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Cuando el mes de Febrero (se que es en noviembre)   amenazaba con irrumpir en el calendario, el ojimiel comenzó a volverse loco

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Cuando el mes de Febrero (se que es en noviembre)   amenazaba con irrumpir en el calendario, el ojimiel comenzó a volverse loco. No sabía qué regalarle a Christopher por su inminente cumpleaños número veintiuno, y nada parecía lo suficientemente bueno para su amado novio. Por su mente pasó la más variada selección de posibles regalos, desde bonitos portarretratos hasta algunos flamantes y lujosos autos. El dinero, obviamente, no era un problema, así que aquella era una limitación menos. Aún así, no sabía qué regalar al menor. Entonces, mientras bebía un té en la taza que el tatuado le había regalado por su cumpleaños, una excelente idea cruzó por su mente. Aquella noche, con su móvil, acosó al joven Velez, tomándole fotografías. Una mientras lo saludaba con enorme y cariñoso beso, una mientras rascaba la cabeza de Toby

(«—-¿Que no estabas celoso de él? —

-Más que nunca antes, pero sé que yo soy tu favorito.—

-¿Ah, sí? ¿Y cómo, exactamente, sabes eso? —

-¿Alguna vez te imaginaste follando a un perro? —

-Pues, no...—

-¿Lo ves? Si no soy tu favorito, tendrás que imaginártelo, porque nunca tendré sexo contigo de nuevo.»)

, una mientras cocinaba la cena, una mientras cenaban, una mientras ambos lavaban la vajilla

(«-Mierda, mierda, y más mierda. Se me ha caído el maldito móvil al estúpido fregadero—- dijo, enojado consigo mismo-—.

¿Por qué nunca hago nada bien?-— lloriqueó.
—-Hey, es resistente al agua, ¿recuerdas?- —dijo Christopher , intentando calmarlo.—

-Ooooh, cierto- rió tontamente-—_

_ Gracias, Chriss, es por eso que te amo.»), y una última antes de hacer el amor

(«-¿Qué haces, Joe?—- preguntó el menor mientras metía y sacaba tentativamente cuatro dedos de la entrada del rizado—

- Me has estado tomando fotos toda la tarde y toda la noche.—

-Nada-aah Dios, sólo que me gusta tomarte fotos-— respondió este, respirando con cierta dificultad.

-Mhm... fingiré creerte-— el castaño besó cariñosamente la barriga de embarazo del ojimiel, que ya estaba toda hinchada y bonita, como si fuera a explotar en cualquier momento. Joel no había querido enterarse de nada, ni siquiera el sexo del bebé o la cantidad de bebés que llevaba en el vientre, quería que fuera una sorpresa.

-B-bien, porque --ah mierda- no p-pienso a-ah decirte nada más sobre e-eso. Ahora, fóllame. —

-Tus deseos son órdenes, gatita.»). Aquello había resultado en una hermosa taza que se complementaba con la de Joel. Todas las fotos que le había tomado aquel día estaban esparcidas por la taza, la torpe caligrafía del hombre-gato rezaba "Gracias por ser mi refugio en las más fuertes tormentas. Te amo demasiado, Chris." Y aquello, sabiendo que Joel estaba aterrado de las tormentas, además de que esa frase tenía una metáfora que obviamente se refería a todos aquellos fantasmas e inseguridades que el ojialmendra le había ayudado a superar, hizo que el corazón del menor se hinchara con afecto y cariño.

Meow?😻 † Adaptación †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora