C A P í T U L O 8

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NICO ROBIN

-Robin... No quería.

-Calla, por favor. Necesito pensar -dijo ella frotándose la mejilla. El golpe le había dejado algo sorprendida.

-Sabes que yo nunca te pegaría. Por favor, ven, lo hablamos.

-No hay nada que hablar. Lo has demostrado todo. Incluso...

-¿¡Incluso qué!? ¿Piensas dejarme? He cometido un error, ya está. Me estabas provocando.

-¿Que yo te provoco?

-¡Sí! Siempre te crees tan superior, odiandonos a todos con la mirada. Nos desprecias. Y encima andas por la casa de esa manera y... No dejas hacer nada.

-¡Tal vez te desprecio a ti! He soportado mucho por tu culpa.

-¡Llevamos saliendo juntos tres años! ¿y se te ocurre decirme esto ahora, cuando te doy un pequeño golpe?

-Te conozco, siempre vas a más. Al principio eras... Perfecto. Luego empezaste a irte todas las noches, nadie sabe a dónde. Más tarde me controlabas, a veces me insultabas... Este es el límite. Se acabó el pensar. Se acabó. Aquí lo dejamos. -susurró con seguridad fingida.

-No. Me necesitas. ¿Cómo piensas vivir sola? ¿Con ese sueldo de mierda que te da tu amigo por hacer de mesera? ¿Piensas pagar una carrera tan complicada así? Mejor hazte stripper. -dijo él con superioridad.

-¿Sabes qué? Apuesto a que viviría mejor así que contigo.

-Ja, no te lo crees ni tú. Puta.

-Cállate.

-Pu-ta.

-¡Que te calles! -gritó. Sus ojos estaban húmedos y sus puños cerrados. -Coge tus cosas y lárgate de esta casa.

-No, guapa. Te irás tú.

-Mejor. -Ella fue directa al cuarto que compartían. Cogió la primera maleta que vio y empezó a meter ropa. Cepillo, libros. Todo lo que veía. Luego salió de la habitación, encontrándose al hombre de pie en la puerta con los brazos cruzados.

-Así que al final te vas. ¿dónde vas a vivir?

-No te importa. Ahora déjame pasar.

-Te irás con algún putero, como llevas toda tu vida haciendo. Hasta que me encontraste así. Vamos, Robin. Solo hemos discutido. Las parejas discuten.

-Aparta.

-No.

-¡Aparta o llamo a la policía!

-Vale, vale. -lo hizo. Ella salió por la puerta y se alejó corriendo de ese barrio. Llevaba tres años saliendo con ese hombre de extraño cabello. A decir verdad, odiaba su cabello. Odiaba su cara rara y su estúpida personalidad. Odiaba todo de él. Acababa de empezar el año y ¿ya ocurría esto? Así no era como planeaba dejarle. Llevaba unos meses soportándole, pensando en cómo dejarle. Lo hacía con él para que no sospeche, pero no de la misma forma.

Al rojo vivo [KidLaw]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora