El arresto y la mentira.

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7:00am
La alarma suena y la apago.
-Si apenas cerré los ojos. –me levanto quejándome. –Odio la escuela. –me meto a duchar y me cambio, agarro mi teléfono y bajo.
-¿Brook? –dice mi madre desde la cocina.
-¿Si? –digo.
-¿No vas a comer?
-No tengo tiempo, mamá, me tengo que ir, nos vemos, te amo.
-Te amo, desayuna en el colegio.
-Está bien. –salgo y el carro de Josh se estaciona, sonrío y me acerco.
-Sube, hermosa. –dice Josh sonriendo, Jess está atrás maquillándose, me río y me subo al carro. Arranca.
-¿Puedes creer que este estúpido no me dejó maquillarme? –me río.
-Te tardas mucho, Jess. –digo.
-¿Ahora te pondrás de su lado? –me encojo de hombros, Josh y yo nos reímos. –Por cierto… -termina de maquillarse. –Josh me dijo que fuiste al club de pelea a ver pelear a Mike y Dylan ¿es cierto? –dice emocionada.
-Si. –digo. –Y gracias a eso, solo he dormido 2 horas. –Jess grita de emoción.
-Te dejé a las 4:30am. –dice cómico Josh.
-Si, lo sé. –suspiro. –Mi madre fue a mi cuarto a ver si estaba ahí. –se ríe.
-¿Quién ganó? –dice Jess.
-Dylan. –digo.
-Hubiese querido ver la pelea. –dice quejándose.
-Estabas dormida. –dice Josh.
-Me hubieses levantado, idiota. –me río y Josh niega.
12:00m
Es la hora del almuerzo, pero no veo a Dylan por ningún lado, solo veo a Casey que entra seria, mira la cafetería como buscando a alguien.
-Casey da miedo. –digo, Josh y Jess me miran.
-¿Miedo? –dicen ambos.
-Pero si la ibas a golpear. –dice Josh.
-Me dejé llevar porque me dijo zorra, pero más nada. –se ríen. –Oigan no se rían.
-Finges ser ruda. –dice Jess.
-Bueno, lo aprendí en mi anterior colegio, es eso o que me golpeen.
-Tiene un punto. –dice Josh riendo y lo golpeo.
-No te rías.
-Bien, ya…-dice riendo. –Me duele. –nos reímos.
-Tengo que hablar contigo. –dejamos de reírnos y me volteo, es Casey que esta seria.
-Escucha, no he visto a tú novio desde que estaba contigo…
-Estuvo conmigo toda la noche, pero no es de eso. –suspiro frustrada.
-No tengo tiempo para ti y tus celos. –me hala.
-Oye, perra. –dice Jess.
-Suéltame loca. –digo y ella me saca de la cafetería, me suelta. - ¿Qué demonios te sucede?
-Te voy a matar, perra. –dice Jess llegando a donde estamos.
-Vete, Jessica, necesito hablar con ella. –dice seria aun.
-Bien, si necesitas algo me llamas. –entra de nuevo y miro a Casey.
-¿De qué quieres hablar?
-De tú relación con Dylan.
-Ay por favor, ¿cuándo vas a entender que tengo novio?
-Hay muchas chicas que quisieran tener una noche con él aun teniendo novio.
-Yo no soy esas chicas, entiende, Casey, amo a mi novio y Dylan Riley no me atrae, ni física ni emocionalmente, solo somos amigos.
-Si amas tanto a tú novio entonces aléjate de Dylan.
-¿Estás al tanto que él es mi vecino y que lo que me pides es una estupidez?
-Entonces no le dirijas la palabra y ya. –me cruzo de brazos.
-¿Ahora no dejarás que tú novio tenga amigas?
-Puede tener las que quiera, pero tú no.
-Estás demente, Casey. –voy a entrar y me sujeta el brazo fuertemente.
-Te lo estoy diciendo por las buenas, Brook, aléjate de Dylan porque es mío.
-Dile a él que se aleje de mí. –me suelto y entro. Suspiro aliviada. Está definitivamente loca. Me acerco a donde está Jess.
-¿Qué te dijo la perra?
-Que me alejara de Dylan.
-Son vecinos y amigos, es estúpido. –me encojo de hombros. - ¿Lo harás?
-Viste como me sacó de aquí y es de mi puto tamaño. –Jess niega.
-No lo hagas, lo vas a lamentar.
-Prefiero lamentarlo a que me asesine, Jess, está loca.
-Piénsalo, entonces. –la miro. –Tú solo eres su amiga y él te ve así.
-Cierto. –digo. –Supongo que tendré que ser más ruda. –nos reímos.
En casa.
Llego a mi habitación y cierro, me cambio y mi teléfono suena. Un mensaje.
Mensaje nuevo idiota.
Estoy comenzando a pensar que te gusta que te vea en ropa interior, bonita.
Miro hacia la venta y me saluda con su sonrisa de lado, la abro y me asomo, él hace lo mismo. Tiene algunos moretones de su cara y el labio partido.
-Deja de espiarme. –se ríe.
-No te espío, mi cama queda justo ahí. –la señala. –No es mi culpa que no cierres la ventana.
-Idiota, mejor ve a curarte. –se ríe.
-Ven y hazlo tú, pero en ropa interior. –niego. Mi teléfono suena.
-Me llaman y deja de espiarme. –niega riendo y entro, agarro mi teléfono. Es Britt.
Video llamada entrante Britt…
-Britt…
-Necesito un abrazo. –dice llorando. – ¡Me quiero morir!
-Britt, cálmate, respira. –respira hondo y se limpia las lágrimas. –Ahora, cuéntame que sucedió.
-¿Recuerdas que te dije que me gustaba Parker? –asiento. –Bien, resulta que yo le gustaba también, así que se me declaró…-su voz se ahoga por el llanto y respira. –Luego salimos por unos días y… un día fuimos a una fiesta, todos los del equipo de Fútbol americano, las animadoras, varios chicos universitarios y de preparatoria, fueron muchos, entonces… yo había ido con Parker y estábamos bailando hasta que dijo que iba al baño, se estuvo mucho y fui a ver que pasaba, entonces, yo… yolodescubriteniendosexoconunachica. –dice inaudiblemente rompiendo a llorar. –Pensé que me quería…
-Britt, mi amor, ¿podrías repetir la última parte, pero esta vez sin llorar? –asiente limpiándose las lágrimas.
-Lo descubrí teniendo sexo con una chica y me duele, Brook, porque de verdad lo quería. –comienza a llorar.
-Mi pequeña Britt, ojalá hubiese estado ahí para castrarlo. –digo enojada, ella sigue llorando. - ¿Quién más supo de eso?
-Nadie, ni siquiera él supo que lo vi, me fui de la fiesta…
-¿Sola? –niega.
-Scott me llevó, me insistió en que le dijera, pero… no pude. –comienza a llorar.
-Oye, si yo hubiese estado ahí, lo hubiese sacado y le hubiese cortado las pelotas para luego guindárselas en su casillero, aunque creo que pondría una lupa al lado para que las vean. –se ríe.
-¿Cómo sabes que…?
-Solo digo, tarada. –se ríe. –Mira, mi pequeñita se esta riendo, es su primera risa, que emoción. –se ríe a carcajadas y me río.
-Me haces falta.
-Y a mí. –suspira. –Ojalá hubiese algo que pudiésemos hacer.
-Al menos hablamos por video llamada. –sonreímos.
-Y si estas hablando conmigo significa que te quitaron el castigo. –asiente.
-Le conté a mamá lo que había sucedido y me dijo que no valía la pena, que era joven y que conseguiría a alguien que me quisiera.
-Tú madre es sabía.
-Ella es Yoda. –nos reímos. Unas sirenas de policía suenan. - ¿Esos son sirenas de policía? Brooklyn, no me digas que vives en un barrio súper peligroso.
-No, es tranquilo aquí, ese es mi vecino, es el jefe de la policía. –sonríe.
-Bueno, está bien y… te iba a decir que me tengo que ir esposa, te llamo después.
-Llámame cuando quieras nena. –se ríe. –Te amo, cuídate. –sonríe.
-Yo te amo a ti, cuídate también. –sonrío y tranca.
Me asomo por la ventana y Dylan está siendo arrestado, bajo corriendo y llego a donde están, mi madre y Daniel están ahí, me miran.
-Ve a la casa. –dice Daniel.
-No. –me acerco a donde está Dylan y el mismo oficial que nos detuvo.
-Tú padre te está esperando en la comisaría. –dice metiéndolo a la patrulla.
-¿Qué sucedió? –digo y me miran.
-Brook. –dice mi madre enojada. –Entra a la casa.
-No, díganme. –digo.
-Tú amigo, se robo algunas evidencias de la comisaría. –dice el oficial y miro a Dylan.
-Eso no es cierto, yo no fui. –dice.
-Entonces dime donde estabas entre las 10am a 11:30am. –se queda callado.
-Brook Foster. –dice mi madre. –O entras…
-Él estaba conmigo. –digo.
-¿Qué demo…? Eso no es cierto. –dice Daniel. –Ella estaba en el colegio y él no asistió.
-Porque estaba conmigo. –digo frustrada. –Pueden preguntarle a mis profesores de esa hora y les dirán que no entré.
-O sea que estás implicada en el robo. –miro a Dylan.
-Ella no estaba conmigo.
-Claro que si. –digo.
-Yo estaba solo y…
-Nos estábamos besando. –digo enojada. ¿Acabo de decir que nos estábamos besando? Ay no, lo arruiné. Miro a mi madre que está furiosa.
-De igual manera tendrán que ir los dos a la comisaría. –miro a Dylan que se golpea la frente y el oficial hace que entre a la patrulla. Mi madre se sube también y arranca.
-Estás en muy grandes problemas, jovencita. –dice entre dientes y suspiro.
En la comisaría.
Mi madre se va a hablar con el padre de Dylan mientras nosotros esperamos en la sala de espera.
-Entonces…-dice Dylan y lo miro. Está sonriendo ampliamente, tiene los brazos en la nuca y las piernas estiradas. - ¿Nos estábamos besando? –mis mejillas arden instantáneamente.
-Yo no…
-Porque no recuerdo eso. –se ríe.
-Eres un idiota, solo lo dije para salvar tu trasero.
-Gracias. –lo miro y está sonriendo.
-No agradezcas. –le doy un pequeño golpe en el brazo y sonrío. –Para eso están los amigos.
-Para eso están los amigos. –sonreímos.
-Bien…-dice el padre de Dylan. –Confirmé que faltaste a clase, pero no que estabas en las gradas.
-Ella no diría mentira. –dice Dylan. –Además es cierto, no fui a ese lugar.
-Hasta que no verifique su historia estarán aquí. –dice serio.
-Son menores de edad. –dice mi madre llegando.
-Señora…
-Benny Riley, deja a tú hijo y a su amiga en paz. –dice alguien. Esa voz… Joe. Pienso. Entra con un traje, un sombrero, unos lentes negros y un puro. ¿Acaso se cree El Padrino?
-Esto es asunto de la policía, Joe. –dice Benny.
-Benny, recuerda que vivo cerca de donde robaron, eso me hace un testigo. –miro a mi madre y está tensa viendo a Joe.
-Bien ¿qué viste? –Joe se acerca.
-A tú hijo y a la chica no.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Que tierno, desconfías de tú hijo.
-Estoy siguiendo las normas.
-Cálmate, sé que no fueron ellos porque los vi juntos.
-¿En dónde?
-En donde más Benny, en la secundaria.
-¿Qué hacías tú por ahí?
-Si recuerdas que tengo dos hijos ¿verdad? Estaba recogiendo a Casey. –lo miro sorprendida. ¿¡Casey es su hija!?
-Bien, acompáñame. –miro a mi madre que aún lo sigue viendo tensa, él la mira y sonríe de una manera diferente.
-Un placer, mi nombre es Joe Bell. –se quita el sombrero y hace un pequeña reverencia. - ¿Y usted es…?
-Joe Bell. –dice mi madre aliviada. –Lo confundí con alguien más. –ella sonríe. –Charlotte Foster.
-Síganme. –dice Benny frustrado y lo siguen.
-Joe es padre de Casey. –digo cómica.
-Si. –dice Dylan levantándose. –Es molesto a veces. –lo miro. - ¿Esperarás a tú madre?
-Si, quizás el idiota de Daniel venga a buscarnos. –se ríe.
-Te veo luego. –sonríe de lado y sonrío.
-Nos vemos. –sale. ¿Por qué me siento extraña?

El idiota de la motocicletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora