Tu guardiana (Free y tu)

Enfermo

Free de la Hoya

Me desperté. Era de madrugada.

Mi cabeza dolía y no me sentía muy bien. Batallaba un poco para respirar y sentía mucho frío, a pesar de que mi cuerpo estaba ardiendo.

Me destapé y me levanté para ir al baño con cuidado. ____ estaba en su cama, dormida. No quería despertarla por mi fiebre, así que entré al baño en silencio y cerré la puerta detrás mio.

Abrí la llave de la bañera y mientras se llenaba me quité la ropa para después meterme. Me estremecí ya que el agua estaba fría.

Sentí que mi temperatura bajó considerablemente, pero mi cabeza aún se sentía como si fuera a explotar. Estuve en la bañera hasta que comenzó a salir el sol.

-¿Free? ¿Dónde estas?- escuché la voz de ____ del otro lado de la puerta. Quería hablar pero no podía, así que tomé la barra de jabón y la lancé a la puerta, haciendo ruido. Escuché pasos apresurados y luego la puerta se abrió.

-____...- dije en voz muy baja.

-Free...- se arrodilló y posó su mano en mi frente -tienes fiebre. Ven- me tomó del brazo y agarró una toalla. Me levantó y rápidamente me cubrió con la toalla. Salimos del baño y ella me hizo acostarme en mi cama con la toalla aún tapandome. Me cubrió con las mantas. Justamente alguien tocó la puerta.

-Chicos, ¿ya están despiertos?- era la voz de Kitt. ____ avanzó a la puerta y la abrió un poco para decirle a Kitt que si podía traer algo para la fiebre. Kitt corrió a la enfermería.

-Ahora vendrá- me abrazó con delicadeza la cabeza. Escuché un golpeteo sordo en el piso. El cervato se nos acercó a ambos. Se me olvido que estaba ahí.

-Tranquilo, amigo. Estaré bien- le dije acariciando su cabeza. Un rato después Kitt volvió con un jarabe.

-Abre la boca, Free- me decía ____ algo fastidiada por mi comportamiento.

-Prefiero comerme un zapato a tomarme esa porquería- dije cubriéndome la cabeza con la manta.

-Bien. Tu lo pediste- retiró la cobija y me tapó la nariz con sus dedos. Trataba de no abrir la boca pero acabé perdiendo.

-Que asco- me quejé con una mueca de repugnancia.

-¿Qué? ¿No te gusta?- dijo burlona, la miré con un poco de molestia y me acomodé para descansar -¿quieres que te traiga algo de desayunar?- me preguntó esta vez con una mirada dulce.

-No, gracias. No tengo hambre- cerré los ojos preparándome para dormir.

-Como quieras- me besó la frente y me arropó bien. Luego salió del cuarto. Me acomodé de nuevo y me dormí.

____ Kishinuma

Avancé al comedor a paso normal. Al llegar, vi como todos comían y me fijé en la mesa de Christina, Trad y Silas. Había un asiento libre. Fui por mi comida y luego me senté con ellos.

-¿Y Free?- me preguntó Christina algo extrañada.

-Tiene fiebre. Me dijo que no tenía hambre- le respondí tranquilamente.

-¿Fiebre?- asentí -espero que se recupere pronto.

-Supongo que todos ¿no?- dijo Trad antes de dar un bocado a su comida.

-Si...

-Bueno. Comeré rápido para poder ir con el- hablé yo.

-Claro- me comí mi desayuno lo mas rápido que pude y luego me levanté para volver a mi cuarto. Antes de encaminarme hacia allá le pedí a Anch que me diera un tazón de sopa para Free.

-Free... ¿cómo te sientes?- pregunté entrando a nuestro cuarto. El estaba dormido con una expresión muy tierna. Sonreí y deje la sopa sobre el buró para luego moverlo un poco y así despertarlo.

-____- se incorporó un poco mientras bostezaba. Las sabanas se resbalaron hacia abajo dejando ver su torso desnudo. Se me olvidó que lo deje con su toalla.

-Para empezar, vistete por favor- dije sonrojada a morir mientras le pasaba su ropa y me tapaba el rostro con las manos.

-Ya puedes mirar- miré y el ya estaba vestido.

-Te traje algo para que mejores- tomé la sopa y se la ofrecí.

-No tengo hambre- su estómago gruñó y el se sonrojó un poco.

-¿Ah, no?- metí la cuchara en su boca a la fuerza y el se tuvo que tragar el caldo.

-No hagas eso... aunque debo admitir que esta muy bueno- posó su mano sobre su mejilla.

-Ten- le di el tazón y el comenzó a comer por si solo -¿aún te duele la cabeza?

-Ya no mucho... pero sí.

-Tomatela- le ofrecí una pastilla y el la miró desconfiado -ni sabe a nada- la tomó y la tragó con un poco del caldo de la sopa para seguir comiendo como si nada.

-La sopa la hizo Anch ¿verdad?

-Si. Yo soy un peligro en la cocina, literal. Preguntale a Ren la próxima vez que lo veas. Una vez en serio incendié la cocina. Tuvimos que pedir pizza durante una semana hasta que repararon todo lo que había destrozado.

-Si me lo creo- dijo y luego se bebió el resto del caldo directo del tazón -Anch en serio es una gran cocinera.

-Si... ahora a dormir- lo empujé para que quedara acostado en su cama.

-A la orden señora- se quedó dormido de inmediato. Rodeé los ojos y salí del cuarto para ir a entrenar.