No es lo que parece

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Recordad que los comentarios me dan la vida y me hacen sentir querida.

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Definitivamente había sido una noche larga. Había sido prácticamente un milagro que Peter no se hubiese desangrado. Es lo que tienen las heridas de bala.

—Hemos estado toda la noche rozando la fina línea entre salvar a un hombre y tener que esconder un cadáver. Te juro que cuando veamos a Francis le voy a arrancar esa ceja tan estúpida que tiene.

Heinz tenía obviamente la cara de un hombre que no había pegado ojo en toda la noche. Perry estaba sorprendido. Ver al doctor, dando puntos de sutura de forma limpia parecía haberle enseñado un nuevo aspecto de aquel hombre. El de parecer, al menos de forma externa, que lo tenía todo bajo control.

La extracción de la bala había sido mucho más aparatosa, pero era lo normal teniendo en cuenta que había tenido que usar una de las pinzas del laboratorio, desinfectadas en alcohol. Ni hablar siquiera de anestesia.

"—Este me parece un buen momento como cualquier otro para dejar caer que mi doctorado es en ciencias malvadas, no en medicina. Como esto se le infecte, no quiero oír ni una queja. Perry la enfermera, pásame las gasas."

El pseudónimo "Perry la enfermera" había sido usado durante toda la operación, pero teniendo en cuenta que se había visto arrastrado a aquella situación que sobrepasaba de lejos su campo de la maldad, se lo había dejado pasar con paciencia, obedeciendo todas sus instrucciones. Cuando volviera a ser un ornitorrinco ya le devolvería la broma.

—Miggs...Miggs...

El agente herido se revolvió dentro de su estado de inconsciencia. Desde que había entrado en escena, no había parado de repetir aquel nombre.

—¿Quién es el tal Miggs? ¿Otro agente? Por favor, que no venga, mi casa no es un hotel.

Perry negó encogiéndose de hombros, no tenía ni idea de quién era Migg, si era un agente no era de la zona de Danville. Quizá era de las oficinas de Seattle.

—Ya se lo preguntaremos a este cuando vuelva en sí— dijo señalando a Peter. Este estaba blanco como una sábana por la pérdida de sangre. Su cabello, de color azabache, caía sobre su rostro dándole un aspecto aún más desamparado causado por el contraste de colores. Heinz agarró la sábana limpia que anteriormente había estado en la cama y lo cubrió en un gesto casi paternal.

Perry se sorprendió a sí mismo frunciendo el ceño, por un momento su cabeza se llenó de aquella vez en la que Peter había decidido, saltándose toda regulación de la O.S.A.C, que un poco de intrusismo laboral de vez en cuando no estaba mal.

"—Estás haciendo esto más difícil de lo que es, Perry el ornitorrinco."

Recordó al doctor pidiéndole que se marchase, eligiendo a Peter en su lugar. Sorprendido por el brote de emociones se levantó con la intención de abandonar la habitación para huir de aquella situación de repente incómoda.

Se suponía que todo aquello estaba olvidado. Heinz solo estaba ayudando a un agente herido porque él no le había dejado llamar a una ambulancia, era demasiado arriesgado si les estaban rastreando o si la policía tenía que intervenir, después de todo era una herida de bala.

Estaba cansado, en un cuerpo que no era el suyo y en medio de una posible traición de su propia agencia, se convenció a sí mismo que aquel era el motivo para que una emoción tan indeseable como los celos, aflorasen sin ningún motivo.

—Tienes razón, dejémosle descansar.

Doofenshmitz se acercó a él, también dispuesto a salir de la habitación, totalmente ajeno a la batalla mental que había ocurrido en un segundo en la mente del agente.

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