C A P í T U L O 2

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Otro mes después, Kid salía del hospital. Acompañado de su hermana llegaron a su apartamento, el cual Eustass desconocía. Entraron y cuando llegó a su habitación, la vio tan decorada que pensó que eso podría ayudarle. En una pared, pósters de chicas y coches nublaban la vista, quitando importancia a todo lo demás. Frente a esta, una ventana colocada al lado de un armario y una estantería con algunos balones y trofeos. Encima de la cabecera, había un corcho con varias fotos. En ellas reconocía a su hermana y al delgado ojeroso. Se fijó en que en las fotos no sonreía, solo cuando estaba ebrio. Además las manchas de su cuerpo crecían con el tiempo, además de sus ojeras.

Se sintió protegido, a pesar de estar más perdido que nunca. Un escalofrío le recorrió cuando vio una foto de ellos muy maquillados, como la que le enseñó Law.

En el fondo podía dar miedo.

Se tumbó en su cama. Miró al techo y vio pequeñas estrellas pegadas a él.

-Iré a hacer la cena- dijo Bonney. Miró discretamente su nuevo brazo. Metálico. Les había costado un pastón. Pero podían permitírselo, era un brazo. Tenían una buena herencia y ella ganaba bastante dinero como cuidadora de niños y ancianos.

Cuando terminaron de cenar, Kid se fue rápidamente a la habitación a contemplar mejor las fotos. Cuando decidió dormir, apagó la luz y las estrellas brillaron iluminando las imágenes.

•••

-Veamos... Este es un buen bar, solíamos venir aquí a cenar o simplemente a pasar el rato. El "Baratie" siempre ha sido nuestro lugar de quedadas, como curiosidad.

-¿Baratie? ¿Es un nombre alemán o qué? -Law paró en seco. Recordó que el pelirrojo había dicho exactamente lo mismo la primera vez. Sonrió.

-Vamos, te enseñaré mi apartamento. -fueron. Cuando llegaron, se metieron en la habitación y el pelirrojo pudo ver que su pared también estaba llena de fotos de ambos, tal vez más. En una salían besándose, con una botella en la mano y bailando. A su lado, en la playa. Más abajo, imitando a Freddy Mercury y luego con otras dos personas, a los Beatles. Cuando Kid vio la primera se sonrojó. ¿Quién era ese hombre que aparecía de repente y al parecer, tenían tanta confianza que se besaban? ¿Por qué le afectaba tanto? Si solo eran amigos, al menos eso decía.

Se sentaron. Kid quería saber si había algo más, si solo eran amigos. Pero le daba vergüenza. Qué ironía, Eustass Capitán Kid, tenía vergüenza.

-O-ye... Trafalgar. ¿Solo éramos... Amigos? -Law calló y por primera vez, Kid le vio reír. No solo reír. Se sujetaba las costillas y le dolía la tripa de la risa.

-Lo siento, no puedo... Sí, solo éramos amigos. Bueno, éramos mejores amigos.

-Ya veo. -Kid iba a seguir hablando pero el timbre se lo interrumpió. Law se apresuró a abrir la puerta y su expresión fue de asombro. Un chiquillo, de aspecto larguirucho e infantil, con un sombrero de paja que le tapaba la mirada pero no la sonriente boca.

-¡Torao! ¡Me enteré de que Kid salió del hospital! ¿Está contigo? -se asomó irrespetuosamente y se metió en casa. Corrió a abrazar a Kid mientras Trafalgar suspiraba y cerraba la puerta. -¡Kid! ¿Cómo estás? ¿Estás mejor? ¿Era buena la comida? -el pelirrojo miró inquisitivamente a Law.

-Mugiwara-ya... Eustass perdió la memoria.

-¿Qué? ¿Cómo...?¿No me recuerdas? -Kid negó. - A ti sí, ¿no Torao?

Al rojo vivo [KidLaw]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora