Amapola
Debes de saber que siempre fui una niña fuerte y corajuda. Te contaré de aquel día en que una cachila sin frenos, me pasó por arriba.
Era temprano en la mañana y ese día la leche debía ser comprada, ya que el lechero los domingos, no pasaba.
Volvía para casa, con la lecherita en la mano, iba cuesta abajo, caminando y soñando. Un grito me saca de las nubes y cuando reaccioné la cachila me estaba asustando, me tiré de panza a la calle apretando mi mandado y ella pasó olímpica por encima, silbando como loca, y como loca siguió cuesta abajo. Me levanté como pude con las rodillas rotas, llena de polvo pero no derramé ni una gota, la lecherita estaba entera y a salvo.
Los vecinos corrieron a mirarme y Don Leiva decía "Por Cristo, cómo se salvó esta nena".
No recuerdo si estaba asustada, hoy sólo me río y siempre lo cuento como anécdota y gracia. Ni la cachila pudo conmigo, pues Dios siempre estaba ahí con su mirada siempre puesta en mí...
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Cartas a mi Amapola#fictionalworldawards2019
PoetryMi Amapola roja... te regalo mi vida en palabras. espero, al leerme, sepas que fue escrita con amor que nadie borra, con ese amor que trasciende el tiempo y el espacio, porque ese amor de madre es inherente a nosotras.