BENDITA NAVIDAD

384 37 4
                                    

No podía creer lo que acababa de leer. Quedé en shock por más de tres minutos, ¡por Dios! cuanto había sufrido Roger, no solo había perdido a Dominique, la mujer que en tiempo pasado significó mucho para él, sino que también había perdido a su hijo. Jamás me pasó por la mente que algo como eso hubiera ocurrido en su vida.

¡Freddie!, necesitaba hablar con mi hermano, ¿por qué no me había dicho? ¿por qué? no era justo, Roger necesitó tanto de mí, y yo  incrédula, pensando que era feliz con su nueva familia. ¡Maldita sea! Fred llegaría hasta navidad, debía aguardar, faltaba poco ya. Sufrí tanto ese día después de leer esa carta, Roger tenía el alma destrozada, primero me había perdido a mí y luego a su familia, no era justo, ¡NO LO ERA! yo hubiera dado mi vida por haber estado con él aquellos días, en ese momento, así lo sentí, él me amaba y yo a él, con toda el alma, le pertenecían hasta mis huesos. ¡Dios, como deseaba que fuera ya navidad!

...

El 25 de diciembre, Freddie Mercury entró por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Por fin estás aquí, querida. Anda, arreglate, preparé una cena en mi casa!- Me dijo

-Hermano, necesito hablar contigo, me urge-

-Cualquier cosa que quieras decirme, hazlo en el auto, ahora ve y arreglate, te doy veinte minutos-

Para mi fortuna, ya estaba vestida, retoqué mi maquillaje y mi peinado y pronto nos marchamos, mis padres decidieron no asistir. No dije nada en el camino, no pude.
La casa de Fred era espectacular. Estaban esperándonos sus amigos, cada uno con sus esposas e hijos, y como era costumbre, Roger no estaba.

-¡Maryyyy! cuánto tiempo sin vernos- Divicé a Mary sirviendo unas copas de vino. Dios, mi hermano y ella habían terminado, pero seguían siendo buenos amigos. Le pedí a mi ex cuñada tres copas de vino seguidas y me serví dos más por mi cuenta, para la hora de la cena, ya estaría borracha.

-Querida, si sigues bebiendo así, vas a estar dormida antes de las diez- replicó Fred, con toda razón, las copas se me subieron rápido a la cabeza y como no era mi costumbre beber, la ebriedad llegó pronto a mi cuerpo.

-Sabes, hermano, me duele que en todas las reuniones estén todos tus amigos siempre, todos, excepto Roger. Lo que pasó no solo fue culpa de él, no, también fue mi culpa, yo lo amo, lo amoooo- Exclamé en tono alto y furiosa

Freddie me tomó del brazo y me llevó a la cocina, procurando que no hiciera un show. Al llegar, me abofeteó.

-Te la mereces. No te la di en su tiempo, pero te la mereces- Lo miré horrorizada, Fred jamás se había comportado así conmigo.

-Hermano, yo...- intenté hablar, pero Freddie me interrumpió.

-¡Basta, no digas nada, no sabes lo que me duele haber excluido tantas veces a mi amigo, porque no hiciste caso. Te lo advertí, Roger no estaba preparado para tener una relación sentimental seria en el tiempo en el que estuvo contigo, así te hubiese amado, porque si te amaba, sufrió mucho por ti y también cuando murieron Dominique y su hijo, ¿y cómo pasó el dolor? hundiéndose en el alcohol, en las mujeres, una cada noche, para volver a quedar vacío.
Ya sé que te escribió una carta, él me lo dijo. No te dije nada de lo que antes había pasado, porque quisimos manejar las cosas en secreto, no soportaríamos la prensa amariilista hablando de más- 

Estaba pasmada por todo lo que mi hermano me estaba diciendo, nunca lo había visto así, siempre había sido muy fuerte, el hombre más fuerte que conocía.

-Sabes, (tu nombre)- Prosiguió diciendo Fred- Desde aquella noche, en la que recibiste la visita de Roger, porque sé que fue él, ¿creiste que me engañarías? ¡Já! ...
En fin, el caso es que él ha estado cambiado, su comportamiento no es el mismo, Brian, John y yo no hemos visto groupies estos meses, se mantiene más sobrio, más animado... aunque, a veces decae, pero ya no como antes. Habló conmigo poco antes de llegar a la ciudad y le he dado mi permiso para que estén juntos-

¡Queeeee! ¡Ay por Jesús, el corazón me iba a explotar! No podía creer lo que había escuchado.

-Hermano, ¿qué has dicho?

-Lo que oyes, teníamos un trato y lo he cumplido- Freddie agarró mis manos -He visto un cambio en Roger y estoy aceptando que estés con él. Pronto vendrá y podrás verlo, sube a mi habitación para que laves un poco tu cara, se nota que estabas tomando alcohol. ¡Sube, antes de que me arrepienta!

No podía creer lo que estaba pasando, iba a ver a Roger después de tanto tiempo y en frente de todo el mundo. Besé a mi hermano y le di un abrazo.

-¡Te amo, hermano dientón!

Corrí a la habitación de Fred. Me costó un poco de trabajo encontrarla porque el mundo me daba vueltas, la más grande, esa sería. Al entrar, todo estaba oscuro y no sabía en qué parte del cuarto se encontraba el enchufe para encender la luz, cuando lo encontré y para mi sorpresa, la luz me mostró unos ojos azules que chispeaban alegría, al lado de una ventana gigante.

-Hola- me dijo con voz entrecortada. Yo estaba paralizada.

-¡Roger!

Tiempo Al TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora