❀ veinticuatro ❀

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[narrado]

Lo primero que decidió hacer la Rita al leer aquel mensaje fue marcar el número del Lucas.

—¿Rita?

—Me gustai, eri un mino bacano. No quiero a alguien igual a mí, te quiero a ti. Quiero al Lucas, al simpático, el amigo de todos. —suelta de golpe recitando partes de lo que él le había escrito por instagram.— Aunque no lo creas dijiste cosas muy lindas sobre mí, pero no muchas sobre ti mismo. Quiero que te quieras y que así puedas quererme.

Y entonces se silencio, su respiración estaba agitada debido a la adrenalina y sus manos temblaban ligeramente. El Lucas oía todo sin creer que fuera real, incluso tuvo que pincharse a sí mismo.

Ella le estaba correspondiendo. Era en serio, ella lo quería.

—Rita... —quiso empezar a hablar el Lucas.

—¡Mira, sé que suena exigente o muy poético! Pero quiero que te quieras y puedas ver lo que yo veo. —dice la Rita caminando de un lado a otro en su pieza.

El Lucas sonrío bobamente y se paso la mano por detrás de la nuca.

—Rita, enséñame. —susurra el Lucas lentamente.

La Rita calló totalmente y luego sonrió dulcemente.

—¿Qué? —murmuró la Rita queriéndolo escuchar de nuevo.

—Quiero que me enseñes a quererme, a poder quererme para quererte.

La Rita sonrío tan amplio y tan puramente que si alguien entrara en su pieza en ese momento creería que ella estaba flotando.

—Cuando quieras, Lucas. —dice suavemente la Rita.— Cuando quieras. —repite en un susurro tan bajo que el Lucas tuvo que esforzarse para escuchar a la Rita.

Se despidieron con leves susurros prometiéndose que se verían al día siguiente.

Aquella noche tanto ella como él durmieron con esa esperanza tan dulce que solo tienen aquellos que encuentran a alguien a quien amar y que a si mismo los ame.

Ámate, porfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora