Me desperté temprano, no quería que nadie me viera salir del hotel, aun no sabía qué haría con todo esto que estaba pasando, así que me gustaría estar un rato sola. Valu no había venido a dormir anoche, lo cual era un alivio para mí, camine hacia el baño y me di una ducha rápida, necesitaba salir cuanto antes del hotel, sabía que no podría evitarlos por mucho tiempo, pero tenía hasta medio día para decidir que iba a hacer ahora
Dejé mi cabello suelto y me puse algo cómodo, hoy viajaríamos hacia nuestro siguiente destino y era mejor hacerlo de forma cómoda. Salí de la habitación y apagué mi celular, de seguro intentarían localizarme en cuanto se dieran cuenta de que no estaba en el hotel
Ayer Agus entro a mi habitación por la noche, fingí dormir para no tener que enfrentarlo, no sabía que decirle ni cómo actuar así que solo lo deje pasar, por fortuna no lo noto y se marchó, su ramo de flores aún seguía donde mismo. Camine hasta la salida del hotel sin ser vista, le pregunte a la recepcionista por algún lugar tranquilo en la ciudad donde pudiera despejar mi mente, ella me recomendó una presa cerca del hotel, así que llame a un taxi y fui hasta ahí
El lugar estaba solo, tal vez era por la hora, bajé del taxi y poco a poco me fui acercando al agua, el paisaje era lindo. Jamás pensé que todo esto terminaría así, todas las historias tienen un final, pero me hubiese gustado que la nuestra no lo tuviera. Miré como el sol comenzaba a salir por el horizonte y me sentí más sola que nunca, mi vida en los últimos meses había sido solo una mentira
Confiaba en él, y ahora... Ahora estaba sola de nuevo. Sentí como las lágrimas comenzaban a mojar mis mejillas, aquí no había nadie así que no intente ocultarlo, tal vez llorar me ayudaría a sacar todo lo que tenía atorado en el pecho
– ¿Caro? – Dijo alguien tomando mi hombro
Me gire a verlo asustada, había intentado pasar desapercibida, pero al parecer no lo había logrado. Intente secar mis lágrimas rápidamente mientras Fausto me miraba preocupado
– ¿Qué haces aquí?
– Te vi salir del hotel – Explico – Te veías triste así que decidí seguirte – Desvié la mirada – ¿Estas bien?
No, no estaba bien. Volví a llorar y no me importo que él me viera, no tenía caso hacerme la fuerte cuando estaba destrozada por dentro, Fausto me envolvió entre sus brazos y me dejo llorar sin preguntarme nada más, se sentía bien tener a alguien que te consolara, desafortunadamente no había podido hacerlo con los otros chicos ya que ambos éramos sus amigos y de seguro intentarían convencerme de que estaba equivocada, que él me quería y ese beso no había sido nada
– Agus... – Ni siquiera sabía cómo decirlo – Lo nuestro se termino
– ¿Qué? – Me miro confundido – ¿Estás hablando en serio? ¿por qué?
– Jamás debimos ser novios – Dije limpiando mis lágrimas – Me equivoqué
– Por supuesto que no, ustedes se aman
– No – Sonreí con amargura – Él nunca me amo
– Claro que si – Insistió – Basta ver la forma en que te mira
– ¡Si realmente me amara no la habría besado!
Él se quedó impactado mirándome sin poder creerlo, ni siquiera yo podía creer que lo haya dicho en voz alta
– ¿Te engaño?
– No – Yo misma me había engañado – Siempre lo supe – Me miro confundido – Siempre supe que quería a otra chica, pero no pude evitar enamorarme de él
Que patético se escuchaba esto. Le di la espalda y me senté sobre el suelo mirando hacia el agua, de seguro creía que era una idiota por haber salido con el cuándo sabía que había otra chica, pero ahora ya no importaba, ya nada de eso importaba. Faustos se sentó a mi lado y paso su brazo por mis hombros abrazándome, recargue mi cabeza en su hombro
– Antes de ser novios – Intente explicarle – Me dijo que quería a Valu
– ¿Valu? – Pregunto sorprendido
– Era su amor platónico, pero ella solo lo veía como un amigo – Sentí que las lágrimas volvían a nublarme la vista
Le conté toda la historia de principio a fin, tal vez así le sería más fácil entenderme, él me escucho en silencio asimilándolo todo, le conté como mentimos para darle celos y como eso no sirvió para nada y solo termine queriéndolo más, le conté sobre su declaración de amor y sobre lo romántico que era, le hable sobre nuestra tan esperada cita que nunca llego y al final le conté como los vi besándose
En este punto de la historia mis lágrimas se habían terminado, aunque el nudo en mi garganta seguía ahí. Fausto me abrazo más fuerte intentando consolarme, me alegraba poder hablar con él, en el tiempo que nos conocemos nos hemos hecho buenos amigos y estoy segura de que no se lo dirá a nadie
– ¿Has hablado con él?
– No
– ¿Y piensas hacerlo?
– No – Me miro sin entender – No tiene sentido hacerlo
– Yo creo que deberían hablarlo
– Pues yo creo que no – No tenía sentido – Lo nuestro se terminó y eso es todo lo que me importa
– Tal vez tenga alguna explicación para...
– No necesito explicaciones – De seguro solo serían mentiras – Esto está más que claro, él aun la quiere
– Tal vez solo está confundido – Lo mire incrédula – Yo creo que deberías escucharlo
No, no podía hacerlo, si lo dejaba explicarme de seguro terminaría creyéndole de nuevo, no quería seguir así, deseaba poder olvidarme de él, arrancarlo para siempre de mi corazón y ya no sentir nada. Estaba decidida a terminar con esta mentira y no había nada en el mundo que me hiciera cambiar de opinión
– Yo creo que te quiere – Fausto acaricio mi mejilla limpiando mis lágrimas – Y no se rendirá tan fácilmente – Fruncí el ceño – No te dejará ir a no ser que le des una buena razón
Él tenía razón, cada vez que intentaba alejarme de Agus siempre lograba hacerme volver, por muy estúpido que sonara, mi corazón se aferraba a él, a cualquier migaja de amor que pudiese ofrecerle. Abrace a Fausto de nuevo y oculte mi rostro en su pecho, debía hablar con él, pero no tenía fuerza para hacerlo, si realmente quería ponerle un punto final a esto debía hacerlo bien, darle algo contra lo que no pudiera luchar y así me dejaría ir
Tal vez podría decirle que no lo quería y que nunca lo hice, que solo mentí por lastima. Hacerle creer que me sentía mal por su fracaso en el amor y que solo intentaba hacerlo sentir mejor, tal vez eso podría ayudarme a hacer que me dejara en paz y así poder olvidarlo sin que interfiera. Si me odiaba las cosas serían mucho más sencillas
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Mil tormentas
FanfictionAgustín está confundido en medio de un amor platónico y la chica que lo hace sonreír, siente algo especial por ambas pero aún no logra descifrar qué es. ¿Será capaz de descubrirlo antes de que el amor de su vida se escape entre sus dedos? Para ella...