LA CARTA

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Al día siguiente, la cabeza me daba vueltas, vomité todo lo que había comido desde que nací, ¡qué dolor de cabeza! Lo único que me sostenía ese día, era el recuerdo de Roger Taylor, besándome esa madrugada. ¡Ay, por Jesús!. Lo había besado, después de tanto tiempo lo había tenido nuevamente entre mis brazos; más adulto, diferente en su físico, pero no en su trato, había sido igual de cariñoso conmigo, como si el tiempo no hubiera pasado.

Guardé la esperanza de que apareciera cualquier otro día, pero fue inútil, no hubo más señales de él, ni siquiera una carta, o una llamada para felicitarme por mi cumpleaños; ni por mi grado como abogada, lo único que sabía, era que Queen estaba triunfando como nunca llegué a imaginarme. Cada vez más giras, más conciertos, más fans, más dinero, más groupies... ¡Já!, lo último me atormentaba, imaginar a Roger con una mujer diferente entre sus brazos, me destrozaba el alma.

Pronto llegó el momento de marcharme para siempre de Estados Unidos y regresar a mi amada Inglaterra al lado de mis seres queridos, lo único que me dolía, era dejar a Allison, y aunque habíamos quedado en que me visitaría, la echaría mucho de menos, ella significaba mucho para mí.
Al llegar a casa, la cara de alegría de mamá me dio la bienvenida, se veía dichosa por mi llegada; papá se encontraba en el trabajo, pero pronto regresaría.

-Y pensar que fue ayer que te fuiste. Estás hermosa, hija mía, radiante; muy bella- dijo mamá, cuando me vio.

-No seas exagerada, viejita, me viste hace un mes cuando fue mi grado. Te amo tanto, qué dicha volver a casa para navidad- abracé a mi madre, mientras le expresaba lo dichosa que estaba de haber llegado.

Tomamos asiento frente a la chimenea para calentarnos un poco, mamá se sentó a mi lado, pero yo decidí tumbarme y poner mi cabeza en sus piernas, mientras ella tocaba mi cabello.

-Sabes, cariño, ha llegado una carta para ti estos días, de parte de tu viejo amor- Me avisó mamá.
Me alteré al escuchar sus palabras, pero ella me calmó.

-Mamá, yo...- traté de explicarle a mamá, pero ella intervino haciendome callar.

-No te preocupes, hace mucho tiempo que lo sé todo, Farrokh me lo ha contado, no estoy molesta contigo, ahora eres una mujer hecha y derecha y pienso que tu hermano hizo bien en ocultarmelo en su momento, todo lo que hizo, fue por tu bien, nunca debes dudarlo-

Levanté la vista para mirar a mamá a los ojos y expresarle lo que estaba sintiendo. Le conté absolutamente todo desde el principio, sin omitir detalles, le sorprendieron muchas cosas, pero ya era demasiado tarde para evitarlo, cualquier molestia, solo sería extemporánea, así que aceptó con resignación mi vida pasada y me extendió una invitación a mejorar mi fúturo.
Después de nuestra charla, me dio la carta, efectivamente firmada por Roger, así que me fui a mi cuarto para leerla.

"20 de Diciembre de 1980

Querida (tu nombre)

Desde la última vez que te vi, no he dejado de pensar    en ti ni por instante; nunca lo he hecho, llevo tu voz, tu cuerpo, tu olor, tu nombre; todo grabado en mi memoria y en mi corazón, quise decirte tantas cosas esa madrugada, pero no se pudo, por eso he decidido escribirte, porque sé que para este tiempo, estarás de vuelta en Inglaterra. Ojalá te hagan entrega de esta carta, ojala leas lo que tengo que decirte, ojalá... Perdóname por haberte mentido, nunca fue mi intención, estaba dispuesto a cambiar por ti, te juro que durante el tiempo que estuvimos juntos, te amé solo a ti, lo de Dominique pasó mucho antes de que me dicidiera a estar contigo. Quiero que sepas que ha sido muy duro estar sin ti todo este tiempo, he sufrido mucho, no sé si sepas. He hablado con Fred muchas veces, nuestra relación se quebró desde el momento en el que supo que estábamos juntos, me contó lo que habían acordado ustedes dos, y me pareció lo más justo y sensato, no lo critico, de haber estado en su lugar, habría hecho lo mismo.
Amor, ya no puedo más, he buscado refugio en otras mujeres, en el alcohol, en las fiestas, pero ha sido en vano, sigo sintiéndome vacío, en casa no hay nadie esperándome. Preguntarás por qué digo esto, quizá pienses que tengo un hijo y una esposa, pero no es así, el embarazo de Dominique era riesgoso y lamentablemente mi hijo y ella murieron durante el parto, fue un momento muy difícil, uno que asumí haciendo cosas incorrectas, relacionadas con lo que antes te mencioné, mi vida vacía de mujeriego, de alcohólico, de fumador... No resistí haberlos perdido a ellos y también a ti.
Sé que hice mal en ir a buscarte aquella noche, pero necesitaba verte, abrazarte, sentirte de nuevo conmigo y quiero que sepas que fue reconfortante para mí hacerlo, desde que volví a ver tu cara, me di cuenta de que la vida sigue, y que estoy dispuesto a asumirla contigo o sin ti, eres un ser muy especial y comprenderé si no quieres saber nada más de mí, pero es necesario que mi vida gire positivamente; por mí, porque me lo merezco.
Quiero que tengas siempre presente que tu risa tierna a los catorce y hoy a tus veintiuno, sigue estando latente en mí y que nunca te voy a olvidar. Te amo desde lo más profundo de mi alma y no sabes como me encantaría decirtelo a la cara, mientras te beso. Siempre tuyo

Roger Meddows Taylor"

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