Travesuras

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Me sentía algo culpable por haberme ido de la nada y haberlo dejado allí. Hay que admitirlo, debe haberse visto raro y repentino. Pero, es que, lo que seguramente él no sabe, es que tenía un serio problema entre mis piernas, y no quería que me viese en aquel estado. No aún. Entonces, decidí pasar a visitarlo por su trabajo. Pero, hacerlo sin razón aparente, además de que lo quería ver, podría ser extraño. Debía pensar en una excusa. Y se me había ocurrido la mejor. Así, sonaría como una excusa, pero sonaría lindo y, de todas formas, sería un cliente. En realidad, a los chicos siempre les gusta ese tipo de excusa que es obvio que es una excusa, pero todo es para verlos.
   Me arreglé la ropa, un poco el pelo y salí de casa. Al llegar, su atenta mirada se pegó rápidamente en mí, junto a la mirada de Jeong Han, expectante. Sonreí de forma coqueta y me acerqué al recibidor frente a Chan. Él también sonreía, esperando a ver qué era lo que estaba por hacer.
—Hola, cariño —lo saludé, como nuestra primera vez.
—Hola..., no sabía que vendrías hoy... —dijo, algo tímido.
—Vine a comprar algo —comenté.
—Ah..., ¿en serio? ¿En qué puedo ayudarte? —preguntó, intentando torpemente ponerse en rol de trabajador.
—Quería comprar mis gomitas favoritas —le dije, y él sonrió, asintió y luego buscó las gomitas para dármelas.
Una vez las pagué, él me miró con una expresión de insuficiencia, como si esperase que me quedara un poco más. Pero, entonces, un brillo travieso apareció en sus ojos, ese que me enloquece, acompañado de una media sonrisa. Yo lo miré, esperando a que soltarse lo que traía.
—¿Qué? —pregunté.
—Come una —me pidió, sonriendo juguetón.
—¿Por qué? —pregunté, contagiándome de su sonrisa.
—Tú sólo hazlo —me reclamó.
—Está bien —me rendí y lo obedecí, porque, ¿cómo no obedecer cuando te sonríen de aquella forma?
   Abrí el paquete e introduje una de las gomitas en mi boca. En cuestión de segundos, Chan se apoyó con una de sus manos sobre el recibidor, con la otra tomó mi nuca y me besó. El beso no fue muy largo, pero cuando se separó de mí, ya no tenía la gomita en mi boca y él se reía como un niño que acababa de hacer una travesura.
—Si querías una, sólo tenías que pedirla —le dije, divertido, aunque ambos sabíamos que de aquella forma habría perdido la diversión.
—¿Y si quería un beso...? —preguntó, sonriendo aún más ampliamente, y mi corazón dio un vuelco.
   Claramente, me acalore un poco. Sabía que me había sonrojado, y aún así seguía sonriendo. Éste chico me hacía sentir como un adolescente de nuevo. Era muy excitante.
—Te lo hubiese dado en el momento en el que lo pidieras —le contesté, casi susurrando, para que sólo él me escuchase.
   La respuesta fue que, primero, se sonrojó y, luego, volvió a sonreír. Fue la respuesta más adorable que había recibido en mi vida. Tomé otra de mis gomitas de la bolsa y la puse frente a él, para que la comiese. Y así lo hizo. Entonces, dejé un corto beso en sus labios, el cual él alargó un poco más de lo que esperaba. Al separarnos, él desvió su mirada y se dio cuenta de que había otros clientes allí y que habían visto todo nuestro show, por lo que, luciendo algo avergonzado, me pidió disculpas y se fue a continuar con su trabajo, no sin antes decir que luego seguiríamos. Estaba seguro de que me estaba por dar algo. Pero, antes de que pudiese morir allí mismo, una mano me tomó del cuello de la camisa y me arrastró lejos de mi novato.
—¡Oye! —exclamé, al darme cuenta de que era Jeong Han.
—¡¿Qué fue todo ese show?! —preguntó, alucinando—. Por lo menos hagan ese tipo de cosas fuera del trabajo...
—¡Ja! Lo dice el que tuvo sexo con Seung Cheol en el armario de suministros... —comencé a reírme ante tal situación.
—¿Qué? —preguntó Joshua, quien se encontraba cerca y podía escuchar la conversación.
Supongo que Jeong Han no esperaba que supiera sobre sus travesuras con Seung Cheol en el cine.
—Creí que te gustaba, ya que tú me besaste —dijo, confundido.
—Vayamos a un lugar más privado —dijo Jeong Han, empujándome hasta el baño y llevando a Joshua de la mano.
   Entré primero al baño seguido por Jeong Han y Joshua. Todos fuimos tomados por sorpresa al ver a dos tipos besándose, casi follando, en el baño de hombres. Uno de ellos era muy alto y el otro muy bajo, por lo que el más alto tenía cargado en sus brazos al otro, quien tenía sus piernas enroscadas en su cintura. Pero, nuestra sorpresa fue aún mayor cuando ellos se voltearon, claramente avergonzados.
—¡¿Ji Hoon?! —exclamó Jeong Han, con los ojos desorbitados y chillando agudamente.
—¿Min Gyu? —pregunté, sorprendido.
—Hola... —dijo, riendo nerviosamente, el recién mencionado.
—Ay, Dios mío —dijo Joshua, saliendo totalmente consternado de la habitación.
—¡Juro que puedo explicarlo! —dijo Ji Hoon.
—¡Sabía que te gustaban los hombres! —volvió a exclamar Jeong Han.
—¡No! Sólo le estaba dando una lección —contestó.
—Sí, claro. Querrás decir, ¡una lección de besuqueos! —insistió el mayor, entusiasmado.
—¡Claro que no! ¡Ya cállate! —intentó detener sus cantitos pero no pudo y salió del baño, con la cara como tomate.
—¡Amor, espera! —exclamó Min Gyu, quien salió detrás de él.
—¡Ahora no! —se escuchó el grito irritado del más bajo luego de cerrarse la puerta.

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*narra Ji Hoon*

No podía creer que nos hayan visto en ese momento. Me sentía totalmente avergonzado. Habían visto un faceta de mí la cual jamás les habría mostrado. ¿Cómo pude permitir que me vieran con alguien como él, a quien había conocido de una forma tan... particular?
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*Flashback*

Entré furioso al baño. Estaba realmente harto de que Jeong Han insistiera siempre en eso.
—"Un chico", "un chico". Como si él pudiese conseguirme un mejor chico que yo. Si yo quisiera podría conseguir a cualquiera, ¿por qué tendría que dejarlo hacer eso por mí? —no podía evitar pensar en voz alta—. Estoy tan furioso que podría besar al siguiente chico que pasase delante de mis ojos.
Entonces, fue cuando me di cuenta de que ya no estaba solo allí. Mientras estaba concentrado hablando conmigo mismo un chico había entrado y ahora me observaba. Levanté más mi vista, ya que era muy alto, y cuando nuestras miradas se encontraron, no pude evitar sonrojarme.
—El chico que me gustaba me acaba de rechazar, no te detendré si lo haces —dijo, sonriendo tímidamente, a la vez que bajaba hasta mi altura.
Nuestros rostros quedaron a escasos centímetros y tenía que admitir que aquel chico era muy apuesto. Sus ojos me estaban mirando sólo a mí y eso me estaba enloqueciendo.
—¿No lo harás...? —preguntó, casi inaudible, como un susurro.
Entonces, la molesta voz de Jeong Han sonó en mi mente. "Déjame conseguirte un chico" fue lo que dijo. <<Jamás>>. Pegué mis labios a los suyos y rápidamente ambos quedamos atrapados en un beso adictivo y salvaje. Me sentía eufórico de finalmente hacerlo, y en especial, de haberlo hecho por mi cuenta.

*Fin del flashback*
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Lo peor fue la forma en la que nos encontraron. Todo fue culpa de mi debilidad, si tan sólo hubiese resistido un poco más. Pero no. Tenía que dejarme llevar por lo que sentía. Creía que era diferente a él. Creía que pensaba con el cerebro, no con el pene como él normalmente hace. Espera, no, no es mi culpa. Es su culpa. Si él no hubiese estado en aquel momento esto jamás hubiera pasado. Pero, de tan sólo recordarlo...
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*Flashback*

Entré al baño e hice mis necesidades como una persona normal. Luego, mientras lavaba mis manos, sentí unas grandes manos posarse en mi cintura y miré hacia el espejo, para ver quién era. Cómo no, era el estúpido de Min Gyu. No podía creer que, sólo porque hayamos tenido algunos momentos, él ya se creyera tan importante para mí. Osea, no es como si yo fuese gay.
Cuando estuve a punto de quitármelo de encima, enfadado, él besó mi cuello y una corriente eléctrica recorrió toda la extensión de mi columna vertebral; el maldito conocía mis puntos débiles.
—Te quería sorprender en nuestro lugar... —susurró en mi oído.
Entonces, no pude contenerme más. <<A la mierda>> fue lo último que pensé antes de voltearme y comenzar a besarlo salvajemente. Normalmente, odiaba mi poca estatura, pero en momentos como aquel, la amaba. No, amaba aún más cuando él me levantaba debido a ella. Era mi peor enemiga y mi mejor aliada.

*Fin del flashback*
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Hello, Sweetie • [JuNo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora