Dama de la noche [Los traidores #2] «TERMINADA»

Prefacio

Resurgir de las cenizas.

La destrucción, la pérdida, tan solo nos hace más fuertes.

Tan solo nos muestra quién es el verdadero enemigo.

Contra quién debemos batallar.

Resurgiremos de las cenizas como el ave fénix

Más fuertes, más furiosos.

Demostrando que vale la pena luchar.

20 febrero 2016

El salón de acuerdos, aquel que alguna vez se mantuvo rebosando de personas, esta vez se encontraba más vacío que nunca.

A Abby le dolía ver todas las pérdidas que la batalla ocasionó. Pérdidas producto de la ambición de un mal líder. Aunque ella sabía que nadie era perfecto, ni siquiera los inmortales, había que admitir que Ethan siempre fue un pésimo Alfa.

Siempre obsesionado al poder, sin importar a cuantos de su manada perjudicaría.

Del lado de los hombres lobo, tan solo habían diez adultos. Y ella supo, por las permanentes marcas de quemadura de plata en las muñecas de algunos, que cinco no participaron en la batalla. Luego, había adolescentes y niños, y Abby respiró con tranquilidad al notar que Matthew había llegado a salvo a su manada y que Rose se había negado a pelear.

Del lado de las sirenas y las hadas era más crítico, tan solo cuatro o cinco adultos habían sobrevivido de cada una.

Y los dragones eran los que más abundaban, ya que ellos tenían una ventaja de ser más resistentes. En su grupo, había trece adultos.

Abby sabía, porque lo había visto con sus propios ojos, que la mayoría murió en la masacre del Norte. En donde Opal fue la causante de la mayoría de asesinatos.

Algo se instaló en su pecho al recordar a la joven. Le dolía demasiado lo que había pasado y no dejaba de recordar el rostro de Alex, destrozado por su amor perdido.

No soportaba ver tanto dolor en los ojos de su hijo.

Una estela marrón comenzó a formarse en el centro del salón, y la reina Marie comenzó a aparecer.

Se decepcionó al notar que llegaba sola, tenía la esperanza de ver a su hijo que ella había llevado hacía un mes para tenerlo como aprendiz y guardaespaldas.

La mirada de la Reina recorrió el salón, mientras la lástima se instalaba en su rostro.

Suspiró.