En casa.
-Quiero descansar. –digo subiendo a mi habitación.
-Te acompaño. –dice Scott tras de mi. Entramos a mi habitación y me siento en la cama. - ¿Te puedo hacer una pregunta?
-Claro. –se acerca.
-Dijiste que cuando estuviésemos solos me darías algo, ¿qué es? –sonrío.
-Espera aquí, está en el closet. –me levanto y agarra mi brazo.
-Si te sientes mal no. –sonrío.
-Tranquilo, estoy bien. –sonríe y me suelta, entro al closet, agarro la laptop y salgo, Scott está sentado en la cama mirando al suelo. - ¿Todo bien? –me mira.
-Como no estarlo. –sonríe y mira la laptop. - ¿Qué harás con eso?
-Te enseñaré tu regalo. –me subo a la cama y me acuesto, me mira y me río. –Ven, tonto. –se acuesta a un lado mío y comienzo a buscar el video. Lo selecciono y lo abro, se comienza a reproducir y hay varias fotos de Scott y mías a lo largo de nuestra relación. Hace un año que estamos juntos. La canción de fondo es de Shallow de Bradley Cooper y Lady Gaga. El vídeo termina con una foto de él y en su espalda tiene escrito “Te amo” en inglés. Lo miro. - ¿Te gustó? –sonríe.
-¿Por eso fue que me pediste que nos tomáramos fotos y me las pedías las que yo tenía? –asiento y me abraza.
-Entonces si te gustó.
-Lo amé, mi pequeña amor. –sonrío y me alza la cara. –Al igual que te amo a ti.
-Yo te amo a ti, mi gigante amor. –sonríe y me besa, llevo mi mano a su cabello y me trae más hacía él, mete su lengua en mi boca y juega con la mía, mete su mano en mi camisa y la sube a mi brasier, lo quita y lo saca, se sube encima de mi y lleva una mano a mi pecho y comienza a masajearlo, me comienza a cosquillear mi zona inferior, suelto un gemido e intensifica el beso. Ya no siento su mano en mi pecho, ahora está en el borde de mi pantalón, me separo jadeando y le detengo la mano, me mira jadeando igualmente. –Aún no estoy lista. –me siento. –Además… me duele mi cabeza y quisiera recordar todo.
-Esta… bien. –dice no muy feliz, lo miro. –Quizás otro día.
-No lo sé, Scotty, yo… yo no me siento preparada.
-Está bien, tranquila, no te voy a presionar. –se acerca y me besa. –Te amo.
-Yo te amo más. –sonríe y su teléfono suena. Un mensaje. - ¿Los muchachos?
-Si. –dice desanimado.
-Pensé que se habían ido.
-La mayoría si, solo está Greg y Ashton, los dos con mal de amor.
-¿Los botaron? –asiente. –Pobres. ¿Qué te dicen?
-Que los acompañe a pasar las penas y que los cuide mientras toman. –me río.
-Ve con ellos.
-Quería pasar la noche contigo. –dice triste y sonrío.
-No es como si no fueses a volver. –nos reímos.
-Cierto, prometo arrastrarlos, llevarlos al hotel y venir de nuevo contigo. –sonrío.
-Está bien, cuídate, te amo mi gigante amor. –me besa.
-Descansa, mi pequeña amor. –sonrío y sale. Me acuesto.
-Entonces…-dice una voz, me siento rápidamente y no logro distinguir la silueta, está muy oscuro. - ¿Lo perdonaste?
-¿Quién eres?
-Eso si me ofende, bonita. –se acerca y la luz que emerge de la puerta medio abierta deja ver quien es, un chico alto, bonito y sonriendo de lado. Se me hace familiar. Cierra la puerta.
-¿No te han dicho que irrumpir en casas ajenas es ilegal, más a un extraño? –digo un poco temerosa.
-¿Extraño? –se ríe y se sienta en mi cama. - ¿A qué juegas, bonita? ¿O tú novio te prohibió que me vieras?
-No te conozco, vete de aquí o llamo a mi mamá.
-Me conoce. –se acerca más. –Lo que más me da curiosidad es saber por que no me recuerdas.
-Si me dices quién eres puede ser que te diga.
-Soy Dylan, bonita.
-Tú eres el que me hirió…-voy a gritar y me cubre la boca, trato de soltarme pero no puedo, es muy fuerte, me aprisiona mis piernas y me sujeta las manos. Comienzo a asustarme y él me mira curioso.
-¿Cómo que yo te herí? ¿Estás loca? –niego. –Yo no te herí. –asiento, suspira frustradamente. –Escucha, bonita, te dejaré la boca libre si me explicas por qué dices que yo te herí ¿está bien? –asiento. –Pero sin gritar. –asiento. – ¿Lo prometes? –asiento. –Si rompes la promesa tendrás que besarme. –me tenso y se ríe, sonrío. Es como si lo conociera. –Bien. –me quita la mano.
-Suéltame.
-Bonita, sé que golpeas fuerte y me vas a golpear donde más duele, así que no.
-Eso no es…-me mira sarcásticamente. –Bien, si, es cierto. –se ríe.
-Te conozco, bonita. –dice sonriendo de lado. –Pero dime ¿por qué dices que te herí?
-No recuerdo lo que sucedió después que Scotty te ganó. –rueda sus ojos.
-Lo dejé ganar. –me río. –Continúa.
-Solo sé que desperté en el hospital con dolor de cabeza, Scott le dijo a mi madre que me peleé con Amber por algo, luego que salí corriendo y me vio hablando contigo, dijo que me estabas gritando y que me jaloneaste…-sus facciones se vuelven serias. –Que a causa de eso yo…me caí y me golpeé la cabeza.
-Ese maldito bastardo mentiroso.
-¿Mentiroso? –digo enojada.
-Te mintió.
-¿Cómo voy a confiar en ti si ni siquiera te conozco?
-Me conoces, solo que no recuerdas. –su teléfono suena, lo revisa y trato de ver. Sonríe triunfante. - ¿Quieres saber que él te miente? –antes de que responda mi teléfono suena. Es una video llamada.
-Debe ser Britt, ¿me vas a dejar atenderle?
-Bien. –me suelta y agarro mi teléfono. –Espera…-lo miro. - ¿Dónde encontraste tú teléfono?
-Estuvo aquí todo el tiempo. –me mira y asiente. Atiendo.
Video llamada entrante Britt…
-Mi vi… ¿¡Qué te pasó Brooklyn!? ¿Por qué tienes una herida en la cabeza? HÁBLAME. –me río.
-Cálmate, estoy bien. Además Scott ya te lo había dicho. –se ríe.
-Si, me lo contó todo. –se come unas papas.
-¿Estás comiendo hamburguesa sin mi, desgraciada?
-No es mi culpa. –finge llanto. –Me tentó a comerla. –nos reímos. –Entonces ¿si fue el tu sexy vecino o…?
-Después te cuento. –digo interrumpiéndola.
-Está bien. –le da un mordisco a la hamburguesa. –Por cierto…-dice con la boca llena. –Te envidio la verdad.
-¿Por qué? –digo cómica.
-Yo quiero tener un vecino así, las últimas fotos que me enviaste…
-Britt…
-Me encantaron, hasta cuando está desprevenido es muy sexy…
-Britt…-digo para que se calle, pero ella sigue hablando.
-No se como logras tomarle esas fotos sin que se de cuenta….
-Cállate. –digo con mis mejillas ardiendo.
-Sobre todo la última, dormido es muy lindo…
-Está aquí. –digo apenada y se ríe. Ella me mira con los ojos abiertos.
-¿Cómo que está ahí? –traga. Asiento mientras me cubro la cara, Dylan se acerca a mí.
-Un placer conocerte. –la miro y cubrió el teléfono, se escuchan cosas moverse. Vuelve a aparecer y ya no está comiendo.
-Hola. –dice sonriendo. –Lo que escuchaste no es cierto, estamos hablando de alguien más.
-¿De quién?
-De… mi vecino. –niego.
-No tienes, lo acabas de decir. –dice Dylan.
-No es de ti. –dice Britt roja también y Dylan se ríe. –Como sea. –dice ella. –Tengo que decirte algo, Brook.
-¿Qué?
-¿Podría ser a solas?
-Iba de salida, mi vida.
-¿Con…? –asiento. –Es que no puede esperar.
-¿Es de Parker?
-Ojalá fuese de él. –suspira. –Es de Scott.
-Posiblemente sea que te engaña y ella lo sepa.
-¿Cómo lo sabes? –dice Britt.
-Entonces si es eso.
-Esperen los dos, no estoy entendiendo nada. –Britt suspira.
-Hay un video y varias fotos que circulan por facebook e instagram, son… son muy comprometedoras.
-¿De quién?
-De Amber.
-Eso se…
-Y Scott.
-¿Qué? –asiente.
-Puedes buscar, me puedes llamar cualquier cosa, no importa la hora ¿si?
-Está bien.
-Cuídala, chico sexy, te la encargo. –sonríe. –Nos vemos, mi amor, te amo.
-Nos vemos, te amo. –tranca.
-¿Entonces ahora si me crees, bonita?
-Quizás no sea él. –lo miro.
-Demonios, ese golpe en la cabeza si que te afectó.
-Mejor vete…-me levanto.
-Te diré que fue lo que sucedió. –lo miro.
-Te escucho.
-Hace dos días tú amiga, Amber, te dijo algo, vi que le gritaste a Scott mientras uno de sus jugadores lo tenía, ella luego te enseñó algo y le volviste a gritar, luego de eso saliste corriendo, te seguí y estabas en el baño, cuando entré la puerta se quedó atascada, te estaba consolando cuando tú novio llegó y rompió la puerta. Me odia. Él quería que tú lo escucharas, le dije que solo quería tener una noche contigo para su estúpido juego de fraternidad, se enojó, tú comenzaste a colapsar y te estaba diciendo que no era cierto, que te amaba, me enojé, lo golpeé, pero no llegué a tiempo para evitar que te golpearas con el lavado, así que lo siento. Te saqué de ahí para llevarte al hospital, en la puerta del hospital un enfermero te llevó, llamé a tú madre haciéndome pasar por el imbécil y luego me fui.
-¿Por qué no te quedaste?
-No tenía permitido entrar sin camisa, además si tú madre o Daniel me veía, posiblemente hubiesen llamado a mi padre y la que importaba en el momento eras tú. –mi corazón se acelera y niego.
-No te creo.
-Esa es la verdad.
-Mi madre me dijo…
-Porque pensó que era él. –miro el suelo. - ¿Quieres ver que no miento? –lo miro.
-¿Cómo?
-Te enseñaré algo que posiblemente te haga recordar.
-¿Qué?
-Tú solo sal cuidadosamente sin que tus padres te vean y te espero afuera.
-¿Cómo voy a confiar en ti si no te conozco? –sonríe de lado.
-Confiaste en mi cuando te emborrachaste.
-¿Eras tú? –asiente sonriendo.
-Nos vemos abajo. –sale por la ventana, agarro mi teléfono y miro el fondo de pantalla, es una foto de Scott y mía riéndonos.
-De seguro no es nada, sé que Scott me ama. –digo para mi. Agarro un suéter, salgo de mi habitación y no hay nadie, bajo sin hacer ruido, abro la puerta con cuidado y salgo, Dylan está parado al frente con una motocicleta. - ¿Tienes una motocicleta?
-Eso ya lo sabías, bonita. –dice cómico.
-Pues no recuerdo. –me cruzo de brazos y se ríe.
-Ven, sube. –me ofrece un casco y me lo coloco, él se coloca otro, se sube y luego yo. –Agárrate.
-¿A dónde?
-A mí. –dice riendo, siento mis mejillas arder y lo rodeo con mis brazos. Arranca y nos dirigimos a algún lugar. Frena y nos detenemos al frente un edificio con las palabras MOTEL a lo largo y en rojo, me quito el casco.
-¿Qué hacemos aquí? –se quita el casco y se baja.
-Buscar a tú novio.
-Scott está con Greg y Ashton tomando. –se ríe.
-¿Eso te dijo? –asiento y niega.
-Al parecer es un bastardo de primera. –extiende su mano y la tomo, me bajo.
-Yo le creo.
-No deberías. –entramos.
-¿Por qué te interesa que me esté engañando? –se detiene y lo miro.
-¿Se les ofrece algo? –dice una chica de unos 23 años, Dylan niega.
-Solo sígueme la corriente. –se acerca. –Tengo entendido que aquí está Scott Duncan…
-Esa información no está permitida dársela a nadie. –Dylan se acerca más y sonríe de lado.
-Ella es su hermana y necesita hablar seriamente con él, sería algo como…-un favor, ella se sonroja y niego. - ¿Qué dices?
-E-Está bien. –sonríe y comienza a teclear. –Solo que nadie los vea.
-Será una charla rápida y luego nos iremos. –ella sonríe embobada.
-Habitación 69, buena suerte.
-La necesitaré. –ella sonríe de nuevo, niego y camino adelante. –Oye, con calma.
-Eres un idiota.
-Necesitaba el favor y no me lo iba a decir así tan fácil. –niego de nuevo. –Cálmate…
-¿Qué dirá tú novia si te ve coqueteando con cualquier chica? -48, 49, 50… miro los números.
-Volvimos a terminar.
-¿Por qué?
-Estaba teniendo sexo con Josh. –me detengo abruptamente.
-¿Qué? –se encoge de hombros.
-Lo golpeé, ella dijo que lo prefería y la dejé.
-¿Cómo que con Josh? Si…
-¿Cómo sabes que tenía novia?
-No lo sé, solo lo sé.
-Eso es buena señal. –dice cómico.
-Aún no entiendo lo de Josh.
-Después te explico. –seguimos. Nos detenemos en una puerta, 69 se lee en dorado. Se escuchan unos gemidos, retrocedo un paso y niego. - ¿Todo bien? –susurra.
-No quiero entrar. –digo negando.
-Oye, estoy contigo, además es hora de que el imbécil tenga su merecido. –lo miro y sonríe cálidamente.
-Está bien. –coloca sus manos en mis hombros y una calidez recorre mi cuerpo.
-Ahora solo debes cambiar tú voz y hacerte pasar por la de servicio a la habitación.
-Eso es fácil. –digo sonriendo superficialmente y suelta una pequeña risa.
-Bien. –toca.
-¿Quién? –es solo Amber, ella es una zorra. Pienso.
-Servicio a la habitación. –digo cambiando mi voz.
-Espere un momento. –se escuchan pasos acercarse, la puerta se abre y es Amber que está en ropa interior, me mira y sonríe triunfante.
-¿Así que es cierto?
-Me encanta que se repita de nuevo. –dice como si hubiese ganado un Oscar. –Y vienes muy bien acompañada. –dice mirando a Dylan mientras se muerde el labio. - ¿Qué te parece si entras y nos divertimos un poco?
-¿Quién es, Amber? –y esa voz fue la que todos mis recuerdos volvieran en si. Aprieto mis manos fuertemente y Scott aparece en bóxer y despeinado.
-Hola, mi amor. –digo tragándome las lágrimas.
-Brook ¿qué demonios haces aquí?
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El idiota de la motocicleta
Fiksi Remaja¿Qué sentirías si dejaras tú vida de forma drástica para terminar en medio de la nada, junto con tú madre y su pareja? Esta es la historia de Brook Foster, una chica que tuvo que mudarse a Texas desde Manhattan, dejando toda su vida atrás. Una nueva...