Capítulo once.

545 27 3
                                    

Narra Niall.

Le había dejado cinco mensajes y no se había dignado a contestar ni uno, ¡NI UNO! Maldita idiota. Maldita apuesta que había hecho, maldito Louis. Lo odio. ¡Pero esto iba mucho más allá de una apuesta! Me estaba preocupando en serio. Agarré mi chaqueta. No me iba a quedar sentado de brazos cruzados, en alguna parte iba a estar, y más si había salido caminando. Mi teléfono comenzó a sonar. 

Zoey.
¡Al fin!

-¿Sí?- contesté- ¡Zoey! ¡¿Dónde mierda te metiste idiota?!
-¡Sueltame!- alcancé a escuchar a lo lejos, estaba jadeando. El corazón comenzó a palpitarme rápido, seguí escuchando- ¡Yo no hice nada! ¿Por qué en un CALLEJÓN?- gritó la última palabra, estaba en peligro, pero tenía que calmarme y escuchar dónde mierda estaba, presté atención a lo que gritaba- ¡Puedo ir a la comisaría de la calle WESLEY!- así que estaba aquí cerca, salí de mi casa como un rayo, si algo le pasaba a Zoey...- ¡Suéltame!
Escuché la risa de un hombre y que le decía "No linda, preciosa, mira las curvas que tienes. Max, alcánzame la morfina. Ahora dormirás un rato dulce princesita" UGH, ASCO DE TIPO. 
-¡Suéltenme!- alcancé a escuchar la intensidad con la que lloraba- ¡Ayuda! ¡AYUDA! ¡Niall ven.. ve..v- y después no se escuchó a nadie, supongo que la habían dormido.

Guardé el celular en el bolsillo de mi chaqueta mientras corría por Wesley, al llegar al callejón ví como dos hombres encerraban a una chica con melena oscura... ¡¡ZOEY!! Hijos de puta, ahora se las iban a ver conmigo. 

-¡Sueltenla!- el hombre que le estaba levantando la camisa a Zoey se dió la media vuelta y me miró. Comenzó a reírse- ¡SUELTALA HIJO DE PUTA! ¡IMBÉCIL, NO ERES NADIE PARA TOCARLA!- dije lleno de cólera, la ví tan golpeada, estaba dopada y un hilo de sangre le recorría el rostro desde la frente hasta la mandíbula.- ¡SUELTA YA O TE MATO!
-¿Tú?- tenía una voz estridente. Comenzó a reírse de nuevo.
Mientras él estaba distraído yo junté un fierro y cuando menos se percató le dí en la cabeza. Ahora solo me quedaba su socio, que quedó atónito al ver como el asqueroso hijo de puta que había tocado a Zoey se desmayaba y quedaba tirado en el piso. Lo miré desafiante, retándolo y salió corriendo como alma que lleva el diablo.

Solté el fierro y arrastré al tipo unos metros, lo dejé al lado dentro de un basurero y volví por Zoey.

Mi dulce Zoey. ¿QUÉ MIERDA ESTOY PENSANDO?

Vale, verla a ella de esa manera me partía el alma, estaba toda golpeada, tenía moretones por todo el cuerpo, la camisa a medio desprender y el pelo revuelto. Además había sangre por su bello rostro y el piso. Su sangre. ¡Dios!
Le tomé el pulso para ver si aún tenía signos de vida, gracias a dios los tenía, luego la tomé con cuidado y la cargué hasta el auto. Me partía el alma verla de ese modo, por mas de que la odie y me haga la vida imposible, en el fondo se me caía el corazón a pedazos. 

Al llegar a casa, la acosté en su cama y me encargué de taparla con las sábanas. Busqué algo de hielo y gasas, y también aspirinetas y un vaso de agua para cuando despierte. Aunque sabía que esto iba a durar mucho tiempo. 
Me senté a su lado y le limpié la sangre del rostro, luego le coloqué una venda en la herida y me quedé observándola.
Tenía que aceptarlo. Zoey era completamente hermosa, sus facciones eran perfectas, y sus labios daban ganas de sentirlos, tenía unas pestañas tan largas y maravillosas que no necesitaba ni una pizca de maquillaje y sus ojos... sus ojos eran la cosa mas bella del mundo. Eran magníficos. 
Y ahora, viéndola de ese modo, tan insegura e indefensa, me daba pena haber hecho una estúpida apuesta con el inúltil de Louis. ¡Que idiota! ¡Idiota, idiota, idiota! ¡Zoey no se merecía esto!


Narra Zoey.

Miré hacia un lado y hacia el otro pidiendo ayuda, nadie venía, me estaban violando y nadie se percataba de ello, y Niall tampoco llegaba, ¡maldito idiota! Hubiese tenido que llamar a Jany, pero ella no tenía fuerza y podrían haber hecho esto con ella también... el hombre me apretó aún más contra la pared, me estaba lastimando. Me sacudió tanto que mi cabeza reboto contra los ladrillos y por un instante perdí el conocimiento, sentí que algo caliente correaba por el dorso de mi cara y comencé a chillar y a llorar, a pegar patadas. El hombre que me sujetaba me injectó algo desconocido a mi vista y pronto comencé a tener sueño.... ¡MIERDA, MORFINA! chillé desesperada el nombre de Niall, pero cada vez iba sintiendo más y más pesados los párpados, y de pronto todo se volvió negro y ví a miles de Niall's pegándoles a miles de hombres con morfina en la mano. Las paredes se me cerraban y perdí todo conocimiento posible.

Me desperté sobresaltada, me toqué la frente, ya no tenía sangre chorreando, sino en su lugar había una gasa, además, estaba en mi cuarto, y no tenía idea de como había llegado allí. La cabeza se me partía de dolor y ví que en la mesilla de noche había algunas aspirinas y un vaso de agua, tomé una y dejé que haga efecto. Cuando me dí la vuelta, el susto fue tan grande que el agua que todavía estaba tomando la escupí toda sobre Niall, que estaba acostado a mi lado. 
Aún dormía, y cuando sintió que lo había mojado se despertó al instante.

-¡Zoey!- se sobresaltó al despertarse- ¿Estás bien?

-¡Imbécil! ¡Me pegaste el susto del año, tarado!

Miré a Niall, tenía unas ojeras grandísimas y tenía cortes en sus manos, estaba desarreglado y parecía como si hubiera pasado toda la noche junto a mí. Se frotó la frente y luego me miró, confundido.

-¡Te salvo de esos violadores y me dices imbécil! ¿En serio?- se levantó y volvió a fregarse la cara.

-Perdón- musité- ¡es que dormiste a mi lado!

-Como si nunca hubieras dormido con alguien a tu lado- me dijo encogiéndose de hombros.

¡¿Me trató de puta barata?!

-Ugh, te odio Horan, siempre tan arrogante... y no, no soy tan putita como tu ex-novia, Marcie la arpía. No me acuesto con diez a la vez- le guiñé un ojo y me levanté.

-Deberías agradecer por lo menos. Si no hubiera sido por mí, hubieras amanecido quién sabe donde. ¡Ahí tienes la prueba de por qué me tienes que decir a donde vas y si estás bien! O por lo menos contestar los mensajes...

-Pues gracias- dije casi gruñendo- ahora vete y deja que me arregle. No estoy bien Niall, y no quiero estar peor.

-Igual- me contestó seco y salió de allí lo más rápido que pudo.

Me miré al espejo, estaba destrozada, mi ropa estaba hecha jirones. Maldito hijo de puta, me había dejado marcas en todo el cuerpo. ¡Mi camisa! Un recuerdo del hombre de anoche desabrochando mi camisa vino a mi mente. La camisa estaba abrochada muy mal, seguro entre el apuro, Niall, la abrochó como pudo. Eso me hizo enrojecer. Maldito Niall, ¿por qué si era tan lindo conmigo siempre tenía que arruinarlo todo? Me duché, me cambié y me cambié el vendaje que tenía puesto en la frente.

Cuando salí, Niall ya se había cambiado, llevaba una camiseta blanca suelta y unos jeans ajustados. Tenía a Clary en su brazo y estaba por darle el biberón. Se lo veía muy contento junto a ella, nada parecido al Niall que siempre había conocido. Cuando se dió cuenta de mi presencia, me sonrió de medio lado. Comenzaba a creer que lo estaba haciendo de gusto, sabía que me encantaba que hiciera eso. 

-Hay una bandeja con jugo y tostadas con mantequilla sobre la mesada- dijo mientras se sentaba y seguía dandole el biberón a su hermana-, te la iba a llevar luego, para disculparme, pero Clary comenzó a llorar y...- me miró a los ojos- perdón, no quería haber dicho lo que te dije en la cama, no era mi intención.

Le sonreí. ¿Desde cuando era un Niall tan servicial? Tal vez sentía algo de lástima por mí. Era lógico. Pero no creía que éste Niall fuera el mismo de siempre. Había raro algo en él... más.. más, ¿luz? algo que aún no había demostrado al frente mío, algo muy lindo de él.

-No sucede nada, yo también reaccioné bastante mal- hice una mueca- déjame a Clary, si quieres.

-No, mírate como estás, toda lastimada, mejor ve a acostarte y te llevo el desayuno, en serio, anda, además no quiero que te hagas daño, porque eres especial para mí y no voy a dejar que te lastimes ahora- dijo y dejó el biberón arriba de la mesa, por un instante creí verlo que se sonrojaba y se ponía nervioso.

-¿Así que soy especial?- ahora yo jugaba a su modo.

-No, yo.. qui... quiero decir....

-¿Nervioso Nialler?- dije acercándome a él lo más posible. Se sentía bien coquetear de ésta forma.

Si tú lo dices ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora