II. Humanización

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De las bestias, solo queda la inmortalidad.

El deseo de sangre y el hambre de poder.

Lo demás, es humano.

Es bueno y es malo,

Dado a que no estamos preparados para perder.


La fresca brisa de primavera, a finales de marzo, levantó sus cabellos y le atrajo el olor de los animales, recordándole a Abby que tenía que salir esa noche a cazar. Su nariz le guió enseguida a la siguiente casa, sabiendo perfectamente las rutas que había recorrido desde que se mudaron a Minnesota. A tan solo un mes y una semana de haber repoblado sus filas, ella tenía que averiguar cómo se iban a adaptando los nuevos vampiros.

Los pocos sobrevivientes del Clan, habían acogido a sus nuevos compañeros, demostrando el permanente compañerismo y el amor que había inculcado la familia de Abby generaciones atrás.

Abby tenía la obligación de velar por todos los integrantes, y monitorear cómo estaban los niños huérfanos. Por suerte, en el intercambio, habían llegado familias, uniendo cinco niños más, que rondaban entre los diez y los catorce al Clan, logrando que los otros pequeños se sintieran un poco mejor.

—Naomi, Saria y Anna en mi casa —murmuró Abby, anotando. A ella le gustaba ser organizada y mantener un buen registro, para que nada se le escapara.

Era todavía muy temprano, y sabía que pronto los niños habrían de estar alistándose para la escuela, así que apretó el paso.

Visitó casa por casa, siendo recibida y atendida por los miembros de su Clan. Los nuevos, sonrientes, adaptándose a un nuevo lugar, consiguiendo trabajo rápidamente, aprendiendo mejor el idioma.

Tuvo suerte de que la mayoría, o vivió en Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos, o iban a ser trasladados y por eso sabían inglés.

Todos le decían que era fácil adaptarse, pero Abby sabía que no lo era. Y sobre todo, cuando debías corresponder a un nuevo jefe.

Los cambios siempre eran difíciles.

En el camino, llegó a las casas de los antiguos miembros del Clan. Solamente cuatro además de su familia y Tenshi habían sobrevivido.

Había sobrevivido una pareja, la cual se hizo cargo de una de las menores del Clan. Sam Smith, que se había hecho cargo tranquilamente de sus mellizos. Y Nathan, que se hizo cargo del último niño que quedaba.

Al final, Abby llegó a una casa que conocía muy bien, y que se le hacía tan doloroso siquiera tocar.

Ella había crecido en la casa de los Miyazaki, y ahora que no estaba Bianca era como si hubiera perdido a su madre nuevamente. Recuerdos de la batalla pasada llegaron a su mente internándose en ella, recordando que no pudo hacer más que sostener la mano de Bianca mientras su vida se terminaba de ir.

Apenas se supo que iban a repoblar el Clan, y que había que entregarles las casas de los que habían muerto en la batalla, Tenshi reclamó enseguida su título de adulto y se instaló en la casa de sus padres. Le insistió a Abby en obtener la custodia de su hermana pequeña, pero Abby tuvo que rechazarlo, él debía terminar de estudiar y luego entrar a la universidad. No tenía tiempo para cuidar a una criatura.

Abby tenía el tiempo posible, y Naomi la ayudaba mucho con la pequeña.

Sin embargo, debido a que conocía mucho al chico y a la insistencia, dejó que alguien más viviera con él.

Dama de la noche [Los traidores #2] «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora