capítulo 28

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Matteo no contestó. Sólo se levantó, ella hizo lo mismo y lo siguió a la planta baja.

ooo

Se abrieron paso sin encender las luces. En parte podía deberse a que estaba familiarizado con la casa, pero Luna había empezado a sospechar que Matteo podía ver en la oscuridad mucho mejor que ella, especialmente después de rodear una mesa de la cocina que no vio hasta que chocó con ella.

Se detuvo el tiempo suficiente para que ella se masajeara un poco la cadera magullada.

-¿Hay otros vampiros en Brockport a los que debas prevenir?-preguntó Luna.

-¡Oh, sí!- el sarcasmo de Matteo fue tan denso que pudo reconocerlo sin verle el gesto de suficiencia en su cara- Brockport, Nueva York es un semillero regular de actividades vampíricas.

Anotó ese dato como algo que recordar. Podría resultar útil posteriormente que Matteo y Candelaria eran probablemente los únicos vampiros de la localidad. ¿O era lo que él quería que pensara?

-¿Entonces que hacían aquí Candelaria y tú?-preguntó.

Otra vez no contestó.

-¿Porque no Rochester?-continuó- ¿Hay vampiros allá? ¿O en Buffalo?

La detuvo y la hizo girar para mirarla directamente a los ojos. Apenas podía distinguirlo en el tenue resplandor que les llegaba de la luz encendida ahora en la sala. Con una voz suave y casual le advirtió:

-No te pongas pesada.

-Perdón-dijo- no sé qué necesito saber para que ambos sigamos con vida. -Aunque, estrictamente hablando, Matteo no estuviera vivo.

-No necesitas saber nada de los otros vampiros-repuso Matteo.

-Está bien-dijo ella; y luego de nuevo,- aunque no creo que saberlo pueda ser peligroso. Lo siento.

Vampiros en Rochester y en Buffalo, anotó mentalmente.

Matteo abrió una puerta, que ella debido a la oscuridad ni siquiera había visto, y dió un paso hacia abajo; de eso sí se dió cuenta.

-No veo nada-dijo- si te sobra energía para impedir que me rompa el culo en las escaleras del sótano, magnífico, ¿Pero no sería más fácil para los dos encender la luz?-dijo intentando parecer valiente.

Matteo subió el trecho descendido y pasó el brazo por detrás de ella. La luz de las escaleras del sótano se encendió.

-¿Así está mejor la princesa?-preguntó sarcásticamente.

-Sí- la cortesía no hacía daño. Aunque no fuera sincera- gracias.

No es que le gustará la idea de ir allá abajo con él. ¿Qué puede hacerme allá abajo, que no hubiera podido hacerme arriba?, Dijo tratando de consolarse. ¿Además de sepultar mi cadáver cuando haya terminado? Si, claramente no estaba funcionando.

Pero Matteo intervino:

-A veces se me olvida.- Cosa que ella interpretó como que a veces olvidaba las limitaciones humanas; era, sin duda, lo más cercano a una disculpa que podía obtener de él. Justo acababa de procesar eso y estaba a punto de aceptar su disculpa pero él añadió- No te hagas la sabelotodo, no te queda.

Fue la única advertencia que recibió antes de que la agarrase del brazo y la arrastrase por las escaleras en un apresurado descenso.

La idea de sepultar no era tan descabellada cuando Luna vio que el suelo del sótano era de tierra. ¿Aquí se encontraba alguna víctima de Candelaria?, Se preguntó, ¿Estaba pensando Matteo en enterrar a Candelaria?

El lugar estaba completamente desordenado. Por lo visto Candelaria había juntado al menos dos juegos de muebles para cada una de las habitaciones y amontonó los sobrantes aquí. Entre todos aquellos objetos y trastos inútiles Luna alcanzo a ver una motocicleta, casi cubierta totalmente de polvo. Parecía que era lo que Matteo andaba buscando. Pero se detuvo antes de llegar a ella y tomo una lata roja y amarilla que agitó para comprobar si contenía líquido. "La gasolina", diría el papá de Luna, " se guarda en la cochera o en el cobertizo. Dentro de la casa es peligrosa"

¿Dónde estará papá ahora?, Se preguntó.

-¿No irás a...?- empezó.

Lo hizo. Roció una gran dosis de gasolina sobre un sofá de dos plazas, forrado de damasco verde y con borlas.

-Pero, ¿Y los vecinos?- preguntó, faltandole valor para detenerlo. De todos modos no habría podido impedírselo, pero se sintió culpable por no intentarlo. Era un recipiente grande y parecía casi lleno- ¿Y si se extiende el fuego?

-No es probable, con el exterior de ladrillo-dijo Matteo- en cualquier caso, es necesario. No tengo idea qué es lo que guarda aquí, qué podría encontrar alguien. Fotografías viejas, documentos. Aparentes anacronismos que podrían dar pistas.

Luna se dió cuenta de que era así como sobrevivían los vampiros: la gente ya no pensaba en ellos, ya no creía y ni buscaba explicaciones racionales. Lo mismo que presuponer que los cazadores de vampiros estaban chiflados. No era sorprendente que la idea de una vieja casa grande llena de pruebas lo pusiera nervioso. Todavía la tenía agarrada de la mano y la arrastró mientras vaciaba la gasolina por toda la casa, desde el sótano, pasando por la cocina, la sala y escaleras arriba, en el segundo piso. La luz automática se encendió en el cuarto de huéspedes, el más próximo a la habitación de Candelaria. Luna se quejó pero él la arrastró sin el menor esfuerzo, como si fuera un niño jalando un juguete.

La arrastró a la habitación, con mucho cuidado dejo en el suelo la lata de gasolina, luego la empujó contra el enorme armario antiguo colocado en el lado opuesto de la cama.

-Las niñas que andan con vampiros tienen que acostumbrarse a las cosas muertas.- dijo, y se inclinó hacia el armario con un brazo a cada lado de ella para impedir que escapara.- En realidad, las niñas que andan con vampiros ya están con cosas muertas.







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Cjau boludas.

Atte: La irresponsable escritora.😂

COMPAÑEROS DE LA NOCHE LUTTEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora