Sweet Dreams

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Este capitulo no es todo lo largo que me hubiese gustado, pero he preferido dejarlo así para no haceros esperar tanto. Espero que esperar un par de días haya merecido la pena.

Cuando veáis el "dentro música" poned la canción de arriba.

El invento iba a funcionar, era un hecho indiscutible. Aunque Perry debía reconocer que le estaba costando una batalla interna contra sus instintos el permanecer quieto mientras Heinz le apuntaba con el aparato en cuestión. Confiaba en el doctor, pero la imagen casi diaria de las explosiones causadas por sus inventos era demasiado vivida como para que no le costase ignorar la voz mental que le instaba a esquivar el rayo.

—Está bien, así, quietecito, buen chico— Doofenshmirtz parecía más hablar para sí mismo que al agente. Pulso algo en el lateral del inator, este tenía el aspecto de una de esas grandes pistolas de agua de doble cámara— un par de ajustes de selección y ¡VOILÁ!

Había sido un "detalle" por parte del doctor que no le avisara del momento en el que iba a dispararle, sin duda el factor sorpresa había ayudado a que no esquivase el impacto.

Cerró los ojos al verse envuelto en una luz intensa y por unos instantes sintió que algo vibraba sobre su piel.

—Nada mal, aunque yo hubiese elegido algún color más vivo. Supongo que esto es lo que llevan los jóvenes.

Peter, sentado en una de las sillas del laboratorio aplaudió impresionado y Perry se atrevió por fin a abrir los ojos para observar el cambio.

Unos brillantes zapatos de vestir de charol negro le dieron la bienvenida en primer lugar, alzando un poco más la vista pudo ver los vaqueros ajustados y oscuros que ahora le envolvían las piernas. Al mirarse los brazos se encontró con que su camisa ahora era de un tono turquesa oscuro adornada por infinidad de diminutos puntos blancos.

Miró a Doofenshmirtz y sonrió satisfecho mientras se remangaba la camisa hasta los codos.

—Supongo que yo soy el siguiente.

Perry se apartó aún entretenido con sus mangas y Peter se situó en el punto que este había ocupado anteriormente. Tomó aire como si se preparase para saltar a una piscina.

—Esta bien, cuando quieras.

El científico le disparó sin dejarle acabar la frase y en un parpadeo su ropa había sido transformada por una de esas chaquetas de tipo baseball con las mangas de piel. Esta era negra completamente, al igual que los pantalones y los zapatos, lo único que rompía aquel luto era la camiseta blanca con cuello de pico en la que se había transformado su anterior jirón.

—Cielo santo —Dijo intentando mirarse desde todos los ángulos girando la cabeza, aún más impresionado ahora que aquella extraña magia había sido realizada en el —¿no has pensado nunca en patentar este tipo de invento?

—Demasiado papeleo, odio la burocracia— ante la apabullado mirada de ambos agente Heinz giro el brazo y se apuntó así mismo con la pistola. Apretó el botón sin pestañear.

Parecía que el láser había optado por algo más clásico para el mayor, la bata de laboratorio se esfumó dejando en su lugar una chaqueta de traje gris oscuro, los pantalones ahora eran de mezclilla rematados por un par de zapatos de vestir marrones. El jersey de cuello negro parecía ser el de siempre.

Heinz pareció darse cuenta del último detalle y palpó la prenda comprobando algo.

—¡Ah! Lo sabía, ahora es cashemire ¿Qué tal me queda?

Orange JuiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora