Capítulo 36

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Min sintió un inexplicable vacío cuando se separaron.

— ¿Dormirás conmigo? — un ápice de alegría se escuchaba en la voz del castaño.

— Tú... ¿quieres que duerma contigo?

— Yo lo quiero.

— Dormiremos juntos, entonces.

Ambos muchachos se limpiaron los restos de semen que habían en sus estómagos antes de subir a la habitación.

A Min ya no le importaba si se encontraba en un cuarto que no era de él. Cuando su cabeza tocó la almohada sus ojos se cerraron instantáneamente.

El reloj de la mesita de noche decía que eran las diez de la mañana. Refregó sus ojos y se puso de pie con cuidado de no despertar al castaño.

Fue al baño e hizo de sus necesidades. Cuando volvió, JeonGguk seguía plácidamente dormido. Una pequeña sonrisa iluminó su rostro al recordar lo sucedido anoche.

YoonGi recordaba a la perfección que una vez, JeonGguk le había dicho que una de sus fantasías era despertar con una buena mamada. Jamás lo habían podido hacer porque nunca durmieron juntos.

Min se ubicó en la cama y sacó con movimientos sutiles la sábana que cubría la mitad del cuerpo del castaño.

Agradeció que el chico tuviera el sueño pesado, sino, ya se hubiera enterado de sus intenciones. Una vez que el bóxer estuvo fuera dejó una cantidad generosa de saliva en su palma para poder comenzar a estimular el miembro ajeno.

Sonrió cuando notó que el órgano del hombre se había comenzado a erguir. Cuando estuvo semi-erecto se lo llevó a la boca y siguió estimulándolo, prestandole mayor atención al glande.

Un gemido ronco salió de los labios de JeonGguk, cuando Min miró hacia arriba, dos hermosos ojos negros lo estaban mirando expectante.

— Buenos días. — dijo Min sin separarse demasiado del falo.

— Buenos días, Yoon.

YoonGi con una sonrisa siguió haciéndole una excelente felación.

Los dedos de JeonGguk tomaron algunas hebras del negro cabello del pálido y comenzó a guiar sus movimientos mientras su cadera penetraba sin consideración la boca de YoonGi.

Las manos de YoonGi se aferraban a la cadera del chico mientras era follado.

— Y-Yoonnie. — gimió. — será mejor que salgas de ahí.

Haciendo caso omiso el joven empezó a lamer y chupar con más entusiasmo. Quería probarlo nuevamente.

Sonrió triunfante cuando pequeñas gotas de semen comenzaron a salir. Comenzó a lamerlas hasta que el chico llegó al orgasmo.

— Te acordaste. — dijo Jeon a penas se recompuso.

— Siempre quise hacerlo.

YoonGi gateó los centímetros que los separaban y besó a JeonGguk. Sus lenguas jugaban y se debatían por quién llevaría el ritmo del beso.

JeonGguk con malicia llevó sus dedos hasta la dolorosa erección del azabache, provocando que gimiera y perdiera su juego.

— Hiciste trampa.

— No importa. — habló mientras jalaba los bóxers del muchacho hasta abajo.

Hizo que YoonGi se pusiera a horcajadas, y abrió sus nalgas dejando expuesto su lindo agujero.

Humedeció dos dedos y estímulo aquélla zona tan erógenea para su pareja. Min gemía y jadeaba al sentir los dedos del castaño entrando en él.

—Te necesito. — murmuró en sus labios.

En cuanto el más alto sacó sus dedos, Min se dejó caer sobre el erecto pene. Un gemido ahogado salió.

Entrelazaron sus manos mientras se unían en ése acto tan íntimo. YoonGi movía sus caderas brindando un enorme placer para él y su compañero.

Nuevamente la habitación era llenada por respiraciones pesadas y gemidos agudos. El mayor besó los labios de su acompañante mientras se auto penetraba.

Mordió fuerte el labio del chico cuando tocó su próstata. Las caderas de JeonGguk se movían ferozmente haciendo que el joven arriba de él se deshiciera en suspiros.

— ¡M-más!

Se besaron y succionaron sus pieles dejando suaves marcas.

Esta vez, el primero en venirse fue JeonGguk, llenando de su semen al lindo chico, quien al sentir el caliente líquido en su culo se vino en el estómago ejercitado del castaño.

Dejó caer su peso en él, manchándose con su propia semilla.

Los dos jóvenes tomaron todo el aire perdido, ninguno quería moverse.

— Pagaría una fortuna por despertar así todos los días.

Min sólo rió y lo besó delicadamente.

YoonGi se encargó de dejar un camino de suaves besos desde su mejilla hasta sus pectorales trabajados.

— ¡¿Papi?! ¡¿dónde estás?!

La chillona voz del niño se escuchó en el pasillo, y sus pequeños pasos se escuchaban cada vez más cerca de la habitación.

Los mayores se separaron bruscamente provocando un gemido de dolor en ambos.

—Mierda. — murmuró el castaño.

— ¿papá, has visto a mi pa...

La pregunta del niño quedó revoloteando en el aire cuando entró a la habitación. Sus dos padre estaban tapados hasta el cuello y sus mejillas rojas.

— Papi...

— Akemi, bebé, ¿qué sucede? — Min trató de hablar normal.

— Y-yo... te estaba buscando.

— Estaba aquí, bebé, lo que pasa es que tu papá tuvo una pesadilla.

JeonGguk miró a YoonGi y luego al niño asintiendo.

— Ustedes... ¿ustedes hicieron el sexo?

— ¡Akemi!

YoonGi estaba más que avergonzado, mientras que Jeon reía sin parar.

Get Away || KookGi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora