Amapola
La vida no siempre fue una fiesta, pero la vivíamos día a día, felices de estar con vida, en aquel país tan grande, en aquella ciudad tan fría.
Recuerdo el día en que nos mandaron a un Colegio, allá en Buenos Aires, yo lloraba porque no quería quedarme y mi hermana porque no la dejaban estar junto a mí. Era un edificio gigante, parecía, entonces, que no tenía fin.
Mamá siempre nos acompañaba, y yo como siempre, hacía de las mías y refunfuñaba.
Recuerdo el día en que a Gaby la trajeron recién operada. Sólo debía tomar helados y a mí no me convidaba, en represalia contra mis padres con un cucharón de alpaca un gran espejo atiné a darle, aun bajo amenaza. Y desde ahí mis nalgas comenzaron a coleccionar tatuajes de palmadas. ¡Qué niña rebelde y alocada!
¿A quién habrás salido tú, mi Amapola revirada? Lo traes en los genes, tú sí que no copias nada.
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Cartas a mi Amapola#fictionalworldawards2019
PoetryMi Amapola roja... te regalo mi vida en palabras. espero, al leerme, sepas que fue escrita con amor que nadie borra, con ese amor que trasciende el tiempo y el espacio, porque ese amor de madre es inherente a nosotras.