XII. Colmillos y garras

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Una alianza entre colmillos y garras,

dos especies que están destinadas a odiarse.

Pero cuando tienen un enemigo en común, se unen...

Y acaban con todo.


«La noche estaba completamente oscura, los ojos de Naomi se adaptaron rápidamente y apretó el ataúd que llevaba en su brazo y hombro. Lo clavó en el suelo al no escuchar los pasos a su espalda.

—¡Camina, Miriam! —exclamó. Tras ella, con varios ropajes en sus brazos, apareció Miriam. Se veía más pequeña, pero de alguna forma, su pelo suelto y su azul mirada era firme.

—¿Estás segura que quieres hacer esto? —Le preguntó la pelirroja acercándose a ella. Naomi anteriormente no hubiese metido a Miriam en esto, era algo que solo le tocaba a ella.

Pero la percepción de Naomi había cambiado, durante la guerra, había visto a Miriam con una fuerza y determinación admirable que nunca había pensado en ver en una híbrida.

Se había ganado su respeto.

Y aunque no lo dijera, Naomi en cierto modo lo estaba demostrando siendo ella la única en acompañarla a esto, así que la había sacado de la casa que compartía con su hermano, y había sacado todas las cosas de su habitación.

Tenshi se había sumergido en la biblioteca y no había escuchado nada, y ella lo agradeció, no estaba para hacerle cara a su hermano. Ella no lo odiaba ya, pero le dolía verlo y saber que él y Saria eran lo único que había quedado de sus padres.

Los pies descalzos de Miriam sonaron en el silencio del bosque, ambas estaban en pijama y la fría brisa tocaba su piel.

—Tenemos que estar en un claro, en donde los árboles no sufran daños —comentó Naomi mientras seguía caminando con el ataúd a su hombro—. Y un lugar en donde Jimmy no joda tanto con las fogatas.

—Naomi ¿Enserio quieres hacer eso? —repitió Miriam, Naomi frunció el ceño y apretó los labios. Siguió caminando hasta llegar a un claro, dejó el ataúd en el suelo y luego le hizo señal a la pelirroja. Ante una segunda vez que no fue respondida, Miriam le miró con firmeza, pero no bajó los vestidos. Naomi rodó los ojos.

—Sí, pienso hacerlo.

—¿Por qué?

—Porque es mi prueba definitiva, con la que voy a terminar mi duelo. Ahora, tíralas —Miriam suspiró y lanzó los vestidos sobre el ataúd. De la mochila que colgaba a la espalda de la vampiresa mayor, Naomi sacó una botella y comenzó a esparcirla sobre la madera y la tela, el olor a gasolina inundó las fosas nasales de ambas. Y Miriam solo observó con ojos grandes y azules a Naomi tomar un fósforo y encenderlo.

—Naomi, no creo... —Se lanzó el fósforo y la tela comenzó a arder. El fuego se levantó y Naomi tan solo, ingnorando el humo que pronto comenzaría a ahogarlas, se dejó caer de rodillas.

—Es todo —comentó abrazándose a sí misma y luego le lanzó una mirada a Miriam—. El fuego se llevará mi dolor. Mi antiguo yo se ha ido, Miriam, solo traería malos recuerdos y frustración —Miriam no respondió, tan solo observó que Naomi cerraba los ojos y una única lágrima de sangre rodaba por su pálida mejilla.»

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Dama de la noche [Los traidores #2] «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora