Creo que me enamoré

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*Narra Chan*

Era de noche y ya estaba oscuro afuera. Estaba correteando, dando pequeños saltos y riendo como tonto, dirigiéndome a la casa de mi mejor amigo, con quien sabía que podía hablar sobre lo que acababa de pasarme. Estaba de muy buen humor, la emoción recorría todo mi cuerpo. Me sentía como en un sueño, ¡No, como en una película! Sí, eso es. Me sentía como dentro de una comedia romántica donde la chispa del amor acababa de surgir entre los protagonistas, ¡y yo era uno de ellos!
Llegué a la puerta y la golpeé insistentemente hasta que oí la señal que indicaba que mi amigo finalmente dejaría de holgazanear y abriría la puerta. Un muy agresivo y amenazador grito se escuchó desde el interior y luego unos cuantos improperios.
—¡Ya va! —exclamó—. Maldita sea, ¿quién demonios es a éstas horas? ¿Qué tan estúpidos son como para no darse cuenta de que es tarde? Me dan ganas de salir con una escopeta y—de pronto se abrió la puerta y su humor y forma de hablar cambiaron totalmente—. ¡Chanie! ¿Qué haces aquí a éstas horas? —preguntó, confundido.
—Seung Kwan, no creerás lo que me acaba de pasar —dije, emocionado.
Si camino aquí ya estaba emocionado, el simple hecho de ver a mi amigo y querer contarle todo me hacía estar súper emocionado.
—¿Qué? —preguntó, sin mucho interés.
Normalmente, no le contaba cosas interesantes. Siempre eran cosas como "hoy vi a un perrito súper tierno, era muy lindo" o "encontré una moneda en la calle de camino aquí, creo que es mi día de suerte" y cosas por el estilo. Pero ésta vez era algo importante, realmente importante.
—¿Puedo pasar? Afuera está haciendo frío —pregunté, antes de contarle todo, además, me tomaría mi tiempo contar todo lo que me había pasado ésta noche.
—Primero dime de qué se trata, estaba viendo una película —condicionó.
—Creo que me enamoré —solté finalmente.
—¡¿Qué?! ¡¿Y cómo rayos pasó eso?! ¡Pasa ya y me lo cuentas todo! Claramente esto es más interesante que ver crepúsculo por décima vez —exclamó, empujándome hacia el interior de la casa.
Entré a los tropezones con Seung Kwan empujándome por detrás. Pasé a la sala y vi a mi otro amigo, y su novio, tirado en el sofá a oscuras, hasta que Seung Kwan prendió las luces.
—Hola, Vernon —lo saludé, y me senté en el suelo, frente a la mesa ratona que había a un lado del sofá.
—Hola, Chan —saludó también, y luego me miró, curioso—. ¿Cómo es eso de que te enamoraste?
—Sí, vamos. Escúpelo todo —dijo Seung Kwan, sentándose frente a mí del otro lado de la mesa.
—No te lo tragues como Seung Kwan a mi semen —Vernon se hizo el gracioso.
—¡Tú cállate y déjalo hablar! —exclamó el recién mencionado, que luego se volvió hacia mí para que le cuente cada detalle.
—No sé por dónde empezar —dije, ansioso.
—Pues, por el principio —Vernon volvió a hacer un chiste, el cual ignoramos.
—Ponnos en contexto —dijo Seung Kwan, ayudándome.
—Ok —dije, preparándome para empezar a hablar—, ¿recuerdan al chico amable del que les conté en mis primeros días trabajando en el cine?, ¿con el que luego intercambiamos números?
—Sí, el que te estaba coqueteando y tú insististe en que sólo estaba siendo amable —dijo, afirmando.
—Bueno, resulta que hace unos días nos hablamos por mensaje y, al día siguiente lo vi en el cine —comencé.
—Ajá, ¿y luego? —él me incitó a continuar.
—Luego, recordé que mis mejores amigos se negaron a ver conmigo la película que tantas ganas tenía de ver y, como ya tenía un poco más de confianza con él, lo invité a ver la película. Ese es el contexto, pero lo más interesante es lo que pasó ésta noche, mientras veíamos la película —dije, volviendo a emocionarme.
—¿Qué pasó? —volvió a preguntar el menor de mis amigos.
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*Flashback*

Desde que le había propuesto, días atrás, la invitación, estuve nervioso y ansioso. No quería que me dejase plantado, realmente deseaba tener alguien con quien compartir momentos así, sin que de la nada mis amigos comiencen a besarse o no vengan porque no es romántico. Por eso, por la tarde, había estado listo hacía una hora, de la cual tuve que esperar como media hora esperándolo en el cine. Ya habían pasado unos minutos después de que marcaran las seis en punto y yo comenzaba a creer que él no vendría. Pero, al verlo, comencé a sonreír mientras unas cosquillas recorrían mi estómago. Me pareció extraño, pero me gustó, así que lo dejé pasar.
Cuando estuvimos en la sala y la película comenzó, no pasó nada fuera de lo común. Sólo éramos dos amigos que estaban viendo una película. Pero luego él quiso comer palomitas y yo también, por lo que nuestras manos chocaron en el intento. En ese momento, volví a sentir el cosquilleo que había sentido antes, pero ésta vez no pude ignorarlo. Intenté concentrarme nuevamente en la película, pero no pude. Mi corazón estaba latiendo al máximo. Así que volví a tocar su mano, ésta vez a propósito.
El problema fue que, al verlo, él parecía estar incómodo o como si lo hubiese sorprendido, por lo que me acobardé e intenté quitar mi mano de encima de la suya, pero él me detuvo y entrelazó nuestros dedos. Luego comenzó a acariciar mi mano y casi me dan varios escalofríos por lo bien que se sentía. Pero los resistí. Parece que él estaba algo cansado, ya que apoyó su cabeza sobre mi hombro y ambos nos acomodamos junto al otro. Fue perfecto.
Realmente no estaba prestando atención a la película. Sí, quería verla, pero podría verla otro día por internet y disfrutar del momento ahora junto a él. Pasé lentamente mi brazo por sobre su hombro y, minutos más tarde, él levantó la vista para verme. Su rostro se veía incluso más hermoso que de costumbre; más atractivo. No pude evitar llevar mi mirada hasta sus labios. Hasta aquel momento, yo dudaba de mi sexualidad. Mis primeros besos habían sido con chicas, pero no los había deseado realmente, lo había hecho simplemente para saber cómo se sentía. Pero, en aquel momento, descubrí lo que eran las ganas de besar a alguien. Y ese alguien no era precisamente de mi sexo opuesto.
Lo pensé mucho. Normalmente, el primer beso se da después de la primera cita. Osea, si lo besaba ahora, tal vez sería ir un poco rápido. Pero él no dejaba de mirarme y mis labios parecían estar llamando a gritos a los suyos, por lo que simplemente me dejé llevar y lo besé. Él también lo hizo, pero de repente paró en seco y me preguntó si verdaderamente estaba seguro de aquello. Yo me limité a asentir a la vez que volvía a tomar sus labios. Jamás había estado tan seguro de algo en mi vida. Ahora lo veía todo claro.
Moví mis labios al ritmo de los suyos. Él mordió varias veces mi labio inferior; era realmente bueno besando. Sus labios eran deliciosos, suaves y aún tenían algo de sabor a las gomitas que acaba de comer. Podría haberlo besado hasta el día siguiente, pero no fue así. Para cuando nos dimos cuenta, la película había terminado y nosotros teníamos que volver a casa. Nos despedimos en la entrada del cine. Yo me había ofrecido a acompañarlo hasta su casa, pero él dijo que hoy no, mejor la próxima. Me decepcioné un poco cuando se negó, pero todo fue mejor al oír que habría una próxima. No supimos cómo despedirnos, por lo que decidí hacer caso al cosquilleo en mi estómago y le di un corto beso en los labios. Él se sorprendió, pero rápidamente me sonrió y cada quien se fue para su lado. Estaba muy feliz y se lo tenía que contar a alguien, así que había sólo un lugar al cual podía ir antes de volver a casa.

*Fin del flashback*
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Hello, Sweetie • [JuNo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora