[narrado]
La Vale despertó en la pieza del Ignacio con la cabeza dándole vueltas y desnuda.
Mierda. Mierda. Mierda. Y más mierda.
Estaba desnuda. Desnuda y sola.
Saltó de la cama y buscó su ropa rápidamente para empezar a vestirse mientras trataba de recapitular la noche anterior.
Se había volado y se había tomado varios copetes, después llegó el Ignacio a buscarla, casi se ponen a pelear afuera de la casa de la Cata. Ella se fue con él y el Ignacio decidió llevársela a la casa de él donde tuvieron sexo.
—Buenos días, bebé. —dice el Ignacio entrando a la pieza con el desayuno en una bandeja.
La Vale solo lo miró algo desconfiada y muy confundida de lo que estaba pasando.
—¿Qué pasa, amor? —dice el Ignacio dejando la bandeja a un lado y sentándose junto a ella.
—¿Culiamos? —pregunto la Vale entre asombrada y aterrada.
El Ignacio le tomo la mano y se la acarició levemente, tiernamente.
—Tú quisiste, amor.
La Vale sintió como se le salían los ojos de la cara, su respiración se paralizó por un momento y luego continuó bastante alterada.
Y es que no planeaba que su primera vez fuera de esa manera.
—Tranquila, bebé. Todo esta bien, amor. —le susurró el Ignacio sonriendo cálidamente.
La Vale no pudo evitar sonreír, él se veía como cuando recién empezaron a salir. Como cuando se habían conocido, él era tan dulce y tan tímido; parecía que no mataba ni una mosca.
Se veía radiante y muy cariñoso, la acariciaba y le hablaba bonito sin alzar la voz.
Tal vez, se dijo la Vale, esto era lo que nos hacía falta para volver a ser los de antes.
Y eso la hacía sentir bien, así que simplemente lo abrazo y dejo que este la besara en el cuello.
Ella tontamente creía que él cambiaría y sería el chico que había conocido hace 3 años.
Pobre e ilusa niña.
Ya se estaba desmoronando y ni siquiera se daba cuenta.
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Ámate, porfa
Short Story❝ Nunca te tratas bien a ti misma, querida, pero yo quiero que lo hagas. ❞ La Valentina tiene una relación tóxica con el Ignacio, y el Sebastián solo quiere que ella sé ame a si misma.