La última pieza

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He desparecido una semana y en realidad no tengo ninguna excusa, solo que me la tome de descanso por que fue mi cumpleaños (?), simplemente no me sentía de humor para esto.

Pero he vuelto y os traigo respuestas e.e disfrutad mientras podáis por que ya queda poco.

—Vaya, que montaña rusa de emociones.—dijo Heinz con la voz rasposa, rompiendo el silencio tras la explicación de Peter.
—Entonces ¿Te casaste con él para obtener los papeles?—preguntó Vanessa arrugando la nariz.
—Bueno en parte sí, pero diciéndolo así suena fatal...un momento, ¿Os cuento que antes era un panda y lo que más os sorprende es lo de los papeles?
Esta vez fue Phineas el que habló.
—Cosas más raras se ven en Danville, una vez transformamos a nuestra hermana en una mosca por error.
—Yo soy esa hermana y lo confirmó, también está aquella vez que acabe intercambiando el cerebro con nuestro ornitorrinco mascota. Mascota que al parecer tenía una doble vida, que ahora también es humano y está sentado junto a tí.
—También está la cabeza de bebé flotante.
—O Marty el chico conejo y su batidora musical.
Antes de que ambos hermanos siguieran enumerando, Doofenshmirtz hizo su aportación.
—A mi una ex me dejó por una ballena, hasta hace poco estaba convencido de que era una cosa extraña, pero cada vez se me está dejando más claro que ocurre a menudo.

Peter suspiró —Y yo que pensaba que la lluvia diaria de Seattle era extraña.

Mientras tanto Perry guardó silencio, intentaba asimilar la nueva información. Le quedaba claro que Queen era el que había conseguido la documentación falsa, pero aun así faltaba información ¿Qué tenía que ver el mismo en aquel asunto? aquel criminal conocía la existencia del rayo creado por Mystery, pero en teoría no debería saber nada de la agencia ni de los relojes.

Faltaba algo.

Se volvieron a escuchar voces desde arriba y luego como alguien comenzaba a bajar por las escaleras metálicas.

Todos centraron la atención en el ruido, mirando a la fuente de este, esperando para ver quien aparecería ahora.

Las lentejuelas rojas centellearon alumbradas por las luces del techo de la fábrica, y el hombre de pelo blanco y ojos claros sonrió jovial, como si no llevase amarrado a una cuerda a otro hombre tras el. Perry reconoció automáticamente al camarero con el que había chocado en el local ¿Es que todo el personal estaba implicado?

—¡Miggs!

Peter dejó salir un aullido entre aliviado y desesperado, y el hombre atado tras el camarero dió un tirón a su cuerda intentando escapar para acercarse.

—¡Peter! ¡¿Estás bien?!

El camarero agarró con fuerza la soga y lo atrajo de nuevo hacía el.

—Mira que encuentro más bonito, me vais a hacer llorar de emoción—Sus ojos pasaron de Miggs a Peter y la sonrisa que había llevado hasta ahora desapareció dejando ver una mueca de desprecio.—Francamente, creía que en la agencia estaban más pendiente de sus agentes ¿Pero dejar que esto pase? y vosotros dos—esta vez señaló a Heinz y Perry con un dedo acusador— vais por el mismo camino... ¿Que veis en los humanos? Son monos bipedos sin pelo, es repulsivo.

Se miró las manos, como si estas fuesen a cobrar vida propia en cualquier momento y fueran a revelarse contra él cuando menos lo esperase.

Aquella forma de hablar no le pasó desapercibida al agente.

—Por dios, agente P, deja de mirarme así ¿De verdad no me reconoces?

Esta vez todos miraron a Perry esperando su respuesta y este se encogió de hombros dándoles a entender que no tenía ni idea de que hablaba. Quizá sí que estaba drogado.

Orange JuiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora