Un beso verdadero puede ser tan mortal como la mordida de un vampiro, pero a quien le importaría morir tras sentir la pasión de un amor puro y sincero.
Veras a la muerte en toda su belleza, a la vida tal como solo se conoce en el mismo punto de la...
Luego la besó, levemente, en la frente. Ella se dijo que era un camuflaje, para ocultar el hecho de que nuevamente se reía de ella. Pero de todos modos fue muy agradable. Matteo volvió a su lado del asiento, indicando claramente con ello que no pretendía más que un beso.
Luna todavía no estaba decidida, ciertamente no iba a arrojarse a sus brazos.
-Daré la vuelta para ayudarte-ofreció, dudando de que Matteo pudiera sostenerse de pie.
-Puedo solo-dijo, y pareció una respuesta de machos, pero luego añadió-si entras te meterás en muchos problemas.
-De todos modos me voy a meter en problemas-apuntó ella.
Matteo abrió la puerta del auto si responder. Caminó hacia el lado de ella, cuidando la pierna derecha herida, pero cuando ella se disponía a bajar le indicó que ocupara el asiento del copiloto.
-¿Qué haces?-preguntó Luna mientras él se sentaba en el asiento del conductor.
Extendió la mano pidiéndole las llaves del auto.
-¿Por qué estabas en la lavandería?-le preguntó él.
Le dierón ganas de sacar a Kitty de su bolsillo y golpearlo con ella.
-Ya lo expliqué. Para recuperar el peluche de mi hermana que dejó olvidado en la tarde.
Él la interrumpió antes de que pudiera decir nada más.
-¿Piensas que tu papás considerarán que éste es un buen pretexto para andar por la calle a estas horas, en su auto, con un permiso de principiante? ¿Cómo piensas que va actuar la policía?
-Mi papá-dijo Luna-me va a matar. La policía seguramente me va a quitar el permiso y me encerrará hasta que tenga cincuenta años, pero no importa porque ya estaré muerta.
-Te llevaré a tu casa-dijo matteo-no, más bien voy a llevarnos a mi casa. Desde ahí tendrás que irte sola. Yo sacaré el auto de mi tío e iré a la policía. Les diré que esos tipos me atacaron cuando entré en la lavandería y que me las arreglé solo, para escapar. No te mencionaré para nada.
-Matteo, eso no funcionará. No solamente me vieron, también saben quién soy.
-¿crees que voluntariamente van a informar a la policía de que estuvieron aterrorizando a una chica de diecisiete años? enfrentarán cargos por asalto y lesiones, conspiración para cometer asesinato. Si sacan a relucir tu presencia... la gente se vuelve loca cuando hay niños lastimados. Si yo no te menciono, ellos no lo harán.
Luna lo pensó, deseando que fuera así de fácil.
-Les hablare de ti solamente como último recurso-prometió él.
Ella todavía dudó. No podría esconderlo. Tendría que limpiar la sangre de Matteo, que se había extendido por todo el asiento, y en sus jeans había una mancha de sangre donde se limpió la mano antes de recuperar a Kitty. ¿Y si Nina había despertado a papá al no verla llegar? ¿Y si papá ya estaba enterado?
Matteo la observaba, con un aspecto mucho más enérgico ahora que respiraba normalmente. Luna pensó que era terriblemente valiente.
Dejó caer las llaves en su palma extendida, a sabiendas de que ahora también tendría que lavarlas, así como el volante. Las cosas no iban a funcionar.
