Telenovela

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Estaba casi segura de que no me iba a dar tiempo de acabar este capitulo a tiempo, felicitaciones a mi misma. Recuerda que cada comentario y like es un besito a mi corazón.

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Heinz se enderezó todo lo alto que era, por una vez utilizando su altura para parecer mínimamente imponente. Era fácil olvidar que medía casi metro noventa con su manía de encorvarse constantemente.

—Cariño, al parecer la policía sospecha que escondemos a un prófugo de la ley ¿Sabes algo?

Perry negó con la cabeza intentando asimilar la nueva situación y miró a los dos hombres que ahora estaban en la entrada.

—Nos estamos guiando con una identificación GPS, no puede haber error.

El más bajo sacó la pantalla que Perry había visto ya en la cafetería y señaló una lucecita que no paraba de parpadear.

—Si este aparato dice que nuestro hombre está en este edificio, es que está en este edificio. Si no está en este apartamento, estará en las oficinas.

Parecían dispuestos a irse y revisar apartamento por apartamento.

—¡Un momento!

Miraron a Heinz fijamente, deteniéndose antes de salir.

—¿Habéis dicho GPS?

El científico se giró hacia su "marido" y frunció el ceño.

—¿Has vuelto a toquetear la antena?

Perry bizqueó sin saber de qué le estaba hablando y Heinz le guiñó un ojo.

Alzó la voz con tono enfadado.

—¡Te dije que no volvieses a tocarla! ¡Nunca me escuchas!

Oh.

Ya sabía por dónde iba el asunto. Montar una escenita como la de las novelas latinas que veían a modo maratón para incomodarles. Nada como una pelea conyugal para crear en personas ajenas la necesidad imperiosa de desaparecer de la escena.

Perry alzó los brazos al aire ignorando a los dos hombres, como si implorase paciencia a los cielos.

—¡Oye, el que está enfadado aquí soy yo! Esto es otra vez como aquella vez que te dije que comprases leche desnatada y la compraste normal ¡Sabes de sobra que me sienta fatal!

Perry reaccionó gesticulando con las manos en un claro gesto de "a que viene eso ahora" con una mueca de enfado incrédulo en el rostro.

Los "policías" les miraron interactuar como si viesen un partido de tenis y el más alto se atrevió a interrumpirles.

—¿Antena?

Doofenshmirtz se giró hacia ellos como si se hubiese olvidado de sus presencias.

—Este pedazo de cretino ha vuelto a tocar la antena del edificio, a pesar de que le dije que no la tocase más ¡La última vez casi dejamos sin televisión a toda la manzana!

Perry se tapó los oídos con las manos entornando los ojos.

—¿Insinúa que la antena está interfiriendo con nuestro GPS?

—¡Pues seguramente! —se giró nuevamente hacia Perry— ¡Tú y tu manía de no querer pagar por el cable de la televisión! ¡Mira lo que estás logrando, estamos interfiriendo en una causa policial! ¿Por qué siempre tienes que ser así? Todo el día haciendo chapuzas ¡cualquier día vamos a salir ardiendo!

Perry vio el jarrón decorativo de la mesa auxiliar y lo señaló aleatoria con expresión demandante.

—¡Me da igual que me regalaras ese jarrón en nuestro aniversario! ¡Debí hacerle caso a mi madre, casarme contigo ha sido un error!

Orange JuiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora