El misterio de la victima

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Silas Karlisle

Me encontraba afuera entrenando cuando Christina vino para dejarme un poco de comida y hacerme algo de compañía cuando...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

-¿Qué fue eso?- dijo la voz temblorosa de Chris. Me levanté rápidamente de la banca mientras Chris se abrazaba de mi brazo. Miré alrededor en busca de la persona que había reído así.

Christina Kuroda...

-No te alejes, Chris- dije acercándola a mi.

En los muros de tu club se encuentra mi siguiente víctima.

Chris temblaba y decidí apegarla a mi abrazándola. Ella se aferró a mi ropa.

-¡¿QUIEN ERES?!- grité al aire.

Christina Kuroda... debes proteger a tus compañeros. Uno de ellos derramará su sangre a mis pies si no tienes cuidado. Estoy ansiosa por beber su deliciosa sangre.

Volvió a reír. Chris lloraba en silencio mientras la abrazaba. La voz venía de detrás de nosotros, de las profundidades del bosque.

-Basta... por favor, basta- la abracé con más fuerza.

Por cierto... hay un pequeño regalo para ti en el bosque. Prometo no hacerte daño, y yo no rompo mis promesas. Espero lo disfrutes.

Intercambiamos miradas y asentimos. Caminamos hacia allá con cautela. En un claro...

-NOOOOOOOOOO!!!!!!!!

____ Kishinuma

Free-san cayó de rodillas mientras observaba la escena. Unas lágrimas silenciosas corrían ahora por sus mejillas. Christina-sama se encontraba igual que el.




















































































El ciervo

La cabeza del ciervo había sido arrancada del cuello de un solo tajo. Su vientre había sido abierto violentamente y sus tripas estaban colgadas de las ramas de los árboles. Ambos ojos negros estaban fuera de las cuencas como si de dos canicas grandes se trataran.

Un único cuchillo se encontraba hundido en su costado.

-Honey... no mires- Shasa le tapó los ojos a su hermanita.

-Tu tampoco, Kitt- Raúl imitó la acción con Kitt.

-Valt...- Rantaro tapó la cara de Valt para que tampoco viera.

-Chris... es tarde. No vale la pena derramar lágrimas por una criatura muerta- dijo Silas acuclillado al lado de Chris tratando de consolarla, aunque su propia voz estaba algo temblorosa.

-Free-san- lo llamé en un susurro.

Su mirada estaba perdida. Sus ojos negros antes inexpresivos ahora demostraban un profundo dolor y tristeza insoportables. Sus mejillas humedecidas y sus ojos enrojecidos e hinchados por el llanto. Me le acerqué y lo abracé, y para mi sorpresa, el correspondió casi de inmediato. Temblaba.

Tu guardiana (Free y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora