Mil tormentas

Capítulo 42

Me quede ahí, intentando procesar sus palabras

Todo este tiempo creí que él podría olvidarla, que un día decidiría seguir adelante y mirar a su alrededor, mirarme a mí. Creí que quizá con ayuda de esta mentira podría acercarme a él, podría conocerlo y dejarlo conocerme y tal vez él podría llegar a sentir algo más que amistad por mí. Agus fue mi amor platónico durante todo este tiempo, ese chico al que quería, pero sabía que no podría tenerlo porque él quería a otra chica y aunque dolía ya me había acostumbrado a la idea

Escucharlo ahora, escuchar esas dos palabras de su voz, era algo que no podía creer. Me quede de pie dándole la espalda, incapaz de girar por miedo de que al verlo desapareciera, tenía miedo de que esto fuera solo un estúpido sueño donde él al fin me correspondía, tenía miedo de que esto fuera solo parte de otra mentira

Cerré los ojos y me estremecí al sentir como su mano tomaba la mía despacio, podía sentir su respiración en mi cuello, pero aun así mantuve los ojos cerrados. Quería seguir soñando solo un minuto más

– Déjame intentarlo – Susurro

Me aleje de él y me gire. Esto era real

– Sé que me he equivocado – Parecía nervioso – Que jamás debí pedirte que mintieras, pero todo eso me ayudo a darme cuenta de que lo que me pasaba con Valentina era algo superficial – Agacho la mirada – Ella sólo me gustaba – Sonrió sin ganas – En cambio tu...

Nuestras miradas se encontraron de nuevo, esa mirada que me hacía olvidarme de todo, esa mirada que me hacía desear quedarme para siempre, esa mirada que ahora parecía afligida

– Te quiero

Algunas noches había soñado con este momento, me había creado una película en donde éramos felices, juntos. Siempre creí que saltaría feliz a sus brazos diciéndole lo mucho que lo quería, que había estado un largo tiempo esperándolo y que a partir de ese momento podríamos ser felices y comer perdices, había imaginado un montón de cosas más, pero ahora solo estaba aquí, congelada sin saber qué hacer

– Sé que esto es algo inesperado – Bajo la mirada – Que quizá sólo me veas como un amigo y nada más, pero tenía que decírtelo – Comenzó a jugar con sus pies – Lamento si esto te incomoda y entiendo que quizá no sientas lo mismo, igual entenderé si decides alejarte...

Alejarme, él creía que me alejaría, no había sido capaz de ver lo que sentía por él. Aún creía que lo había ayudado desinteresadamente, creía que no correspondería sus sentimientos. No sabía que decir, pero no podía permitir que siguiera pensando así, tal vez Rugge tenía razón y necesitábamos hablar y dejar las cosas claras para evitar más confusiones, quizá debí decirle lo que me pasaba desde el principio, tal vez era el momento de ser honesta

– Yo... – Dije nerviosa

Agus me miro y entonces entendí que no encontraría las palabras para decirle lo mucho que lo quería, que no había una respuesta capaz de expresar lo que estaba sintiendo, así que solo tome su rostro entre mis manos y lo bese, lo bese intentando decirle lo que durante tanto tiempo calle, lo bese como siempre había deseado

– Te quiero – Susurre sobre sus labios

Él solo sonrió y me beso de vuelta, deslizo sus brazos por mi cintura y me acerco a él, ninguno de mis sueños había sido tan perfecto, ninguno de ellos me hizo sentir como lo hacía ahora

– Eres hermosa – Acaricio mi mejilla mientras miraba mis labios

Sonreí desviando la mirada, me resultaba algo raro escucharlo alagarme, usualmente ese era el lugar de Valu, usualmente era yo la que se quedaba en las sombras escuchándolo hablar de ella. Me aleje un poco cruzando los brazos, podía sentir como su mirada estudiaba cada uno de mis movimientos, él coloco un dedo debajo de mi barbilla y me hizo mirarlo de nuevo

– Pídeme que te abrace – Sonrió haciéndome perder de nuevo

– Abrázame – Sonreí

Se acero más a mí y me rodeo con sus brazos, yo solo me acurruque en su pecho escuchando los latidos acelerados de su corazón que sin saberlo seguían el ritmo del mío

– Pídeme que te bese

Miro mis labios con intensidad

– Bésame – Susurre

Él lo hizo lentamente, disfrutando del momento, un beso sin reloj, un beso donde no importa el tiempo, sonreí al recordar nuestra pequeña sesión privada de besos donde lo había aprendido. Agus comenzó a depositar pequeños besos sobre mis labios, un beso palpitante

– Pídeme que sea tu novio

Mi corazón se detuvo por un segundo, sus ojos brillaban y su sonrisa era lo más lindo que había visto

– ¿Agustín Bernasconi, te gustaría ser mi novio?

Él me envolvió entre sus brazos de nuevo y repartió pequeños besos por toda mi cara, hasta llegar a mis labios

– Necesito pensarlo – Fingió considerarlo

Lo mire incrédula y golpee su hombro

Él solo rio con ganas y me cargo hasta el sofá, donde me deposito con cuidado, intentando no lastimar mi tobillo

– Seré tu novio – Dijo dándome un pequeño beso – Seré todo lo que me pidas

Yo solo quería que fuera él

Me recosté en su pecho disfrutando del momento, nunca había estado tan feliz, esto era lo que había soñado desde que comenzamos con la mentira y hoy por fin se hacía realidad. Agus beso mi frente y así acurrucados en el sillón comenzamos a ver el maratón de Aliados

No tenía ni idea de qué pasará mañana, o cómo le explicaré a Male que sigo con él. Nada de eso me importa ahora que estamos juntos de verdad, alce la vista y observe su sonrisa, parecía tan feliz como yo, después de todo no había sido tan malo involucrarme, al menos no había terminada como creí que lo haría, al menos mi corazón no estaba roto. Ya tendría tiempo de encontrar la forma de decírselo a Male, por ahora solo quería disfrutar de mi nuevo novio

Cerré los ojos algo cansada y envolví mis brazos en su cintura acomodándome mejor, él paso un brazo sobre mi espalda ayudándome a hacerlo. No podía imaginar ningún lugar mejor que este, estar entre sus brazos siempre me hacía sentir segura, como si nada malo pudiera pasar si estábamos juntos