"oveja negra"

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Amapola

Cuentan los que saben que fui una niña precoz, complicada hasta cansarles, "oveja negra" solía decir mi padre. 

Cuentan que nunca quise dormir en la "cama grande", que caminé a los nueve meses y ahí mismo tiré mi chupete a las aves, ellas como locas corrieron y se lo llevaron, estoy segura, sólo para molestarme. Mi madre dice que a la noche ni chisté, pues ya me lo habían advertido y que con ojos grandes y llorosos me tragué las ganas de gritarles. 

Cuentan que dejé sola los pañales y que cuando empecé a hablar, no hubo Cristo que me parase. Que lloraba a mares y me daban berrinches inexplicables, que siempre fui muy, muy porfiada, terca como una mula y por eso ligaba bastante. También cuentan que parecía un varoncito, siempre de celeste y con un pelo rubio que costaba que saliese abundante. Mírame ahora, con este pelo alborotado que parece nunca se acomoda. En eso saliste a mí, mi Amapola salvaje.

Cartas a mi Amapola#fictionalworldawards2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora