capitulo 11

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dale iniciemos...

Maraton 1/x

Sidowski no lo soltó de inmediato, como para enseñarles que independientemente de lo ocurrido al inicio de la velada, no aceptaba órdenes del dueño ni aceptaba órdenes de Roth. Luna esperó hasta que el dueño salió dando un portazo, para que no pensaran que quería aprovechar la distracción. Luego se levantó, despacio, para que vieran que no estaba tramando nada, tomó un vaso y lo llenó agua.

Sospechó que Sidowski se había preguntado si se lo tiraría encima, pero Roth dijo con calma:

-Déjalos, ya. Ella pronto se dará cuenta.

Sidowski enfundó la pistola.

Luna se arrodilló junto a Matteo y le puso el vaso en los labios; la mano le temblaba tanto que Matteo tuvo suerte de conseguir beber un poco. 

La miraba por encima del vaso. En las peliculas las personas se transmiten mensajes secretos con los ojos, pero ella ni siquiera estaba segura de que intentase decirle algo. Después Matteo escupió el agua ensangrentada, y eso fue prácticamente todo lo que pudo hacer. Dadas las circunstancias, lo último que debía hacer era tragarsela. Sólo que la escupió hacia la izquierda, en dirección a Sidowski. Y eso no podía ser una coincidencia por más aturdido que estuviera: era una peligrosa y temeraria provocación.

-Más tarde...-prometió Sidowski tranquilamente.

Matteo bebió el agua restante, y esta vez la tragó.

-¿Quieres más?-preguntó Luna.

Matteo negó con la cabeza.

-Gracias-su voz era un ronco murmullo. Se recostó extenuado, su aspecto era agitado. Probablemente la situación se le había escapado de las manos, se había dado cuenta del riesgo que había corrido sin contar con la menor ventaja.

Luna recogió las toallas de papel mojadas que había dejado caer en el intento de impedir que Sidowski lo golpeara. Suspiró mirando la pierna herida de Matteo. Mamá siempre había sido buena para las emergencias médicas: ecuanime y sin mostrar la menor repugnancia.

Luna sabía lo suficiente para ver que era necesario cortar la tela del pantalón, pero no era probable que los hombres la dejaran utilizar unas tijeras o un cuchillo, ni menos llamar a una ambulancia.

-¿Una motocicleta?-preguntó, al recordar que Sidowski había dicho que lo habían tirado de la bicicleta; recordó también una versión mucho menos grave de una herida semejante cuando tenía como diez años, estaba patinando y se cayó. Reconoció los efectos de un resbalón en la grava a toda velocidad.

A Matteo se le cortó la respiración cuando ella le colocó la toalla en la pierna.

-Bicicleta-la corrigió.

Estaba a punto de decirle que era una locura andar en bicicleta en diciembre, aunque no hubiera cazadores de vampiros y aunque todavía no hubiera nevado. Pero luego cayó en la cuenta de que él nada más llevaba una sudadera, mientras que los demás iban muy bien abrigados. Era probable que una bicicleta fuera el único transporte que podía permitirse un estudiante de primer año. Quién sabe cómo se las arreglaría cuando el invierno llegara en serio.

Sidowski acabó por aburrirse y alejarse. Se sentó en el mostrador, a unos buenos dos metros y medio o tres de distancia. De todos modos observaba cada uno de sus movimientos. Roth seguía mirando a la calle desde donde estaba apostado, junto a la puerta principal.

-¿Te alojas en los dormitorios de la escuela?-le preguntó a Matteo, sólo para decir algo, para alejar su mente (y la suya propia) de lo que estaba haciendo. Con el rabillo del ojo lo vio sacudir la cabeza; se estaba mordiendo el labio, concentrándose en no gritar y en no apartar sus manos torpes de un manotazo. Luego Luna se acordó de que él no podía darle un manotazo por más que le doliera.

-Perdón-murmuró.

Él inclinó la cabeza.

Luna fue a bucar toallas limpias. Así que Matteo era mayor de lo que suponía, pensó. Sólo se permitía vivir fuera del campus a los estudiantes de cursos superiores. Detenté, se dijo. Estaban metidos en demasiados problemas como para que a ella le preocupara que fuera mayor.

Sentía calor con tanta ropa, pero no se atrevió a desabrochársela. Primero porque no llevaba puesto sujetador y luego porque Sidowski tomaría el mensaje de su camisa de dormir, NO ME HABLEN POR LA MAÑANA, como una clara confesión de que era un vampiro.

Cuando regresó junto a Matteo, éste había inclinado la cabeza contra la rodilla sana que tenía levantada.

-¿Quieres que lo deje?-preguntó

Él dijo que no con la cabeza, pero más pareció un gesto de "me da lo mismo" que un reconocimiento de que sus primeros auxilios fueran de alguna ayuda.

Se puso de rodillas junto a él, dudosa, no muy segura de estar empeorando la situación en vez de mejorarla. Él movió la cara hacia ella, sin levantar la cabeza, lo cual hacía más difícil que Sidowski lo oyera, en caso de estar escuchando.

-No soy lo que ellos dicen-dijo en un susurro-no soy un vampiro.



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bue aca está el primer cap del maratón aún nose cual sera el limite soy nueva en esto ahre.

por favor si hay algun error de ortografia hacemelo saber please y dejen sus comentarios io siempre los leo ;-; tampoco olviden votar los quiero xd 

a casi lo olvido...

¿alguien sabe hacer portadas? please necesito a alguien ya que yo soy un asco en eso :'v




atte:la boluda <3

COMPAÑEROS DE LA NOCHE LUTTEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora