Al rojo vivo [KidLaw]

C A P í T U L O 7

PORTGAS D. ACE

Esa mirada de pena... Le mataba. Se sentía sucio, un violador. Cuando Sabo le miraba así, se odiaba aún más. Si bien tenía problemas existenciales lo que menos necesitaba es que la persona a la que más amaba le diera plantón de esa manera.

Cuando besaba sus labios se sentía en el cielo. Era rudo y dominante, pero con Sabo... Se convertía en la persona más tierna. Sentir los jadeos del menor en su oído, sus blanquecina manos en todas partes. Amaba cuando se entregaba así a él. Aún así tenía miedo de tocarlo. Nunca lo habían hecho pero Ace se conformaba con poder mirarlo y sonreírle.

Estaba enamorado.

De su hermano, quién lo iba a decir. A Luffy le gustaba dormir con Sabo pero llevaba unos meses que Ace siempre se las arreglaba para ocupar su lugar. Ahí bajo las sábanas y el manto de estrellas, los jadeos y suspiros le adormecían. Entonces podía dormir bien y sonreía el resto de la semana.

Cuando escuchó por primera vez un "hazlo más rápido" o un "te quiero" con doble sentido se pensaba el hombre más feliz.

Pero luego llegó el "somos hermanos" que le destrozó el corazón. Sintió las manos como llamas de su hermano penetrar en su pecho y quemárselo. Sintió las lágrimas del menor en su hombro y las suyas propias en las mejillas.

Pero ese día... Cuando se fue se encerró en su habitación. Como un desquiciado comenzó a tirarlo todo por los aires. Ropa, libros e incluso su móvil cambiaban estratégicamente de lugar. Sabo lo oía todo, claramente. Se deslizó por la puerta hasta quedar sentado en el suelo y así llorar.

El año empezaba como una mierda.

Entonces bajó Luffy corriendo.

-¡Sabo! Oye, he invitado a esa chica a la fiesta. ¿Te parece mal?

-Claro que no, Luffy. -Sabo le contemplaba mucho.

-Gracias. Oye, ¿Qué te ha pasado? -preguntó preocupado.

-Nada. ¿Podrías decirle a Ace de mi parte algo? -El menor asintió. -Bien. Dile que no se preocupe, que lo arreglaré. Que le quiero a él y por culpa de bobadas como esa no dejaremos de ser... Hermanos.

Luffy lo hizo, y pronto comenzaron a llegar invitados. La casa se llenó tan rápido que Ace y Sabo no volvieron a encontrarse.

Sabo empezó a beber. Tranquilo, pero sin detenerse. Vagaba por la casa charlando con la gente, parando a hablar con chicas guapas. El alcohol le hacía hablar demasiado y su belleza hacía que ninguna chica se alejara. En cambio Ace no salió de su cuarto. Le acompañaba Marco, su mejor amigo. Él le ayudaba a no pasarse con la bebida y seamos sinceros, también le servía de hombro.

-Ace, deberías dejar de beber...

-Cállate. Por favor. -dio otro trago.

Sabo divisó a su compañera de trabajo charlando con la amiga de su hermano, Nico Robin.

-Koala. -le saludó serio.

-Hola, Sabo-kun. ¿Pasa algo? -preguntó preocupada.

-Pff... Sí. Tengo que pedirte un favor. Perdona, Robin-san. ¿Podrías dejarnos a solas?