Son dos personas que se conocen por chat pero una de ella guarda un secreto que esconde bajo su ropa.
Esta historia es una adaptación autorizada por la verdadera autora ;ReaperSutcliff.
Joel:pasiva
Chris: activo
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Tres meses después, Christopher cumplía su promesa. Él y el hombre-gato se encontraban en una relación estable, ambos estaban totalmente encandilados el uno por el otro, se adoraban totalmente. Pasaban la mayor parte del tiempo en el apartamento del tatuado, compartiendo todo. Joel hasta el momento no había hablado nada más sobre su pasado o su origen, pero el castaño estaba bien con eso, sabía que cuando se sintiera listo se lo contaría. Su relación estaba, aún luego de tres meses, como el primer día; eran dos hombres jóvenes y enamorados, y con mucha energía, así que el sexo era algo que disfrutaban sanamente.
La mañana del sábado 16 de agosto comenzó como algo así...
-¡Christopher! O-oh, Dios...
-Te adoro, bebé...- gruñó.
El menor retrocedió y se empujó con fuerza nuevamente dentro de su pareja.
-A-aún soy... mayor que t-tú...- replicó, retrasando su orgasmo para durar más que quien lo embestía.
-Tú... vas a correrte antes que yo...- volvió a gruñir- es un hecho...
Volvió a embestir, acertando de lleno en la próstata del ojumiel.
-¡A-ah! No... tú v-vas a hacerlo...
El castaño no contestó, pero comenzó a moverse rápida y certeramente contra la sensible glándula del interior del rizado.
-Mmh... u-ugh... sí... oh, sí...
«Because maybe... you're gonna be the one that saves me... and after all... you're my wonderwall...»
Christopher dejó de moverse al escuchar el ringtone que había puesto sólo para las llamadas de su madre y bufó gracias a la increíble puntería que tenía su madre para llamar en los momentos menos adecuados.
-Debo contestar- dijo, aún jadeando y algo sudoroso.
El mayor dejó caer la cabeza sobre la almohada.
-Hazlo...- dijo con una mueca.
El de ojos almendrados salió del interior de su novio y contestó la llamada.
-¿Mamá? ¿qué sucede?
-Sólo quería recordarte que la reunión familiar es este fin de semana, mi bebé.
-Mamá... ya tengo veinte años- —se quejó-.— Gracias por el recordatorio... por cierto, ¿puedo llevar un acompañante?-— miró a Joel quien estaba mirándolo curiosamente con sus ojos felinos.
-¡Oh por Dios! ¿Tienes novia? ¿es bonita?...- la señora Velez comenzó a hablar demasiado rápido.
-Mamá... es un él, no una ella-— la cortó. El hombre-gato arqueó una ceja.
-Oh... igualmente estoy feliz por ti-— dijo ella—- ¿Es guapo?
-Como no tienes idea—- respondió -.— Bueno, mamá, te veo en la noche.
