C A P í T U L O 18

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-No podemos hacer esto cada vez que te emborrachas.

-Lo sé, lo siento...

-¿Estás mejor?

-Sí.

-Te prepararé algo.

-Oye, Sanji.

-¿Sí?

-Gracias. -este solo sonrió y se dirigió a la cocina. Poco después Robin entró sigilosamente a la habitación en la que solía dormir, ahora ocupada por Zoro. Ella no se dio cuenta, pues estaba oscuro, y se metió en la cama junto a él. -Hola, mujer.

-¡Joder! No me había dado cuenta, perdón, ya me voy -ella evitaba mirarle.

-No, no te vayas. ¿Cómo estás?

-Bien.

-Robin, mírame. -agarró el mentón de la chica y le obligó a mirarle. Suspiró. -Duerme, tienes ojeras.

-Zoro, yo...

-Ya. Lo entiendo.

-Lo siento.

-No, tú no tienes la culpa -Zoro negó.

-Se te nota la resaca... -agachó la cabeza.

-Ayer... Sanji y yo...

-Lo sé. Pero no te preocupes, no me molesta, no estamos juntos. -aclaró.

-Mierda, Robin. Ayer nos besamos. ¿No significó nada para ti?

-Claro que sí, pero seguimos sin estar juntos. -Robin toqueteó el cordón que Zoro le regaló. ¿En serio era necesaria esta charla? Así que para dejar las cosas claras, se inclinó y le besó. Luego se separó como obligándose, rápidamente. Zoro le miraba alucinado, como un crío pequeño.

-No entiendo nada.

-Me gustas. -dijo simplemente la chica. -Quiero estar contigo. Eres un gran tipo. Pero primero déjame solucionar unas cosillas. Necesito hacer algo antes. Después podremos estar juntos, te lo prometo.

-¿Qué cosillas?

-Algunas como las de ayer.

-¿Y cuánto te durará esto? -inquirió desconfiado Zoro.

-No mucho. Un par de semanas. -Zoro suspiró.

-Puedo aguantar -afirmó. -. Pero dame otro de esos. -rieron y volvieron a besarse, como si fuera la última vez.

-Te huele mal el aliento.

-Bien que me comes la boca igual.

Poco después, la chica caminaba por la gran Red Line, mirando escaparates y curioseando. Una bonita sonrisa adornaba su rostro y sus ojos azules parecían reflejar el cielo. Acababa de salir de una librería cuando chocó con alguien que le sonaba.

-¿Eustass?

-Hola, Nico Robin. ¿Cómo va todo? ¿Qué tal con Roronoa?- preguntó él amistosamente.

-Bien, muy bien. -comenzaron a caminar juntos, charlando de algunas cosas. Ambos estaban felices por lo que no se sentían incómodos. -¿Hacia dónde vas?

-Voy a Grove 45, a buscar a Trafalgar. En nada sale de trabajar. -respondió con una sonrisa.

-Vaya. ¿Estaís juntos?

-No lo sé, se lo tendré que pedir.

-Ya veo. Bueno, mucha suerte, confío en que te dirá que sí.

-Gracias. Espero que empecemos a vivir juntos. Mi hermana ahora vive con su novio y sino estoy solo en casa.

-¿Ya tiene novio? ¿Bonney? No me suena.

Al rojo vivo [KidLaw]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora