C A P í T U L O 16

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-Espera, Law, veo que estas ansioso. -dijo Kid cuando su acompañante, en el ascensor, cogió la mano del pelirrojo y la metió en sus propios pantalones.

-Calla, imbécil. -le contestó totalmente sonrojado. Kid cogió a Law por el trasero y él enrolló sus piernas en su cintura cuando el ascensor se abrió y entraron en el departamento del médico.

El pelirrojo estampó a su acompañante contra la pared, vaciando todo el aire de sus pulmones y haciendo que gimiera. Le besó con ferocidad. Mordisqueaba sus labios y pasaba la lengua por ellos, para después meterla en su boca.

Bajó por su cuello dejándole marcas y rastros de saliva. De un tirón bajó los pantalones azules de Law y sonrió cuando vio su creciente erección, alzando la mirada. Pero Law tenía la cabeza agachada y cerraba fuertemente los ojos, con una mano en la boca.

-Hey, ¿qué pasa? -Kid le zarandeó un poco.

-Mejor lo dejamos, ¿no?

-¿Cómo? ¿Por qué? -inquirió algo preocupado, mas Law no alzaba la cabeza.

-Ehh...

-Oye, Trafalgar, mírame. -Kid cogió la mano tatuada de Law y se quitó la camiseta, para ponérsela en su pecho.

-No...

-Law... -le regañó. Este le hizo caso y alzó la mirada, con la cara roja hasta un punto violácea. -¿Qué pasa?

-Es que... No estoy muy seguro. Nunca me he acostado con un chico y... Me da vergüenza. -admitió.

-Yo creo que tampoco lo he hecho con ningún hombre. Vamos, no lo recuerdo. Pero nos las apañamos, ¿vale?

-¿Por qué este interés? Si te gustan las mujeres.

-Las mujeres, y tú. -dicho esto le besó apasionadamente. Regueros de saliva se deslizaban por sus labios, que el pelirrojo se encargó de limpiar con la lengua. Eso puso a mil al médico que empezó a colaborar. Pasaba las manos por todo el cuerpo pálido de Kid, por su cicatriz, por sus pectorales. -Vamos a la cama -le susurró con voz ronca. Dicho esto cogió a Law del trasero y se lo llevó. Justo antes de llegar a la cama se tropezaron, callendo Kid encima del larguirucho cuerpo de Trafalgar.

Kid, completamente avergonzado se levantó para pedir disculpas, y se sorprendió cuando Law empezó a reír. Quedó embelesado. Era lo mejor que había escuchado nunca.

-¿Puedes quitarte el brazo metálico?

-Sí, pero...

-¿Pero qué? ¿Te da vergüenza?

-¿De qué hablas, mierda? -contestó de malas maneras. Kid se lo quitó y ya en la cama, el tatuado comenzó a darle besos en el muñón, recorriendo la cicatriz, para acabar en sus pectorales. Kid no pensaba ceder, no jadearía. Pero su compañero empezó a besar la zona sensible y cayó. -No pensarás... Ser tú el que... La meta, ¿verdad?

-Claro que seré yo. Solo hay que ver cómo te retuerces debajo mío. -nada más decir eso, el pelirrojo, lleno de ira, invirtió los papeles, quedando encima. En un rápido movimiento quitó sus pantalones y metió su miembro en la boca de Law, haciendo que casi se atragantara. Abrió desmesuradamente los ojos y le miró con reproche, pero comenzó a chupar.

Kid le controlaba el ritmo moviendo las caderas y agarrándole del pelo, simultáneamente. Justo antes de que terminara, Trafalgar se apartó y con mirada pícara dijo:

-Venganza.

-Serás mamón... Ahora verás. -puso al ojeroso boca abajo y terminó de quitarle la ropa. Vio como este último escondía la cara entre las sábanas, lo que le dio ternura, y empezó un camino de besos por toda su espina dorsal.

Al rojo vivo [KidLaw]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora