Capítulo 30

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Tres días habían pasado de la cena. Y al fin, JeonGguk se estaba instalando definitivamente en el penthouse.

Para su suerte, y la de Alaska, aceptaban los animales en el edificio, la perra no había presentado problemas al adaptarse a su nuevo hogar.

Alaska es una Akita Inu de tres años. Ella había estado constantemente en contacto con otros perros, y personas por lo que no era para nada tosca ni violenta.

— Ven, bebé. — la llamó el castaño para que se ubicara cerca de él.

Ella ante el llamado de su dueño fue y se acostó en el regazo del hombre, aceptando gustosamente los cariños que le brindaba.

Esta noche vendría HoSeok, su viejo amigo, y TaeHyung, amigo del pelirrojo, no lo conocía, pero siendo cercano a HoSeok estaba seguro que sería de su agrado.

Según lo que le había dicho YoonGi, Akemi quería pasar la tarde con él. Aceptó gustoso, le encantaba pasar tiempo con el niño.

Miró su reloj de mano con impaciencia, se suponía que debían estar allí hace diez minutos.

Tomó su teléfono y marcó el número del pálido. En el segundo tono éste atendió.

— YoonGi... ¿donde están?

— JeonGguk, estamos a dos cuadras. — su voz sonaba agitada. — ¿quieres ir saliendo así ya vamos al parque?.

— Esta bien, deja el auto estacionado. Iremos caminando, y tengan cuidado, Min.

Poco después la llamada finalizó. JeonGguk se puso de pie y buscó la correa de Alaska. Le haría bien el ejercicio.

Cinco minutos más tarde él ya se encontraba fuera del edificio con el can. Rascó su mentón en un acto de ansiedad. Min no estaba a dos cuadras. Él recién debía estar saliendo.

Agarró su teléfono y llamó al pelirrojo, tendría que atrasar su salida un poco.

— ¡Hola, amigo!

— Hola, HoSeok. — sonrió el castaño por el tono alegre de su amigo. — escuchame... ¿será que po-

— No lo cancelaremos, JeonGguk.

— No iba a cancelar. Pero pasaré la tarde con mi hijo, y está llegando atrasado. Quería saber si podíamos vernos un poco después.

— ¡Si, JeonGguk! Lo que sea sólo por verte. — rió.

— De acuerdo... ¿vendrás al edificio y después... qué?

— Ya te lo dije... Iremos a un pub.

— Desde que tengo 19 no he salido a uno de esos.

— Sólo no vayas como un empresario, JeonGguk. Ve como un joven de 24.

— Mi vestuario es todo de empresario, HoSeokie.

— Te llevaré ropa y algunas otras cosas.

JeonGguk rió mientras ponía sus ojos en blanco. Su amigo se negaba a entender que él no tenía la vida de cualquier chico de 24.
Giró sobre sus talones y vio como Akemi venía corriendo de la mano de YoonGi. Un pequeña sonrisa se formó en sus labios al verlos.

— Lo que tú digas... tengo que irme, ya llegó Akemi.

— Bien, mándale saludos. Dile que su tío lo quiere.

Akemi corría a la par de Alaska. Ambos habían congeniado de maravilla.

Luego de unos minutos vino el castañito, cansado y se acostó en sus piernas.

— JeonGguk... — dijo el infante con voz de capricho. — ¿puedo quedarme contigo ésta noche?

— Me encantaría, pequeño... pero vendrán unos amigos... mañana podremos pasar la noche juntos si quieres.

— Está bien. — dijo con un puchero.

— Bien. — sonrió el mayor. — veremos películas y comeremos chatarra.

— A papá no le gustará. — rió con malicia.

— Tu papá no estará mañana.

YoonGi había dejado al pequeño y le había dicho a JeonGguk que vendría a buscarlo más tarde. Le pareció bien, últimamente el pálido no se separaba del pequeño, y lo frustraba, quería estar a solas con su hijo.

Get Away || KookGi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora