Tiempo Al Tiempo

¡13!

Podía quedarme horas enteras meditando acerca del amor, me preguntaba si de verdad las mariposas en el estomago eran por ese sentimiento, o tal vez yo las estaba confundiendo con hambre. Roger Taylor se había clavado en mi mente, día y noche siempre estaba presente.

-¡Pero qué absurdo es! tengo doce años, por amor a Dios.

Una vez escuché en la tele que para el amor no había edad. Esa frase se me quedó grabada y aunque pudiera haber parecido jocoso, me daba ánimos para seguir alimentando mi sentimiento de amor naciente.

-(Tu nombre)-
-Mamá Bulsara me llamaba

Atendí inmediatamente a su llamado. Mis padres habían comprado un pastel de cumpleaños, al día siguiente cumpliría 13.

-¡Qué niña más alta! protestó papá Bulsara.
-Si papá, hace poco en casa de mi amiga Ángeles me han tomado el peso y la estatura, su mamá que es enfermera.

Medía 1,65 cm ...

-Pronto empezará a darnos dolores de cabeza- replicó papá nuevamente. Mamá solo se reía mientras sacaba un hermoso pantalón acampanado y una blusita corta de rayas como a mí me gustaban.

-¡Son 13 este año!

Fred trajo a sus amigos para celebrar mi cumpleaños, de mi parte solo asistió Ángeles, la pobre era un año mayor, pero más bajita y un poco subidita de peso.

Desde aquel incidente en mi habitación, en el que Roger me había visto en paños menores, no había sido capaz de dirigirle palabra, trataba de esquivarlo siempre, me ocultaba. A veces él trataba de hablarme pero yo huía velozmente del lugar, como hoy, justo me iba a felicitar por estar cumpliendo años y lo único que hice fue huir.

-¡POR DIOS, POR DIOS, POR DIOS! NO LO PUEDO SACAR DE MI MENTE.

Mi amiga Ángeles se acercó y me preguntó qué rayos me pasaba. No podía decirle que estaba enamorada de un hombre diez años mayor que yo, y que de noche imaginaba mi vida a su lado. Ella sabía que yo estaba bastante adelantada para mi edad, pero no tanto, así que decidí inventarme una jaqueca.

Cuando volvimos a la reunión y para mi sorpresa, Roger Taylor se había ido.