MI NOVIO

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Ya en casa, totalmente recuperada, una mañana me abordó mamá.

-Quisiera hablar contigo (tu nombre)-

-Claro mami, ¿qué pasa?-

-El día que llegaste a casa, empapada por la lluvia, yo saqué de esta habitación un abrigo de hombre que obviamente no es de tu padre, ni de Freddie. ¿Me puedes decir quién es el dueño?-

Obviamente no iba a decirle a mamá que el abrigo era de Roger Taylor, le haría pasar un mal momento con semejante noticia.

-Ese abrigo es de Christopher, mamá, el hermano de Ángeles. Me lo prestó para que lograra cubrirme más, en caso de que la lluvia me alcanzara-

-¿Estás diciéndome la verdad?

-Claro mamá, ¿por qué mentiría?

Mi madre me miró con cara de pocos amigos, me besó en la frente y se marchó sin decir palabra.
Tres horas después, algo muy extraño pasó. Mamá Bulsara entró por la puerta, en compañía de Christopher, casi me desmayo cuando lo vi.

-Pensé que era buena idea invitar a tu novio a casa. Tranquila, él ya me lo ha contado todo -

¿A MI NOVIO? ¡DIOS MÍO, DE VERDAD SI QUERÍA QUE LA TIERRA SE ABRIERA Y ME TRAGARA.

-Voy a dejarlos solos un momento, ya vengo a traerles refrescos-

No entendía nada de lo que estaba pasando, mamá estaba de acuerdo con que yo tuviese novio, no obstante, se veía feliz. En algunas de nuestras conversaciones, ella me había dicho que apoyaría que yo tuviese novio hasta que cumpliera los 15, y yo aún tenía 14, era 1973 aún.

-¿Quiero que me expliques inmediatamente qué está pasando aquí?

Christopher se dio cuenta de que le había hecho la pregunta en tono serio y con cara de pocos amigos, así que solo se limitó a responder.

-Tu madre me ha llamado por teléfono a preguntar si era mío el abrigo que llevabas puesto el día de la lluvia y yo le he dicho que si, como habíamos acordado, pero ella no quedó del todo convencida. Me dijo que si estaba incubriendo a alguien, la iba a pasar terrible, así que decidí decirle que ese abrigo era mío y que no estaba incubriendo a nadie porque tú eras mi novia. ¡Lo siento mucho, fue lo único que se me ocurrió!

-¡Ay Chris! gracias, pero no debiste haber dicho eso- Lo abracé.

Christopher tenía 16 años. Era un chico sencillo, guapo, alto, sus ojos eran del color de la miel y su cabello oscuro le daba casi por los hombros.

-No era mi intención hacerlo, te lo juro, pero al notar el estado de preocupación de tu mamá, decidí mentir para que dejara de pensar que ese abrigo, era de alguien más. Por lo pronto, creo que ahora si merezco saber la verdad. ¿Me contarás?-

Quedé pálida. Qué iba a decirle, no había tenido tiempo de pensar en nada, así que decidí contarle la verdad... a medias. ¡Mierda!

-Ese abrigo es de un buen amigo de mi hermano Freddie. Me lo encontré cuando venía de camino a casa y muy amablemente me lo ofreció, pero no he dicho que es de él, porque me ha dado vergüenza que piensen cosas que no son-

-No es tan grave, (tu nombre). Cómo podrían si quiera pensar que una niña tan linda como tú se va a fijar en algún amigo de tu hermano, los he visto, regularmente tocan en escuelas y universidades, debo decir que tu hermano canta excelente, a los otros casi no los identifico, o bueno, el baterista siempre está rodeado de mujeres, hace poco pude verlos porque tocaron en la universidad donde estudia mi prima Olivia, y dos de sus amigas se quedaron con él. Las tenía embobadas-

Pude sentir como mi corazón se hacía añicos. Involuntariamente, Christopher me había hecho participe de una mala noticia. Mamá Bulsara entró con dos malteadas, hizo entrega de cada una de ellas, mientras nos repetía que la puerta debía permanecer abierta. Se marchó.

Cuando estuvimos solos, otra vez, quise sacarle más información de Roger, pero alegó no saber más nada. No insistí. Pasada la hora de estar conversando, Christopher decidió que debía marcharse, por lo que me ofrecí a acompañarlo.

Bajando las escaleras, nos topamos con mamá quien se dirigía a mi habitación a verificar que todo estuviera en orden. Para mi buena suerte, en ese instante, Fred acababa de entrar por la puerta con John, Brian y Roger.

-¡Hola a todo el mundo, llegó la alegría de esta casa!-

Le clavé una mirada de odio al chico rubio de la boina colorida y la camisa entreabierta. Él hizo lo mismo al verme acompañada de un chico extraño.

-¿Se puede saber que está pasando aquí, queridos?- -¿Quién es esta guapura de muchacho? preguntó Freddie.

-Es Christopher, el dueño del abrigo que trajo (tu nombre) a casa el día que la sorprendió la lluvia en la calle, es su novio- Respondió mamá.

El rubor saltó en mi cara porque pude ver por el rabillo del ojo que Roger estaba mirándome.

-Si, soy su novio, un gusto saludarte Freddie, y a todos, pero ya tengo que irme. Hasta pronto señora, un placer haberla saludado. Hasta pronto nena, volveré a pedir permiso para venir a verte-

Christopher me tomó por sorpresa y se despidió con un beso en la boca. ¡TRÁGAME TIERRA!
Había sido una escena muy vergonzosa, pero por dentro estaba feliz de que Roger supiera que si él podía estar con alguien más, yo también.

Cuando Chris se marchó, Fred empezó a hacer alboroto por mi novio guapo, no lo soporté y me fui a mi habitación.

Llegaban a mi mente todo tipo de pensamientos. Roger se estaba convirtiendo en una estrella de rock, así que lo que más iba a sobrarle, serían mujeres. Me atormentaba una y mil veces. ¿cómo podría estar un hombre con su experiencia, con alguien como yo? ¿qué tal si solo le gustaba para saciar sus deseos sexuales conmigo? ¡CON UNA VIRGEN!

Esa noche lloré amargamente, no pensé que romperían mi corazón antes de cumplir los 15.




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