LA ENFERMA

576 51 3
                                    

Los próximos tres días fueron de fiebre intensa, alucinaciones y mucho dolor de cabeza. Estuve internada en un hospital de Londres. Mamá nunca se separó de mi lado, papá llegaba cuando tenía oportunidad y Fred también cuando podía.

Después de Keep Yourself Alive y Liar, Queen se estaba preparando para continuar creciendo, Fred se había dedicado a componer canciones y sus compañeros a preparar la música con sus instrumentos, así que sus visitas a casa ya no fueron constantes y poco a poco fueron disminuyendo, lo cual era triste porque significaba que no vería a Roger más seguido.

-Toc, toc-

Era Freddie.

-Hola a la enferma más linda del mundo-

-Hola hermano dientón-

Mamá Bulsara aprovechó para ir a casa y buscar ropa mientras Fred se quedaba conmigo.

-¿Cómo te sientes? ¿Cómo estás?

-Ya estoy mucho mejor, gracias por preguntar. ¿Y tú?

-Estoy feliz, la banda está creciendo tanto, nos llueven los contratos.

Fred guardó silencio y puso una cara triste.

-Tengo que contarte algo-

-¿Qué pasa, Fred?

Estaba angustiada, no sabía si Fred ya sabía algo de lo que había pasado entre Roger y yo.

-La semana próxima estaré mudándome de casa, renté un apartamento y me iré a vivir con Mary-

El corazón se me apachurró, mi hermano del alma se iba de casa

-Fred, no sé qué decir, excepto que te extrañaré mucho, estoy muy acostumbrada a ti-

Freddie me abrazó y hasta pude notar que unas lagrimas se asomaban, pero él trató de ocultarlas.

-Estará mamá, tu eterna alcahueta. Aparte, también podrás venir a visitarme cuando quieras, Mary es muy simpática-

-¿Nuestros papás ya saben que te irás?

-Si, ya lo saben, pero les dije que no te dijeran nada, quería hacerlo yo personalmente-

Una enfermera entró a revisar mi estado y como aún tenía fiebre, me dio un medicamento para ponerme a descansar.

-Quedará dormida en menos de tres minutos- Nos dijo.

-Estaré aquí hasta que regrese mamá- dijo Fred

En ese instante, una visita que de verdad no esperaba, entró por la puerta. Roger Taylor había llegado paranoico y fumando cigarrillo, por lo cual la enfermera protestó e hizo que Fred se lo quitara de las manos y se lo llevara afuera, la mujer salió junto con él, para cerciorarse de que se terminara el cigarrillo en un área donde no molestara a nadie, así que en el cuarto solo quedamos el rubio sexy y yo.

-¿Cómo te sientes, (tu nombre)-

-Estoy un poco mareada-

Casi no podía ver la figura hermosa de Roger, era borrosa su imagen, pero si podía sentir su tacto y escucharlo con total claridad, así que pude notar cuando se acercó y me tomó de las manos.

-No había tenido excusa para venir a verte, así que aproveché que Fred estaba aquí para venir a visitarte. He pensado en ti todo este tiempo, ni un solo instante te has ido de mi mente. Quisiera protegerte siempre, poder llevarte conmigo, tenerte a mi lado todos los días, las 24 horas-

¡Dios! era increible escuchar esas palabras, así que con las pocas fuerzas que me quedaban, le hice saber que yo también sentía lo mismo.

Depronto sentí como su boca llena de tanta ternura entró en la mía, llenándome de alegría. Él era mi medicina, la persona que con solo una mirada, saciaba mi alma. Sus labios eran suaves, dulces, perfectos en todo el sentido de la palabra.

Traté de corresponder lo más que pude, pero lo último que escuché antes de cerrar los ojos definitivamente, fue un TE QUIERO.

Tiempo Al TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora