MI PRIMER BESO

708 52 40
                                    

No salí de mi habitación en tres días. Bajaba por los alimentos y los consumía sola en mi cuarto. Mis padres no se preocupaban, ese comportamiento era muy normal en mí cada vez que algo me alteraba, así que a ellos no les parecía extraño, sin embargo, mamá llegaba dos o tres veces a mi cuarto, supervisaba que nada andara mal y se marchaba.

No podía superar el hecho de que casi beso a Roger Taylor. En Inglaterra está totalmente prohibido que una persona adulta esté con un menor de catorce años, pero bueno, ya tengo catorce, ¿o no? ¡ay Dios!

Sentía que enloquecía. Me temblaba el cuerpo de solo imaginar lo cerca que estuvo, aparte, no lo podía creer, él es un hombre de mundo, ¿por qué querría besarme? A mí, que soy tan insignificante. Debía averiguarlo, tenía qué. Pero... ¿cómo lo hacía? ¿cómo lo enfrentaba? ¡ay nooo!

Decidí visitar a mi amiga Ángeles para distraerme un poco, sin percatarme de que hacía un mal clima, el cielo estaba que se caía, así que no demoré mucho en su casa, pretendiendo llegar a tiempo a la mía sin que la lluvia me alcanzara. Fue inútil, no había cruzado la primera esquina cuando ya estaba lloviendo, me resigné y caminé empapada por las calles llenas de gente desesperada por encontrar un lugar donde refugiarse. No sé por qué, pero sentí nostalgia; una que me hizo llorar. Ahora llovía en la calle y llovía en mi cara también.

Pensaba en que no podía ser cierto que yo le gustara a semejante hombre, analizando (obviamente) que Roger no besara chicas solo por besarlas, así que deduje que para que él decidiera tener contacto físico con alguna, algo debía sentir por ella. De esta manera, alimentaba mis esperanzas, llegando yo misma a la conclusión de que si él, ese día quería besarme, era porque yo le gustaba, de otro modo no sería tan tonto como para arriesgarse a perder la amistad con Freddie, al que estaba segura no le gustaría nadita una relación entre él y yo.

¡Valgame Dios! no había pensado en la reacción de Freddie, ni en la de mis papás. ¡Mierda!

Iba tan concentrada en mis pensamientos, que ni siquiera notaba el frío que hacía, mis labios rosa habían cambiado su tonalidad, y quedaron totalmente oscuros, así que decidí acelerar un poco más el pasó. No sé de dónde salió, ni cómo me encontró, solo sentí como un abrigo me cubrió por detrás. Era él. Empecé a temblar, y no precisamente porque hiciera frío.

-¿Por qué decidiste salir a caminar tú sola y con este clima?- me dijo.

Pero yo solo podía contemplar su perfecta figura delgada, empapada de miles de gotas de agua.

-Ese no es tu asunto- le respondí

Roger me tomó en sus brazos y me alzó con fuerza, llevándome en sus hombros al lado extremo de la calle, prácticamente mi cabeza colgaba detrás de su espalda y mi trasero era sostenido por sus manos.

-¡Bájame, por favor bájame!

Él no lo hizo, creo que ni escuchaba mi algarabía. Cuando llegó a su destino, por fin me bajó. A mi alrededor habían árboles que lograban cubrirnos un poco, sin embargo, aún nos mojabamos.

-¿Qué te pasa? ¿te has vuelto loco?

-¿Me creerías si te digo que sí? que estoy loco por ti. ¡Qué me hiciste niña! qué me hiciste que no te dejo de pensar.

Mi boca se entreabrió por lo que acababa de escuchar, ¿cómo digería aquella información? Se notaba el desespero en su rostro, uno que quería calmar, podía sentir la verdad en sus palabras. ¡De verdad le gustaba!

-(Tu nombre) he estado pensando todos estos días, analizando mi situación, analizándote a ti, no sé lo que sientas tú exactamente, pero soy hombre y no soy tonto, no es normal que huyas cuando estoy cerca; que me esquives, yo sé que algo debes sentir, ya eres completamente una mujer, el espejo te lo habrá dicho muchas veces y sin temor a que lo sepas, te observo y detallo cada parte de ti cada vez que tengo la oportunidad, te miro cuando llegas de la escuela, cuando bajas por algo a la cocina, cuando te acuestas en la grama del patio trasero a dibujar, YO SIEMPRE ESTOY PENDIENTE DE TI. Sé que eres menor, sé que tengo a todo el mundo en contra, pero en el corazón no se manda, ME GUSTAS (TU NOMBRE) ME GUSTAS MUCHO.

Mi corazón hizo ¡boom!
Era Roger Taylor confesando que sentía algo por mí.

-¡Estás completamente loco!-

Traté de huir de ahí, como era costumbre cada vez que lo tenía cerca, pero fue imposible, él me haló y me apretó contra su pecho con fuerza, quedé presa y no podía escapar.

-¿Loco? ¡jajaja no! dime que no sientes lo mismo que yo, dime que ese día en la cocina hubieses deseado que Fred no se apareciera. ¡Dímelo!

No podía llevarle la contraria, había pensado tanto en lo que hubiese sucedido si Fred no hubiera llegado, ¡Dios! qué podía hacer. Traté de salirme de sus brazos, pero no podía, en ese instante era completamente suya.

-Sueltame, Roger, por favor

-No puedo- me dijo

En ese instante nuestras miradas se clavaron fijamente y antes de que pudiera reaccionar, su boca ya estaba posada en la mía. Quise resistirme, pero su sabor era tan delicioso, que perdí todas las fuerzas y solo me dejé llevar. Era un beso provocativo, se había apropiado completamente de mis labios, los saboreaba y yo hacía lo mismo, nuestras lenguas jugaban entre sí, como quien prueba un helado, podía sentir como era tocar el cielo, estaba besando al hombre que tanto me gustaba, en el que tanto pensaba. Depronto, ya no hacía frío; no existía el mundo para mí, solo eramos él y yo, fundiéndonos en un gran beso. El cosquilleo en mi vientre era infinito por el simple hecho de tenerlo tan cerca, mi cuerpo se estremecía cada segundo por la calidez de su respiración quemando mi boca, podía sentir como un fuego corría por mis venas.

Roger Taylor era ese tipo de hombre que sabe cómo complacer a las mujeres, lo supe en ese mismo instante, el hombre era muy sexy, ¡Dios! estaba atrapada y por primera vez en toda mi vida, no quería escapar, pero... era algo que no podía evitar, así que me alejé de él por instante.

-¿Qué pasa? (tu nombre)

-No pasa nada, es solo que quiero irme ya a mi casa.

Así lo hice. Roger no me siguió.





Tiempo Al TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora