Capítulo 31

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El castaño agarró con frustración su cabello. Min tenía un serio problema con llegar tarde, ¿cómo hacía con su trabajo?

JeonGguk terminó de servirle una cena exprés al pequeño y a él. HoSeok llegaría en menos de diez minutos y ni siquiera había podido ducharse.

— Pequeño, vendré en un segundo, tengo que tomar una ducha.

El castañito no había despegado su vista de la comida, pero sí lo había escuchado.

— Está bien, papá... — sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso al escucharse. — digo JeonGguk.

Inevitablemente el mayor sintió una ganas inmensas de abrazar y besar a su hijo. Se había escuchado tan bien.

— Ya vengo. — sonrió grande.

Para cuando salió de la ducha se escuchaban los escandalosos gritos de Akemi... y ¿HoSeok?

La sala ahora se había convertido en una especie de campo de guerra. Tras unos almohadones se encontraba 'escondido' su amigo. Y del otro lado estaba Akemi con Alaska. Se sorprendió al ver que la perra también estaba metida en esto.

En cuanto los ojos del pelirrojo se cruzaron con los suyos, él salió de su lugar y corrió hasta su encuentro. En el trayecto almohadas impactaban contra su cuerpo.

— ¡Estas muerto! — gritó el infante. — ¡perdiste HoSeok hyung!

Tras él se escuchaban los ladridos de Alaska. Eran realmente ruidosos, todos.

— ¡JeonGgukie! — chilló el mayor. — te extrañé tanto.

El hombre sonriente se colgó de su cuello y comenzó a repartir efusivos besos por sus mejillas y garganta.

— Oigan... — dijo el niño con cara de asco. — yo sigo aquí.

JeonGguk tomó al joven por las caderas y lo apartó con una sonrisa.

— También te extrañé, HoSeok. — el castaño depositó un pequeño beso en la mejilla contraria.

— Uhg... ¿ustedes son ésa clase de amigos?.

— No, pequeñín. Tu padre nunca se fijó en mi.

— ¡No le digas eso al niño! — JeonGguk rió avergonzado. — él no tiene por qué enterarse.

— ¿Tú conoces a mi papi, HoSeok hyung?

— Lastimosamente no, pequeñín.

— Seguro lo verás cuando venga a buscarme. — sonrió.

El pelirrojo revolvió los cabellos del niño y se encargó de volver a entretenerlo.

— Iré a cambiarme, HoSeok. Cuídalo y no destruyan la casa.

— ¡Espera! ¡te traje ropa!

—¿Es en serio? Yo tengo mi ropa.

— Lo sé... pero ahora tienes que verte sexy, así que te traje algunas cosas. Tomalas como si fueran un regalo de bienvenida.

— HoSeok... — dijo con tono recriminatorio.

— Cállate, Jeon y acepta mis regalos... ¿sigues teniendo las perforaciones en tus orejas?

El castaño llevó sus dedos hasta sus lóbulos vacíos.

— Aún están... pero no sé si sigan abiertos.

— Esta bien... ve a cambiarte guapo.

— ¿Por qué le dices guapo a JeonGguk?— el infante frunció su ceño.

El mencionado rió divertido ante aquella escena. Akemi era realmente protector.

Get Away || KookGi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora