#26 Ódiame

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Bastian:

La primera vez que no encontré a Aspen en su cama, me preocupe tanto que recorrí todo el jodido hospital y no fue hasta que encontré la pequeña capilla en el patio del jardín dentro del hospital que pude poner en pausa mis latidos acelerados.

—¿Viniste caminando?.—Pregunto con una débil sonrisa.

Ella se gira enseguida a mí, han pasado más de dos semanas y a pesar que ya le quitaron los puntos de la cesaría, la mayor parte de mi está preocupado de que camine por los pasillos sola.

—Ya me siento un poco mejor.—Me asegura, pero no es así, sus ojos se ven cansados.

Cuando Aspen no se encuentra con nuestra hija durante el tiempo que nos da el hospital, ella se está aquí, en la pequeña capilla junto a varias mujeres que están pasando lo mismo que ella, incluso ha hecho algunas amigas que la visitan.

Pasa más tiempo aquí que en la habitación, incluso cuando Lauren y los demás vienen a visitarla, su madre suele quedarse muy seguido con nosotros también, aunque Aspen le pide que vaya a descansar en casa, no fue hasta hoy que acepto irse, pero regresar mañana temprano.

—¿Por qué estás aquí?.—Deja la banca para ponerse de pie, esta vez ella junto a dos mujeres más, son la únicas que están dentro de la capilla.—¿Ya es hora de la visita?

Sonrio y le coloco un mechón detrás de la oreja.

—No, ya está anocheciendo.

—Lo siento, no me di cuenta.

Salimos de la capilla y observo como se toca el vientre.

—¿Aspen?

Hay cierto malestar en su rostro.—No es nada, solo sentí una punzada, debe ser por la herida.

—Por eso te dije que si querías venir me avisaras.

—Estas todo el día pendiente de mí, Bastian.. Quiero hacer algo por mí misma, así no me siento tan inútil.

—No eres inútil, Aspen.

Da un paso más y otro dolor me muestra su rostro, entonces solo la levanto cargándola en mis brazos, un pequeño grito se escapa de su garganta y me observa con los ojos muy abiertos.

—Tranquila, solo voy a llevarte a tu habitación.

—Bastian..

—Déjame hacerlo.

Después de una batalla de miradas no pone objeciones, la llevo cruzando el patio hasta llegar a los pasillos y finalmente a su habitación propia, la recuesto en la cama y cuando me aparto para cubrirla con las sabanas, me doy con la sorpresa que esta despierta, no es un largo camino hasta su habitación, pero intuí que estaba muy cansada cuando se recostó y se acomodó sobre mi pecho.

Su mirada me lo dijo todo, así que no hable, solo actué.

Lleve mis labios sobre los suyos y nos besamos, Aspen quiso obtener el control ella misma y se sentó sobre la cama, yo también lo hice y la atraje a mí, con mis manos en sus caderas la senté sobre mi regazo y ella me rodeo el cuello con sus brazos mientras su boca comenzó a moverse al mismo ritmo que el mío.

No hice movimientos bruscos por miedo a lastimarla, pero ella se encontraba tan excitada, que no me necesitaba a mí, se froto contra mi erección dentro de mis pantalones de vestir y cuando dio un salto fuerte, se quejó.

—Despacio..—Suplique sobre sus labios, sus hermosos ojos me vieron sin entender.—No quiero hacerte daño, Rubia.

Sus ojos brillaron en la oscuridad de la habitación y a los pocos segundos sus dos manos se colaban dentro del pantalón y después de bajar el cierre, jadee ante el roce de sus dedos contra mi erección y cerré los ojos.

Contra Todo Pronostico (#10 Saga Bebé)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora