UNA VISITA INESPERADA

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Volví a Estados Unidos y no vi ni una sola vez a Roger. Fred evitaba a toda costa nuestro encuentro, él mismo me dijo, antes de partir, que si Roger enderezaba su vida y cambiaba, me permitiría estar con él sin poner objeciones. Yo le creía a mi hermano, y si él no me había permitido verlo, era porque aún Roger Taylor seguía siendo el mismo mujeriego de siempre, aún siendo padre de familia.

-¡Maldita sea!- exclamé con dolor

Un día cualquiera, saliendo de la universidad, alguien me sorprendió por detrás, tocando mi hombro.

-¡CHRISTOPHER!- Me sobresalté cuando me di cuenta de quien se trataba

-(Tu nombre) ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi. ¡Estás hermosa!- Dijo él, mientras me reparaba de pies a cabeza.

-¿Qué haces aquí, Chris? ¡Qué alegría verte!- De verdad si me daba mucha emoción ver a Christopher, porque de alguna manera, me hacía sentir en casa.

-En Stanford nos dieron vacaciones de tres días y como sabía que estabas aquí, decidí venir a verte, siempre es bueno ver una cara amiga-

En ese instante, Alison llegaba para irnos juntas a casa, los presenté a ambos y pude notar un gesto de agrado de ella hacía él. Christopher, como era tan amable y cordial siempre, no pude distinguir si le pasó lo mismo, o simplemente solo fue amabilidad. Cenamos juntos ese día los tres. Ali pudo empaparse un poco más de lo que era vivir en Londrés, aunque también supo sin querer, algo que le había ocultado. Ella no sabía que un hombre llamado Roger Taylor, existía en mi vida.

-Con todo este asunto de tu partida prematura de Londres, por culpa de Roger Taylor, ya no nos pudimos despedir- dijo Chris.

Le abrí los ojos como señal de que Alison no sabía, pero la chica no era tonta, se dio cuenta de que algo pasaba. Al terminar la cena, fuimos a casa, Christopher se hospedó en un hotel muy cerca. Por la mañana saldríamos otra vez, pero esta vez, solo seríamos los dos.

Al llegar de cenar, Alison actúaba de forma extraña, casi no me dirigió la palabra.

-Ali, te pasa algo?- le dije

-No, es solo que no era necesario abrir tus ojos como un lince cuando tu amigo mencionó al tal como se llame, sabes bien que no soy indiscreta y no te obligaría a que me contaras algo que no quieras- me respondió de forma gentil, pero seria.

No sé por qué no había tenido el valor de contarle mi secreto a la que ahora se había convertido en mi mejor amiga, cuando sabía muy bien que un consejo nunca estaba más; desahogarse no caía mal, y menos si era con una persona como ella, así que lamenté haberme tragado mi dolor yo sola todo ese tiempo.

-Sabes, Alison, no me vine a propósito para este país, mi hermano me ha enviado lejos porque quiere alejarme de su mejor amigo, el baterista de su banda, me enamoré como una loca de él desde que tengo memoria. A veces, me tiraba en el suelo a dibujar corazones, pensando en él. Despertaba, pensando en él, me dormía, pensando en él; todo el tiempo siempre estaba pensando en él, y sabes, él también pensaba en mí, él me lo hizo saber-

-¿Y por qué te han alejado de él, no entiendo?

Vacilé antes de responder

-Ali, Roger es mayor que yo diez años, en este momento debe tener veintisiete años y yo solo diesiciete-

Alison entreabrió la boca para mostrar asombro y después de un momento, dijo...

-Pero (tu nombre) a veces es normal que esas cosas pasen, sentir deseo, admiración y hasta amor por una persona mayor, además, como que te ves mayorcita para tener diecisiete y por lo que conozco de ti y tu forma de ser, eres muy aterrizada, tal vez él lo notó y por eso le gustaste sin importarle que fueses menor. Querida amiga, el amor no es opcional-

Alison tenía razón, Roger me había dicho exactamente las mismas palabras una vez.

-Todo pasó muy rápido, tuve que inventar que el chico con el que salía era Christopher, él cubrió mi mentira por un tiempo hasta que Freddie se enteró- dije, mientras la miraba.

-Entonces, por eso estás aquí- Exclamó, mientras recogía su cabello.

Esa noche, mi amiga y yo hablamos por más de tres horas, le conté absolutamente todo. Me sentí aliviada, Alison sabía escuchar, sin juzgar.

A la mañana siguiente, Christopher pasó por mí tan puntual como siempre. Fuimos a tomar un café y luego a caminar al parque. En algún momento, Chris se detuvo.

-Sabes, (tu nombre) ya que estamos aquí, los dos, juntos, y al volverte a ver tan linda, quería decirte que siempre me has gustado. Sé que no tengo esperanzas, pero quería que lo supieras- dijo, sin agregar más nada.

Hice una pausa, mientras él intento seguir la caminata, pero retrocedió al ver que yo no avanzaba.

-¿Qué te pasa? ¿he dicho algo malo?- dijo, mientras me miraba perdido.

Vacilé un instante mientras intentaba hablar, y de un momento a otro, salté sobre la boca de Christopher. ¡LO BESÉ! ... estaba besando al que alguna vez fue mi novio falso. Depronto, me separé de él, y como era mi costumbre con los hombres, salí huyendo.

Christopher me siguió, hasta que me alcanzó.

-Por favor, Chris, no ha sido mi intención. Te ruego que por favor me disculpes, pero tengo que regresar... sola-

El pobre muchacho estaba consternado y yo debía regresar a casa a meditar qué rayos había hecho.

Tiempo Al TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora