Si tú lo dices ||n.h||

Capítulo veintitrés.

Narra Zoey.

Me sentía estúpida y confundida. 

-Estoy seguro que el ruido proviene de aquí- dijo Luke tomando el picaporte. Posé mi mano en la de él y me miró a los ojos-. ¿Qué?

-Déjalo Luke, ha sido el viento.

-Pues a mí no me pareció que ese ruido que escuché fuera viento, Zoey.

Le sonreí de costado y solté mi mano. No quería que se confunda más de lo que estaba. Yo tampoco quería confundirme más de lo que estaba.

-Yo que tú me voy apurando porque faltan dos minutos exactos para que el profesor de Economía mundial entre a tu clase.

-¿¡Qué!? No se me pudo haber hecho tan tarde...

Me encogí de hombros y el me tomó una mano. Con la otra me corrió un mechón de cabello.

-Nos vemos luego. Piénsalo.

Me dió un beso en la mejilla y se largó de allí no sin antes darse vuelta y saludarme con la mano.

Me sonrojé y cuando ya no divisé a Luke por el pasillo, probé con el picaporte.
No es que desconfiara, pero no había sido el viento el que había hecho ese ruido y lo sabía. Miré hacia adentro. Nada. Todo el salón estaba en completo orden, como si no lo hubieran pisado en toda la mañana. 
Raro, bastante.

Faltaban minutos para mi nueva clase y decidí ir a esperar a las gradas de la cancha de fútbol. No había más que bastantes chicos corriendo en filas rectas y practicando pases. Si Janet hubiese estado junto a mí no dudo en que se babearía por Josh Fray, el capitán del equipo, y también por sus compañeros. Sin embargo, a mí nunca me había llamado la atención demasiado. No es que fuera feo, porque siendo sincera, Josh estaba como un tren. Pero había algo que estaba mal en él, no lo sé. Tal vez fuera que no le gustaba aquel deporte.

Me encontraba bastante tranquila sentada en uno de los más altos escalones cuando vi que Liam se acercaba a mí.

-Hey Zoey- dijo con una sonrisa sentándose a mi lado.

Llevaba el uniforme del equipo de fútbol puesto y le sentaba demasiado bien. Lo miré extrañada. Nunca me había contado que había empezado a hacer esto.

-Hola Payne- dije con una sonrisa y saludándolo con un beso en la mejilla-, ¿juegas en el equipo?

Se encogió de hombros.

-Empecé hace una semana.

-Pues, me alegro entonces- dije mirándolo fijamente.

Estaba más radiante de la última vez que lo había visto. Parecía algo feliz y realmente satisfecho.

-A tí te pasa algo- dije con una duda y riéndo.

-Conocí a una chica, y pues... no es como todos creen, deberas. 

Lo miré con una sonrisa traviesa en los labios.

-¿Te enamoraste Liam?

-No, o... tal vez, es que ella es tan... hermosa y buena con todo el mundo. Zoey, ¿qué puedo hacer para que no me vea sólo como un amigo?

-Oh... bueno, mira, tendría que saber el nombre primero eh- dije, la curiosidad me estaba matando.

-No, eso no es justo.

Hice cara de ofendida.

-¿No le quieres contar a tu amiga, casi mejor amiga, sobre la chica? Uhm Liam.