Capítulo 36

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Nati había salido a trabajar fuera y mamá la había acompañado, papá estaba trabajando en su estudio y yo sólo estaba leyendo. Últimamente mis tarde-noches eran así, aburridas, las chicas iban a salir a bailar pero yo no quise acompañarlas, digamos que mi humor no es el adecuado para estar rodeada de tantas personas

Pase la página del penúltimo capítulo de mi libro, últimamente Stephen King era mi escritor favorito, supongo que el terror y el suspenso van mejor con mi estado de ánimo, estaba dispuesta a terminar el libro pero el timbre de la puerta interrumpió mi lectura. Coloque el separador y cerré el libro, espero que valga la pena

– Hola – Saludo Rugge cuando abrí la puerta – Espero no interrumpir

– Descuida

– ¿Puedo pasar?

– Claro – Me hice a un lado para que entrara

Tomamos asiento en la sala

– ¿Tienes tu computadora a mano? ¿O quizá un radio?

– Hum... – Lo mire confundida – ¿Para qué?

– Quiero escuchar el programa del chango – Miro la hora en su reloj

– ¿Por eso viniste a casa a esta hora?

– Si

– ¿No podías escucharlo en la tuya?

– Na... es más divertido así – Fruncí el ceño sin comprender – Vamos Caro... Sólo escuchémoslo y después me sigues interrogando

Puse los ojos en blanco, era obvio que algo ocultaba, pero termine por aceptar. Tome mi computadora y me conecte a la estación de radio, el programa empieza a las diez de la noche y ya eran las diez y media, era algo tarde para que Rugge viniera hasta mi casa sólo para escuchar el radio

El programa inicio después de un corte comercial, Rugge parecía emocionado, envió un mensaje de texto y después volvió a centrar su atención en el programa

– Buenas noches – Saludo papá

– Oh... Señor Kopelioff – Rugge se puso de pie y saludo a papá – Lamento la hora pero es algo importante

– Papá – Intervine – Él es Ruggero Pasquarelli, un amigo de la serie

– Mucho gusto

– Igualmente – Papá sonrió – Eso que tenías que decirle a mi hija ¿no podía esperar a mañana?

– No – Fruncí el ceño – Es algo realmente importante

Papá lo miro unos segundos intentando averiguar más, pero Rugge no dijo nada, finalmente papá se rindió y decidió volver al estudio. Comenzó a sonar una canción en la radio, Rugge volvió a tomar asiento y ambos continuamos escuchando el programa

Gastón: Y ahora damas y caballeros, tenemos un invitado especial, amigo de la casa

Manu: Que prefiere mantener el anonimato

Rugge se sentó cerca de mí con una sonrisa

Guido: Tiene algo importante que decir, así que adelante, el micrófono es todo tuyo

Agus: Gracias

Fruncí el ceño sin comprender qué hacia él ahí

Agus: Para ser honesto jamás había hecho algo así antes, así que perdón sino sé cómo empezar

Gastón: Sólo dilo hermano

Hubo un pequeño silencio y luego una débil risa, podía imaginármelo nervioso ante el micrófono

Mil tormentasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora