Capítulo treinta.

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Narra Louis.

Vi llegar a Niall al restaurante con una cara de preocupación extrema. ¿Qué le sucedía? Cuando me vio, vino hacia la mesa que siempre ocupábamos como un rayo. Se sentó y me saludó. Tomé la carta, sin darle mucha importancia y miré por arriba todos los aperitivos en ella.

-¿Me estás escuchando?- preguntó Niall otra vez-, ¡Joder Louis, es importante mierda!

-Te escucho, tarado- dije dejando la carta de lado.

-Te decía que ya no podemos seguir con esto...

-¿Qué?- pregunté confundido- ¿Teníamos una relación y no me enteré?- dije divertido. Me encantaba hacer enojar a Niall. 

-No, estúpido. Con la apuesta, no podemos seguir con eso... 

-¿Te enamoraste?- pregunté, estaba a punto de estallar de risa. Que debilucho, por dios.

-¡Que eres nabo!- dijo impaciente-, te lavaré el auto... haré lo que quieras, pero no podemos seguir con est....- lo interrumpí.

-Cállate. Respóndeme, ¿te enamoraste?

Niall se quedó unos minutos en silencio.

Narra Zoey.

El celular vibró a mi lado y emitió el usual sonido de mensajes. Había estado llorando como una desalmada. ¿Por qué no me habían dado esto antes? ¡Habría sido todo completamente diferente! Tan solo si hubiera leído esas cartas...

Janet aparecía grande en la pantalla. Un WhatsApp de ella. Me sequé los mocos y las lágrimas con unos pañuelos que tenía a mano y luego abrí la conversación.

JanyPervertilandia:

¿Hacemos algo?

Oh. Dí que sí. Me estoy muriendo del aburrimiento, jodeeeeerrrrrrr.

Yo a JanyPervertilandia:

Okay. Sólo déjame prepararme y voy para tu casa.

JanyPervertilandia:

Lo lamento chica, pero ya estoy en la puerta de la mansión.

¿QUÉ? JODER, JODER, JODER. No podía verme llorar, sé como es Jany y si me veía con lágrimas en los ojos, me indagaría hasta saber que coños me pasa. ¡Dios! ¿Ahora que le invento? 

Me levanté rápido de mi cama y me arreglé la ropa lo mejor que pude, luego fui como una flecha al baño y me lavé la cara para discimular las lágrimas. ¡Diablos! Una excusa rápido... 
Me rehice la coleta y me froté las manos por los ojos. Me arrugué un poco la ropa y los shorts, de nuevo... tal vez, así, pensaría que había estado dormida y...

La puerta sonó. Una, dos, tres veces...

-¡Hey Jany!- dije simulando sorpresa mientras abría la puerta de par en par.

-Hey Zo- dijo besándome la mejilla y entrando a la mansión como si fuera su casa-, te iba a decir para ir de compras, pero mi queridísimo hermanito tiró todos los platos de la cocina y mamá se ha puesto furiosa, y luego...- se dió la vuelta y me miró de hito en hito-, ¡mierda chica! ¿¡Has estado llorando!?

Maldición. MIERDA. MIERDA. MIERDA. ZOEY INVENTATE YA UNA EXCUSA, YA!

-No. He estado durmiendo y tu me has despertado...- dije, fingiendo un bostezo y cerrando la puerta tras mí.

Si tú lo dices ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora