Estaba bajo el agua.
Sentía sus manos y pies flotando, acariciándola.
Su cabello, normalmente apuntando hacia arriba como llamaradas de fuego, se desparramaba por toda la superficie acuosa, desordenándose. Sentía que iba hacia arriba, a la superficie. Tranquilo, descansado, y feliz. Como si estuviera drogado o muerto.Y de fondo escuchaba su respiración. Era tranquila, constante. Eso le extrañó. Hacía tiempo que no podía respirar bien, le dolían lo pulmones. Entonces pensó en cómo había llegado ahí y su corazón empezó a desbocarse, latiendo cada vez más rápido, acompasando su respiración. Empezó a ahogarse, a irse hacia el fondo. Sus manos intentaban agarrarse a algo, mas solo tocaban líquido y sueños rotos que podrían haberse cumplido, en las sábanas de aquel chico.
Mierda.
No podía, estaba cayendo. Susurró un "ayuda" con la esperanza de que su amigo apareciera ahí, en ese pequeño lago que se creía océano, con un chico que se creía hombre. Quería ver sus ojos mojados, sus ojeras marcadas, su perilla y sus manos tatuadas, marcadas para siempre como una triste cicatriz, recordatorio de su triste destino.
Pi... Pi... Pi...
Kid...
Cerró fuertemente los ojos y al abrirlos, toda la escena cambió y se encontró en una concurrida avenida. Iba de la mano de un hombre alto y pelirrojo, de grandes ojos azules. Sostenía un juguete de metal que él mismo había hecho. Y sonreía. Sonreía. Su hermana, dos años menor que él, les acompañaba llorando.
-¿Por qué lloras? ¿Bonney? ¿Por qué lloras?
-Mamá, papá...
-¿Qué pasa? -Kid giró la cabeza. Y una horrible visión le invadió. Su padre, ensangrentado, tirado en la carretera, agarraba fuertemente la mano de su madre, muerta. Para entonces veía eso desde una altura mayor, había crecio. -¿Bonney? ¿Papá? ¿Mamá?
-Huye, Kid, llévate a Bon. Estudia, ¿vale? Ten una novia guapa y cásate. Ten hijos. No guardes rencor.
-Pero papá, puedo salvarte, solo llamo a la ambulancia y...
-La ambulancia está en camino. No llegará. Y lo sabes. Recuérdalo, está dentro de ti. Enterrado.
-Pero papá...
-Tus hijos serán muy guapos. -su padre empezó a llorar. -Serán como tú, ¿vale? Ten paciencia con los estudios, por favor. Ten un buen trabajo. Y defiende. A tu hermana y a tus amigos.
-No, papá, puedes decírmelo mañana mientras comemos, ¿vale? -Kid se acercó e intentó detener la hemorragia de su padre mientras lágrimas rebeldes se deslizaban por su rostro. La ambulancia llegaba, escuchaba su sirena. También la policía. Y muchos gritos. Miró y su padre ya no estaba. Ahora ocupaba una bolsa blanca de plástico.
-¡No, sácalo de ahí! ¡No merece morir así! -nadie le oía. El sonido le aterraba, le nublaba. Se sentó e intentó taponar sus oídos mientras sus ojos húmedos se escondían. El sonido no cesaba.
Pasó así un rato y de repente, no escuchaba nada. Le dolían los oídos por el rápido cambio. Abrió los ojos y se encontraba en una enorme superficie blanca, por la que empezó a caminar.
-Tienes que elegir. -escuchó.
-¿El qué?
Delante suyo apareció Law. En una mano sostenía un corazón y en la otra una llama violácea. Con cuidado agarró el corazón y sintió una enorme ráfaga de aire, que movió todo el escenario, recorriendo kilómetros a su parecer, hasta detenerse en la universidad.
Ahí vio a un chico enorme y de cabello fuscia, agarrando a otro que parecía ser su hermano, también muy grande. Le sujetaba para evitar que este último, con una cicatriz en la cara y un extraño peinado morado se abalanzase sobre un esmirriado muchacho sangriento, pálido, ojeroso y con unas inusuales manchas blancas.
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Al rojo vivo [KidLaw]
DragosteKid es un hombre que sufre un accidente grave, quedando en coma por semanas. Como consecuencia, sus recuerdos hasta tres años atrás simplemente desaparecen. Law, para entonces su mejor amigo, intenta enseñarle la vida ahora con cosas que él ni siqui...