me encojo de hombros.
-También me lo pregunto. –se ríe.
-Supongo que no tendrás problemas con ex novia. - ¿está aquí?
-Realmente no me importa.
-Ya veo, puedes ir y disfrutar la pelea de tú novio en aquella parte de allá. –señala un lugar donde no hay casi personas.
-Gracias. –digo, me detiene y lo miro.
-¿Puedo preguntarte algo? –dice con un aura extraña. Asiento. - ¿Sabes quién es tú padre?
-Nos abandonó cuando tenía un año, así que no. –sonríe siniestramente de nuevo y me suelta. Camino un poco deprisa y me paro cerca de una jaula donde aparentemente pelean, suspiro aliviada. Eso fue extraño.
-¿Qué haces tú aquí? –me volteo y es Casey.
-¿Tú que crees? –ella sonríe sarcástica.
-De seguro andas buscando con quien revolcarte. –sonrío sarcásticamente de igual manera.
-No, cariño, no necesito de eso…-Dylan se acerca. –Tú posiblemente si, yo tengo con quien y es uno solo.
-Eres una…
-¿Pasa algo? –dice Dylan llegando, lo miro.
-Nada, solo que Casey me estaba diciendo lo perra que es. –sonrío.
-Vamos, Brook, déjala. –dice Dylan.
-¿Ahora la defiendes? –se queda callado y Casey sonríe superficialmente. –Estaré por allá. –señalo una esquina y me voy. Joe entra a la jaula y agarra un micrófono, comienza a decir algo. ¿Por qué me siento enojada? Es su ex novia, probablemente la siga amando, además es solo un amigo, tengo a Scott, no debería preocuparme.
-¿Así que eres la nueva novia de Riley? –me sobresalto y miro a un lado, es Mike, está sin camisa, tiene un tatuaje su hombro que no logro ver bien y algo escrito en árabe. Solo lleva puesto unos shorts que llegan más arriba de sus rodillas con una venda alrededor de su torso y vendas en sus puños.
-Si ¿por qué? –sonríe de lado.
-¿Desde anoche?
-¿Te importa? –se ríe.
-Como su primo, debería.
-¿Su primo? –asiente cómico. Ahora que lo dice, si tiene un parecido. –Pues no parecen.
-No somos muy unidos, ya ves que vamos a pelear, le daré una paliza. –se encoge de hombros. –Ve llamando una ambulancia. –me cruzo de brazos.
-Mejor búscala para ti. –se ríe.
-Eso lo veremos hermosa. –me da una nalgada y se va.
-¡IDIOTA!
-¿Qué pasa? –dice Dylan llegando a donde estoy. Lo miro.
-¿Te reconciliaste con la oxigenada? –sonríe de lado.
-¿Estás celosa?
-No. –lo miro. –Solo pienso que está mal lo que haces. –me mira curioso.
-¿Y qué hago, bonita?
-Hablar con ella. –me mira fijamente. –Deberías superarla. –sonríe y cierra los ojos.
-Tengo que ir romperle los huesos a Mike, nadie puede tocarte. –lo miro. –Cuida mis cosas. –me da su bolso y se enrolla una venda en sus manos. Entra a la jaula y Joe dice de nuevo unas cosas, Dylan mira cómicamente a Mike quién esta serio. Su teléfono suena. ¿Josh? Atiendo y antes de que diga “Hola” Josh me interrumpe.
Llamada entrante Josh…
-Eres un bastardo, Dylan Riley, el más grande de los bastardos, me prometiste que no te meterías con ella y aún así lo hiciste, te había dicho desde el comienzo, que me gustaba ¿y ahora eres novio de ella? ¡Qué gran amigo eres! Pero no se quedará así, le diré la verdad a Brook de cómo eres y cuando te vea me las vas a pagar. –tranca.
-¿Le gusto a Josh?
-Y comiencen. –dice Joe sacándome de mi trance, miro en dirección a donde está Dylan quien se está agarrando la mandíbula mientras se ríe sarcásticamente.
-Te voy a matar, Mikey. –le asesta un golpe que Mike no puede esquivar haciéndolo retroceder, el bullicio explota y Casey se coloca a unos cuantos centímetros de mí, la miro y está sonriendo triunfal.
-¿No creen que es increíble que se peleen por mí? –dice a sus amigas las cuales se ríen y unos chicos la miran. –Sí, mi novio contra mi ex, aunque estoy segura que Dylan ganará. –me mira sonriendo. –Le di un pequeño incentivo.
-¿Acaso le diste un rapidito? –dice uno de los chicos.
-No. –lo mira. –Le dice que si ganaba, íbamos a volver. –me mira y le saco el dedo, ella sonríe aún más.
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El idiota de la motocicleta
Novela Juvenil¿Qué sentirías si dejaras tú vida de forma drástica para terminar en medio de la nada, junto con tú madre y su pareja? Esta es la historia de Brook Foster, una chica que tuvo que mudarse a Texas desde Manhattan, dejando toda su vida atrás. Una nueva...