Si tú lo dices ||n.h||

Capítulo veintiocho.

Narra Zoey.

-¿Qué?- pregunté de nuevo sin entenderle.

En realidad, no sé por qué razón repetía "No puede ser".

-Zoey, ya nos conocemos.

-¿Qué?- pregunté aún más confundida-, ¡Estas loco! ¡Apenas me conocías hace tres meses!

-No. Mira esto...- se sentó en su cama muy erguido y bajo el volúmen del televisor. Se paró y fue a su escritorio.

Lo observé extrañada. ¿Qué me estaba diciendo? No entendía absolutamente nada. Vi como se ponía nervioso y revolvía entre los cajones. Hasta dar con unos papeles. Volvió a hablar, esta vez de espaldas a mí.

-Sé que no te gusta el café. Sé que tu padre se marcho cuando eras pequeña, que odias el chocolate y que amas los helados de menta. Sé que tu banda favorita cuando eras pequeña fueron los Backstreet Boys y las Spice Girls... y que cantabas sus canciones saltando en la cama con Alexandra. Sé que ella sufrió mucho cuando se separaron y que un día tu madre decidió recomponer toda su vida, haciéndola nueva, que ya no tuviste los amigos de antes, fuiste a otra escuela y que...

-¡Para Niall!- chillé. ¡¿Cómo carajos sabía todo eso?!- ¿¡ME ESPÍAS ACASO, O QUÉ CARAJO!? 

-Intenta recordar...

-¿Me estás acosando? ¡De dónde averiguaste eso!- dije histérica-... oh mataré a Janet en cuanto la vea...

-¡¿Te puedes callar?!- se dió la vuelta y vino hacia la cama. Se sentó en un borde junto a mí-, tranquila...- me puso una de sus manos en mi hombro y repitió:- solo intenta recordar, por favor.

-¿Qué? ¿Qué tengo que recordar?

-¿En serio no te acuerdas de tus amistades? ¿De alguien que te acompañó toda tu niñez...?

-¿De qué hablas?

Niall se agarró la cara con las manos...

-¿No te recuerdo a nadie en especial?

-¿Por qué tendrías que hacerlo?- pregunté.

-Tu mejor amigo... intenta recordar a tu mejor amigo de la infancia, por favor.

Hice lo que me pidió. No porque quiera hacerlo, sino porque tanta incertidumbre me estaba matando. ¿Por qué el quería que recordara a mi antiguo mejor amigo? Aquel que me había dejado tanto tiempo, sin importarle mi existencia. 
Me acordaba perfectamente de ese niño. Completamente rubio, con sus ojos grandes de un azul marino que irradiaban ternura. Sus pestañas largas me recordaban a las de una niña y su boca rosa era una línea recta, que cuando se fruncía se convertía en la mueca más graciosa que siempre me había echo reír... su boca... como la de Niall, completamene igual. Completamente parecida. Con los mismos ojos y su mismo brillo...

-Mira...- me tendió algunas fotos de él junto a otra niña y la que había visto aquel día que había entrado por primera vez a su habitación. La niña era yo. Nosotros amacándonos, yo en un banco, Niall corriendo junto a mí de la mano, yo sonriéndole a la cámara, Niall a mi lado haciendo muecas...- ¿Te das cuenta, ahora?- preguntó.

Asentí. Completamente anodada. No tenía palabras para responderle. En realidad, no creía que esto estuviera pasando... trabajar en la casa de mi antigüo mejor amigo. ¿Cómo? ¿Mamá me lo había echo de gusto y sabía que ése era el niño que antes me había dejado sola? ¡Tendría que hablar con ella lo más rápido posible! Estaba que soplaba humo por los oídos.

-Me doy cuenta de que eres un idiota. ¿Cómo te permites tener tantas fotos mías? ¡Ni siquiera me llamaste en todos estos años! ¡No te importó que yo no tenga amigos! ¡No te importó nada!