Alexandria Woods es una guerrera curiosa y navegante, ambiciosa y rebelde, se embarca en un viaje para lanzarse a explorar los territorios y tomar lo que le plazca, conquistando todo los lugares para sus padres.
Clarke Griffin es una bella princesa...
Desperté soltando un gruñido, mire hacia un lado para notar algunas velas, sentí como alguien se movía en la cama y ponía su mano en mi abdomen.
Mire hacia ese lado para notar a Costia, quite su mano de mi abdomen y me levanté, tome mis cosas de una silla, me cambié y salí notando que ella seguía en la cama.
Salí de su casa, estirando mis brazos en el aire, suspiré feliz mirando a mi alrededor, todos ya estaban despiertos y haciendo lo suyo, había un poco de frío el día de hoy.
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Fui directo a mi casa, no habia nadie así que me senté en el trono de mi padre, pensando en el ataque, faltaba menos para nuestra venganza.
Habían pasado algunas semanas desde la muerte de mi madre y de los nuestros, los barcos se construían con ayuda de todos y sobre todo de Luna con algunas mejoras de parte de Raven.
Octavia me había dicho que Raven se uniría a nosotros voluntariamente, me contó lo que perdió ahí, así que mi padre la acepto, haciéndola de nuestra gente.
Mi padre la hizo una mujer libre, podía hacer lo que quería, podía irse de nuestra casa, pero no lo hizo, es muy rara.
Clarke había decidido por fin hablar, ella aún no seguía de acuerdo con lo que queríamos hacer, es por eso que ella no era del todo libre como lo era Raven.
Fui a mi habitación para cambiarme de esta ropa, era la misma que tenía ayer así que era incómodo, tome unas cubetas con agua, me bañe, me vestí y salí de nuevo al trono, me dirigí a la mesa donde estaba planeando nuestro ataque.
-¿Sigues planeado el ataque en Arkadia?-. Dijo Clarke llegando a mi lado.
-Todos los días preguntas lo mismo y siempre será si como respuesta-. Le dije frunciendo el ceño sin mirarla.
-¿Dónde diablos estabas a noche? ¿De nuevo con Costia?-. Dijo parándose a mi lado y yo alce la mirada alfrente.
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-Yo no tengo porqué decirte donde estoy, no eres mi esposa para pedir respuesta Princesa-. Dije girando para verla.
Clarke se cruzó de brazos frunciendo el ceño y me reto con su mirada.
