Si tú lo dices ||n.h||

Capítulo veintisiete.

-¿Cómo?- dije, pensando que lo que había escuchado era una locura mía.

-Que vallamos a mi habitación, hay un televisor mucho más grande y podemos acostarnos en mi cama, no te voy a comer- dijo riéndo. 

Así que le parecía divertido. Acostarse con una chica. Pues, para mí no lo era. 

"Oh, vamos Zoey, sólo es ver una película no tienen que tener sexo. Apenas se conocen, no seas estúpida", pensé.

-¿Y? ¿Vendrás o acaso también te dan miedo los autos?- dijo subiendo las escaleras.

Eso me llenó un poquito de cólera. Vamos, no era tan miedosa, ni siquiera sabía mis reacciones con las películas de miedo........ ¿a quién engaño? Si cada vez que veo una no puedo dormir por noches. Igualmente, quise demostrarle lo contrario. Nadie juega ni me molesta de esa manera, y él lo iba a saber.

Me encaminé detrás de él hacia su cuarto. Ya había estado en ese pasillos millones de veces, nada raro, sin embargo... íbamos al cuarto de Niall. Okay, sí, ya había estado allí también... pero nunca me había quedado junto a él tanto rato... esto me ponía los nervios de puntas. Ahora, que me iba acercando cada vez más a la puerta sentía que el estómago se me hacía un solo nudo.

"No vomites, no vomites, no vomites...", pensé.

Entré detrás de Niall a su cuarto y cerré la puerta. Ví como el se tiraba a su cama, de doble plaza gracias a Dios. Me senté en un borde, procurando no tocarle. Si lo hacía, si nos besábamos, no sabía que podía llegar a pasar luego...

-¿No te vas a acostar?- me preguntó mientras se ponía en cuatro patas y gateaba hasta la punta de su cama para salir de ella-, ya vuelvo, voy a poner la película e iré al baño... ponte cómoda- dijo, mientras se paraba y estiraba los brazos, luego con un movimiento rápido se sacó su camiseta. Dios mío. Dios mío. ¡Dios mío! Niall de nuevo dejando su perfecto torso al descubierto, sus músculos moviéndose y tensionándose. 

"Basta, tengo que dejar de mirarlo, voy a babear", pensé y corrí la vista hacia otro lado.

Niall pareció no notar mi mirada y buscó otra camiseta y otros pantalones dentro del ropero. 

-En serio, ponte cómoda, nadie te comerá- dijo, sin mirarme y yendo al baño.

Cuando desapareció tras la puerta, largué el aire que había estado conteniendo para no mostrar algún indicio de cuánto me gustaba Niall y su torso desnudo. ¡Dios! Pero es que si él seguía teniendo tanta confianza y seguía quitándose la remera al frente mío no me resistiría. 
¡Que estupidez! Si así me ponía cuando estaba en cuero, cómo sería si se quitara los pantalone...... ¡PARA ZOEY!

Revolví mi cabeza y me acomodé en la parte izquierda de la cama, dejando que Niall se acueste contra la pared (en la parte derecha, obvio). Las sábanas estaban revueltas y decidí correrlas a la punta de la cama. Luego recosté mi cabeza en su almohada, dios, tenía su olor... una mezcla de menta, shampoo y perfume. Amaba su aroma, así que inspiré profundamente, para empaparme de su olor, cerré los ojos y me quedé así unos minutos.

Hasta que escuché su voz.

-Oh mierda. ¿Zo, te has quedado dormida?- dijo y noté que me tocó el hombro y comenzó a moverme a un lado y al otro.

-Joder, para, estoy despierta- dije abriendo los ojos. 

¿Para qué abrí los ojos? ¿Acaso quería provocar mi propia muerte? Sus ojos azules me miraban con un brillo inexplicable, ahora venía vestido con una remera que tenía la inscripción de One Direction, la mejor banda del mundo, y llevaba unos joggings grises que le resaltaban aún más sus piernas delgadas.